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Carles Porta desvela más detalles sobre el caso de desaparición de Carme Gallart en 'Crims'

La vecina de los Pallaresos desapareció en 2015 y todavía no ha aparecido su cuerpo, aunque se cree que podría estar escondido en el pirineo oscense

Imagen de archivo de Carme Gallart, la vecina desaparecida de los Pallaresos.

Imagen de archivo de Carme Gallart, la vecina desaparecida de los Pallaresos.

Shaila Cid
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La quinta temporada del programa Crims de TV3 se estrenó ayer con el caso de la desaparición de Carme Gallart el año 2015, vecina de los Pallareses. El periodista más conocido en Cataluña por el true crime, Carles Porta, desveló muchos detalles de la desaparición de la tarraconense y las claves que permitieron detener a Ramon Franch, un agente inmobiliario muy conocido en Tarragona, como presunto autor.

El programa empezó explicando la desaparición de Carme Gallart el 18 de junio de 2015. La mujer, que vivía con sus padres, había quedado para comer con un amigo de Facebook y se marchó de casa para coger un bus hasta el centro de Tarragona. Pero Gallart nunca llegó a subir al bus y ya nunca volvió a su casa.

Al mediodía el amigo con el que había quedado para comer llamó a la hija de Carme, Mònica Martínez Gallart, para preguntarle dónde estaba su madre. Entonces, intentó llamarla al móvil pero estaba apagado. Mònica se extrañó y decidió acudir a la comisaría de los Mossos d'Esquadra para denunciar la desaparición de su madre.

A partir de aquí, Carles Porta fue desgranando los pasos de la investigación. Desde un primer momento, se explica que la policía autonómica descartó una desaparición voluntaria, ya que Carme Gallart no se marcharía nunca dejando a sus padres solos.

Policía, vecinos y familiares iniciaron un gran dispositivo de búsqueda que duró varios días para intentar encontrar a Carme por la zona de los Pallaresos y por los posibles caminos hasta Tarragona, donde había quedado para comer con un amigo.

Finalmente, el dispositivo acabó sin éxito y los Mossos empezaron a investigar el entorno más próximo de Gallart para buscar a los posibles sospechosos de su desaparición.

El primer sospechoso fue José 'el Gaditano', un hombre que según la hija de Carme Gallart estaba enamorado de su madre. En un primer momento, el hombre dijo a la policía que no conocía en Gallart pero, finalmente, confesó que si que la conocía pero que no tenía nada que ver con su desaparición. José tenía antecedentes policiales en su lugar de origen y por eso no quería que lo relacionaran con el caso para no sacar su pasado a la luz. Finalmente, por varios indicios los Mossos lo acaban descartando como sospechoso.

Durante la denuncia de la desaparición, la hija de Gallart explicó que su madre tenía un juicio pendiente por estafa contra Ramon Franch, un agente inmobiliario muy conocido en Tarragona y procedente de una familia acomodada. La proximidad de la fecha del juicio levantó las sospechas de la policía, que empezó a investigarlo como sospechoso.

La relación entre Carme Gallart y Ramon Franch se remonta al 2006, cuando la vecina de los Pallaresos acudió a la inmobiliaria para intentar vender una casa que tenía delante del anfiteatro, conocida como el Palauet. Gallart quería venderla porque se había separado de su pareja. Ramon fue el encargado de su venta y le encontró otra nueva en Sant Pere i Sant Pau.

El empresario hizo creer, presuntamente, a Gallart que tenía un comprador para el Palauet y, esta, pidió un préstamo para comprar la segunda vivienda. Llegó un momento, en que Carme se encontraba con dos casas y una hipoteca. Como la primera operación resultó ser un engaño, Carme se vio obligada a pedir más préstamos y acabó perdiéndolo todo para pagar las deudas.

Ante estos hechos, Gallart presentó una querella contra Franch por los delitos de estafa y falsedad documental. El caso tenía que llegar a juicio los días 29 y 30 de septiembre del 2015, pero Gallart desapareció tres meses antes. Franch se enfrentaba a una petición de la fiscalía de hasta seis años de prisión, quince meses de multa y una indemnización de 1,5 MEUR.

Durante la investigación policial, los Mossos descubrieron que Franch había contratado hasta cuatro detectives privados para conocer las rutinas de Carme Gallart. Ramon no sólo se enfrentaba a un juicio que le costaría su reputación sino que podía entrar en prisión por estafa. Además, intentó negociar directamente con Carme para que retirara la demanda, pero esta se negó, incluso, los abogados de Gallart recibieron mensajes con amenazas anónimas.

Posicionamiento de los móviles

La policía consiguió una autorización para hacer el seguimiento del móvil de Ramon Franch el día de la desaparición de Carme Gallart. Las investigaciones desvelaron que el móvil de Franch se encontraba en el lugar de la desaparición de Carme en la franja horaria en que desapareció. Dos horas después, los dos móviles posicionaron en la calle Fortuny de Tarragona. A partir de aquí, el móvil de Gallart ya no se encendió nunca más.

El juez autorizó analizar el móvil de Ramon Gallart los días anteriores a la desaparición de Gallart y se descubrió que el hombre había ido a los Pallaresos al menos los 20 días anteriores y siempre desconectaba los datos móviles pensando que no se captaría su señal.

A raíz de las investigaciones, los Mossos se enteraron de que la madrugada del 20 de junio Ramon cogió la moto y la estacionó en un parking de la Rambla Nova y de allí salió con un coche con el que fue hasta el Pirineo oscense. Allí apagó durante dos horas el móvil. Todo indicaba que podría haber ido hasta allí para deshacerse del cadáver de Gallart. Ante todos los indicios, los Mossos d'Esquadra procedieron a la detención de Ramon Franch un año después de su desaparición.

A raíz de su arresto, la policía recibió una llamada telefónica de una testigo que explicó que Ramon le pidió prestado su coche durante un tiempo y que cuando se lo devolvió esta había sido limpiado. Los investigadores iniciaron un análisis exhaustivo del vehículo y descubrieron unas manchas de sangre en la puerta del maletero. Finalmente, se desveló que las manchas pertenecían a Carme Gallart. Además, descubrieron que la testigo recibió una carta de Franch desde prisión intentando presionarla para que no dijera nada del coche.

Por su parte, la Guardia Civil revisó las antenas telefónicas del Pirineo oscense para trazar un mapa con la zona donde Ramon podía haber escondido el cuerpo de Gallart. Una vez establecido, gracias a los datos móviles, se inició un gran despliegue para rastrear más de 1.500 hectáreas. La búsqueda coincidió con dos incendios que afectaron a la zona donde había la probabilidad más alta de encontrar el cuerpo, hecho que complicó el hallazgo. El dispositivo en Huesca acabó sin frutos.

Con todos los indicios, el 6 de noviembre de 2017 empezó el juicio contra Ramon Franch acusado como presunto asesino de Carme Gallart. El juzgado popular declaró culpable a Franch y lo condenó a 15 años de prisión y a pagar una indemnización de 450.000 euros a los familiares de la víctima.

Ramon Franch en el juicio por la desaparición de Carme Gallart.

Ramon Franch en el juicio por la desaparición de Carme Gallart.ACN

Más tarde, la Audiencia de Tarragona también lo condenó a seis años de prisión por un delito de falsedad en documento privado en concurso con un delito de estafa. También le impuso una inhabilitación para el ejercicio del derecho al sufragio pasivo durante el tiempo de condena y a inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión de agente de la propiedad inmobiliaria durante el mismo plazo.

Además le impuso una pena de 15 meses de multa con una cuota diaria de 6 euros y lo condenó a indemnizar a los herederos legales de Gallart con la cantidad de 1.343.000 euros con los intereses legales previstos.

El padres de Carme Gallart murieron el otoño del 2015, meses después de su desaparición, sin saber quíen había sido el autor de la muerte de su hija. A día de hoy, Ramon Franch cumple 21 años de condena y no ha desvelado dónde enterró el cuerpo de Carme. Finalmente, Carles Porta desveló que los familiares de Franch intentaron evitar la grabación del capítulo de la vecina de los Pallaresos. Por su parte, familiares de Carme y testigos del caso acabaron autorizando su emisión a pesar del miedo a posibles represalias del condenado.

El estreno de Crims en TV3 fue todo un éxito e hizo una cuota del 21,9% y 699.000 espectadores de audiencia acumulada, superando en 7 puntos a TVE. Además, en la plataforma #3Cat ha sido el programa más visto en directo.

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