Un gran premio al trabajo incansable
El cadete femenino del CBT jugará este fin de semana la Final en Cuatro de los Campeonatos de Cataluña
El equipo cadete femenino del Club Baloncesto Tarragona afronta una cita histórica este fin de semana. Estará en la Selva del Camp donde las tarraconenses jugarán, por primera vez a su historia, la Final en Cuatro de los Campeonatos de Cataluña Preferentes, una cita a la cual el conjunto tarraconense no llega como favorito, pero sí con la máxima ilusión. Sant Adrià será el rival de las semifinales y, si consiguen pasar a la final, Almeda o Gerona las esperarán con los brazos abiertos.
Albert Gómez, segundo entrenador del equipo, se muestra muy orgulloso por haber conseguido llegar hasta aquí, ya que «después de catorce años, que fue la primera vez que un equipo de la provincia llegó a la Final en Cuatro de los campeonatos de Cataluña está muy bien que nosotros hayamos sido los siguientes». El equipo, según el técnico, tiene un gran espíritu de sacrificio. «Es un grupo muy guapo, que siempre ha podido trabajar. En la pista compiten al máximo, contra quién sea. Sí ha habido tramos de la temporada en los cuales se han relajado, pero lo han acabado dando todo», según explica Gómez. El segundo entrenador cree que las opciones de pasar a la final son mínimas, y se conforma con el bronce: «Aspiramos a finalizar terceros ya que, así, podemos llegar al Campeonato de España. Quedar primero o segundo será imposible. Intentaremos competir, pero para poder ganar el Sant Adrià en las semifinales se tienen que dar muchos factores».
Llegar a esta fase final, para el segundo técnico, «todavía tiene más mérito después de como|cómo ha ido la temporada. En la primera fase conseguimos buenos resultados, pero al final se lesionaron dos jugadoras de las ataduras|ligamentos cruzadas. Todavía se nos pusieron las cosas peor a finales de la temporada, ya que dos jugadoras más se lesionaron y, por eso, tiene mucho de mérito lo que hemos podido hacer».
Una de las jugadoras lesionadas es Carla Ruiz. Ella ha tenido que pasar un auténtico infierno, ya que no ha podido estar al lado de sus compañeras en la pista, aunque las ha acompañado siempre desde el momento de romperse.
«Ha sido un tiempo muy difícil para mí. Era una temporada que pintaba bien, pero antes de Navidad me hice daño y me dijeron que tenía que pasar por quirófano y que iría para largo, dice. «Lo he pasado muy mal, pero estoy muy orgullosa de lo que están haciendo mis compañeras, y a eso me ayuda a salir adelante» manifiesta, añadiendo que «todavía no sé seguro cuándo volveré a jugar, pero lo que tengo claro es que seré la primera a animar a mis compañeras a la Final en Cuatro». Nunca se ha alejado de sus compañeras, ya que «he intentado participar al máximo durante los partidos, animándolas y dando palmas y, además, he hecho pancartas y escritos». Su grupo de amigos no entiende cómo puede jugar a baloncesto y estudiar a la hora, ya que «cuando explico a mis amigos a las horas que llego de los entrenamientos, se quedan parados|pasmados, ya que no entienden cómo lo puedo compaginar con los estudios». Carla Ruiz no cree que sea imposible pasar a la final, ya que «pienso que, con esfuerzo, todo se puede conseguir, pero le doy la razón a Albert en el hecho de que los rivales son equipos muy trabajados y, aunque somos más bajas que las jugadoras de San Adrià, todo es posible».
También está muy ilusionada con el reto que se le presenta este fin de semana Clàudia Ejimeno. La joven jugadora, uno de cuyos valores está más orgulloso el CBT, también apuesta por ser ambiciosa en la Final en Cuatro. Según ella, pasar a la final «imposible, no lo es, pero sí muy complicado. Sant Adrià cuenta con muchas jugadoras de la Selección Catalana, y son mucho más altas que nosotros. Creo que podemos competir contra ellas y, si no, a luchar por el tercer lugar».
Para ella, «es una experiencia nueva. No tenemos nada que perder, y nos vendrá a ver gente de todas partes: seleccionadores, técnicos de otros clubs...». Ejimeno juega a baloncesto «porque empecé desde pequeña, se me da bien y, en definitiva, es una buena forma de desconectar. Conoces a muchas personas y tienes muchas experiencias» y deja claro que «sí que gusta estar en el sofá, con el móvil, pero al final te cansas. Muchos amigos míos lo hacen, pero yo tengo la necesidad de botar una pelota».