La música rompe barreras y se acerca a los más vulnerables

La cultura es un derecho. Si bien nuestro cuerpo necesita agua, comida y poco más para sobrevivir, para sentirse vivo necesita el arte. No obstante, hay miles de personas que, por su condición no pueden disfrutar de la cultura como lo hace la mayoría. El Celler de Vila-seca intentó ayer revertir un poco esta situación de la mano de Apropa Cultura y Camerata XXI.

Unas 400 personas vinculadas a entidades de toda la demarcación pudieron disfrutar del Concierto de Navidad: magia y locura. El público que ocupó este privilegiado espacio «no está acostumbrado a asistir a estos actos», tal como detalla Sònia Gainza, directora de Apropa Cultura, quien detalla que «todos los asistentes se encuentran en una situación de vulnerabilidad», ya sea por cuestiones de salud mental, por ser personas mayores o por estar en situación de discapacidad intelectual.

Para hacer posible este acto, Gainza señala que es necesario romper etiquetas, ya que «este público muchas veces no puede ofrecer el silencio que requiere un concierto así». Además, cuestiones como el precio, el desplazamiento o los horarios también pueden ser impedimentos para el acceso a la cultura de estos usuarios.

No obstante, la directora afirma que «la calidad encima del escenario es la de cualquier concierto de este tipo». Esta iniciativa ha funcionado durante 18 años gracias a una red de 200 programadores. El acto de ayer fue la primera incursión que hizo este proyecto en las comarcas tarraconenses, consiguiendo transporte adaptado para personas del Vendrell, Reus o Cambrils.

Parte del éxito de la mañana de ayer es también responsabilidad del alumnado del IES Vila-seca, que participaron como voluntarios de la iniciativa. Marta Bellón, educadora de la residencia de Vila-seca, afirma que sus usuarios quedaron «encantados de poder estar en un espacio así y en una actividad como esta».

Manuela Moya, concejala de cultura en el Ayuntamiento de Vila-seca, aseguraba que «tiene todo el sentido hacer una actividad como esta en el Celler», asegurando que el espacio es «el esfuerzo de un pueblo de campesinos que tiene que servir para el disfrute de todo el mundo». Desde Apropa Cultura esperan poder volver pronto a Tarragona» para acercar el arte a quien normalmente no lo tiene.