Robótica
Un satélite con los colores de Vilaseca
Estudiantes del instituto Vilaseca participan en la Competición CanSat, impulsada por la Agencia Espacial Europea, para tirar un satélite de la tamaño de una lata de refresco
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Elias, Eric, Biel y el Unai con el profesor de tecnología, Josep A., y el prototipo del CanSat
El Desafío CanSat propone a los estudiantes de toda Europa participar en un proyecto espacial real, trabajando en equipo, para diseñar, construir y tirar un satélite. El aparato que tienen que construir es una simulación de un satélite real, integrado en el volumen y la forma de una lata de refresco.
El reto para los estudiantes es conseguir adaptar los subsistemas principales de los satélites reales –energía, sensores, sistemas de comunicación... - en este espacio reducido. Y, además, tirarlo y conseguir que toque tierra sano y salvo. El lanzamiento se hace con un cohete, hasta una altitud aproximada de 1 km.
Para que todo vaya bien, el aparato –equipado con un paracaídas– tiene que hacer un aterrizaje seguro, tiene que haber recogido los datos pedidos y, además, realizar con éxito una misión secundaria, que es de libre elección para cada equipo.
«Ya hace tres años que estamos trabajando en el extraescolar de Robótica al instituto Vila-seca y pienso que, con todo el bagaje acumulado, ya estamos preparados para asumir un reto como este», afirma Josep A. Oncins.
Él es el responsable del equipo villa-secano que se ha animado a participar en este proyecto, el cual define como «muy exigente», pero, a la vez, «con un valor educativo muy alto».
Desde hace días Elías Atahualpa Barros, Eric Cabós Puig, Biel Aranda Burbano y el Unai Garcia Bailén están trabajando en el diseño del aparato, que tiene que cumplir las dos misiones planteadas. La primaria, igual para todos los equipos, consiste en recoger y enviar a tiempo real datos de temperatura y altura a medida que el aparato va cayendo.
La misión secundaria, en el caso de Vila-seca, consistirá en resolver hipótesis como si la temperatura dentro mismo del satélite puede variar y afectar a la electrónica. También trabajan para incorporar la opción de desactivar alguna parte de la electrónica si, a causa del consumo elevado, la batería se estuviera acabando, y medir parámetros como el CO2.
Otras variables que hay que tener controladas, explica el coordinador, es el lugar|sitio de caída, que puede variar en función de cómo sea el paracaídas y las corrientes de aire: «Ha habido algún caso de que lo han encontrado en Mallorca». Para facilitar la localización del aparato, el CanSat de Vila-seca incorporará un GPS, luces led y una señal acústica «que nos ayudaría si, por ejemplo, cayera en medio de un campo de trigo».
El lanzamiento de los satélites se hará el 27 de marzo en el aeropuerto de Alguaire. Habrá una fase de selección entre todos los CanSat de Cataluña y se escogerán 18, que serán tirados, agrupados de seis en seis, en tres cohetes. El resto, sin embargo, no se quedarán en el suelo: un avión los tirará desde el aire, a una altura aproximada de 1000 metros.
La competición enfrentará satélites de todos los estados participantes. El que representará España será escogido después de una fase regional y una nacional. En Cataluña se presentan 135 CanSat de 65 centros. Desde Vila-seca están trabajando para llegar tan lejos como sea posible.
En esta carrera espacial sólo les falta el apoyo de empresas o entidades que los ayuden a afrontar gastos. De momento, cuentan con la colaboración del Instituto de Ciencias de la Educación de la URV y el patrocinio de Solfranc y MI.CA.SA.