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El misterioso pueblo de Tarragona en el que las brujas son protagonistas

National Geographic asegura que este municipio presume de castillo, restos romanos y mucha brujería

Imagen de Altafulla.UHC

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La Costa Daurada cuenta con un legado histórico y cultural que merece mayor reconocimiento. Entre sus encantadores pueblos se encuentra Altafulla, un destino de cuento que combina historia romana, leyendas de brujas y paisajes naturales de ensueño. Este pintoresco municipio atrae tanto a turistas como a medios internacionales como National Geographic, que han destacado su belleza y tradición.

Un paseo por la historia: lugares destacados de Altafulla

El casco antiguo de Altafulla, conocido como la Vila Closa, es el corazón histórico de la localidad. Fundado como una ciudad medieval fortificada en el siglo XI, aún conserva el imponente Castillo de Montserrat, situado en el punto más alto del municipio. 

Las callejuelas del municipio trasladan a tiempos pasados, donde se pueden visitar el Museo Etnográfico, la Iglesia de Sant Martí, y la Plaza del Pou, donde se erige un monumento a los castellers. Un detalle curioso es la nomenclatura de las calles, muchas de las cuales llevan los nombres de antiguas brujas.

Altafulla y las brujas: una conexión mística

La relación de Altafulla con las brujas es uno de sus mayores atractivos y misterios. Cada año, a finales de junio, el pueblo celebra la Nit de les Bruixes, una noche especial en la que se reviven las leyendas de estas mujeres sabias, a menudo malinterpretadas como brujas por su independencia. 

Según las historias locales, estas mujeres utilizaban pasadizos secretos para realizar rituales en la playa, rodeadas de misterio. En el mercado medieval que se celebra durante la festividad, se pueden adquirir piedras preciosas que se cree tienen poderes para atraer la fortuna o proteger de malas energías.

Playas y naturaleza: un paraíso costero

Las playas de Altafulla son otro de sus grandes atractivos. Con más de un kilómetro de arena dorada y aguas cristalinas, son ideales para disfrutar de un día de sol y mar. Desde la playa, se puede admirar el majestuoso Castillo de Tamarit, que se alza sobre un acantilado. 

Justo debajo de este castillo, se encuentra una tranquila cala que invita al relax y a la desconexión. Para los amantes de la naturaleza, el Camí de Ronda ofrece una ruta de senderismo que conecta Altafulla con Tarragona, pasando por lugares emblemáticos como la playa del Canyadell y los acantilados de La Bramadora.

Lugares con historia cerca de la playa

El barrio de Les Botigues de Mar, cercano a la playa, está compuesto por casitas blancas del siglo XVIII que en su día fueron almacenes de pescadores. Hoy, estos edificios llenos de encanto son viviendas y tiendas que conservan el sabor de tiempos pasados. 

Además, los Munts d'Altafulla, unas ruinas romanas situadas cerca de la playa, permiten adentrarse en el pasado de la antigua Tarraco. Las ruinas incluyen mosaicos y restos de termas, estanques y habitaciones de la mansión de Caius Valerius Avitus, un gobernador romano.

Iniesta se casó en Altafulla

La boda de Iniesta y Anna Ortiz se celebró en el Castillo de Tamarit, una fortificación del siglo XI enclavada en un paraje natural con el mar como telón de fondo. Al acto, oficiado por el entonces alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, acudieron 300 invitados, aunque para al convite posterior llegaron a asistir más de 700 comensales.

Altafulla, un destino que lo tiene todo

Con su rica historia, su conexión con el misticismo, sus playas paradisíacas y su entorno natural, Altafulla es sin duda uno de los destinos más cautivadores de la Costa Daurada. Ideal para aquellos que buscan una escapada tranquila y llena de encanto, este pintoresco municipio ofrece una experiencia única que combina lo mejor del pasado con la belleza de la naturaleza.

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