La bunkerización de la sala de control y la instalación de sensores, mejoras de IQOXE desde el accidente

IQOXE ha invertido 40 millones de euros para la reconstrucción de sus instalaciones después del accidente del 2020. Este gasto ha permitido la modernización de edificios y oficinas que no se habían remodelado desde su construcción en el año 1965. Durante los últimos cinco años, también se han hecho mejoras en seguridad para evitar que se puedan producir nuevos accidentes mortales de esta magnitud. Uno de los principales cambios ha sido la bunquerización de la sala de control.

En este espacio se encontraba uno de los trabajadores que murió por la explosión del reactor. Gracias a esta intervención, la sala no se hundiría con la onda expansiva, como sí que pasó en el 2020. Así, en caso de que se repita un accidente, las personas que estén allí estarán protegidas. Esta ha sido una de las mejoras técnicas que se han implementado desde la compañía para la adecuación de las instalaciones y, de esta manera, dar cumplimiento a la normativa vigente.

Según explican desde IQOXE, las inversiones realizadas estos años han permitido también utilizar métodos más avanzados con nuevas tecnologías, que permiten seguir «los más elevados estándares de seguridad» a la hora de llevar a cabo las diferentes actividades que se desarrollan en la empresa.

Más allá de convertir la sala de control en un bunker, también se han instalado detectores para identificar posibles fugas. Además, se le ha añadido una automatización para que, en caso de fuga de óxido de etileno, quede completamente sellada y aislada. Anteriormente, hacía falta que un trabajador alertara sobre la anomalía de forma manual.

La empresa ha implementado un sistema para guardar una copia de seguridad del proceso productivo de la planta para que, en caso de que se produzca un accidente, nunca desaparezca. En el caso de la explosión de hace cinco años, no hay información sobre la producción en aquel momento y todavía no se saben las causas del siniestro. Por otra parte, se ha hecho una mejora del dispositivo de protección y extinción de incendios con nuevos detectores de gases y detectores de llama por infrarrojos y un nuevo sistema de rociador de agua pulverizada.

Copias de seguridad

La reconstrucción de las instalaciones vino acompañada de un cambio en la dirección de IQOXE, que supuso un punto de inflexión para la compañía. Desde la explosión, tratan de hacer una gestión más transparente tanto interna como externamente, que ha ayudado a mejorar las relaciones con los trabajadores.

A lo largo de estos años, se ha producido un relevo generacional en la empresa y se han adaptado nuevas prácticas, como el caso de los estudiantes de formación Dual que reciben en las instalaciones parte de su formación profesional en colaboración con institutos y la URV.

Igualmente, se han integrado en la plantilla 10 puestos de trabajo que desarrollaban empresas externas y se ha creado una planta piloto que sirve para hacer simulaciones de procesos de producción y formaciones. «Todas las mejoras son consecuencia de un proceso de mejora continua y constante, en el que IQOXE está inmersa», apuntan desde la compañía.