Los traspiés finales también aparecieron al último ascenso a Primera

Que nadie encienda la luz de alarma. La derrota en Huesca no tiene que variar ni una migaja el camino trazado por el Gimnástico de Tarragona, que sólo tiene unadestinaciónposible: la Primera División.

Los tarraconenses jugaron mal, muy mal en el Alcoraz. No les salió absolutamente nada y, en la comparecencia posterior al duelo, Vicente Moreno, técnico grana, asumió las responsabilidades. «Ha sido culpa mía, no he sido capaz de transmitir el mensaje adecuado a mis jugadores», manifestó el entrenador, que se cargó en la espalda la derrota. De hecho, la imagen de Vicente Moreno derecho, plantado en el campo, mientras que jugadores, cuerpo técnico y tripleta arbitral entraban en los vestuarios porqués estaba granizando en el Alcoraz, lo decía absolutamente todo.

Son tres puntos perdidos, pero después de doce enfrentamientos sin conocer la derrota, una racha impresionante para un equipo que acaba de ascender de la Segunda División a B y que, en principio, se tendría que conformar con la permanencia. Pero como no es así, el ascenso se ha convertido ahora en la meta de los grana. Un ascenso como el de la temporada 2005-06, cuando, de la mano de Luis César, el equipo subió a la máxima categoría.

Hay ciertas similitudes con esta campaña, las cuales motivan que la afición grana esté relativamente tranquila. También hubo una gran racha hace diez temporadas, pero esta se alargó durante catorce partidos sin perder. Finalizó cuando faltaban nueve jornadas para el final. La de este año se ha roto a diez fechas para la conclusión de la Liga. En la 2005-06, la racha también se rompió fuera (3-0 contra el Recreativo de Huelva).

La gran diferencia, sin embargo, era que el Nàstic contaba con un gran cojín, ya que de los últimos nueve partidos, perdió tres y empató dos, cifras que resultaron suficientes para poder dar el salto de categoría y encontraron la siguiente campaña entre los mayores.

A la actualidad, Vicente Moreno sabe que perdiendo tantos puntos no podría alcanzar el ascenso directo y que, probablemente, tampoco disputaría la promoción de ascenso. Ya dijo el técnico que los diez últimos enfrentamientos eran finales, pero remarcó que los cinco últimos partidos de la temporada eran los que servían para decidirlo todo. De momento, el Nàstic sabe que está haciendo las cosas bien y que está en disposición de luchar por el ascenso directo hasta el final. De momento, el domingo tocará recibir el tercero clasificado, un Oviedo que está empatado con los tarraconenses, cuartos con 52 puntos sumados, en cinco del ascenso directo.