Goleada para seguir con el sueño vivo
El Nàstic hace el trabajo derrotando el Lugo, pero también lo hace el Alavés, que sube a Primera; el Leganés gana en un Llagostera que baja a Segunda B
Nada se le podrá retraer a uno Gimnástico de Tarragona que ayer hizo el trabajo, y que goleó al Lugo (0-3) en un duelo completamente dominado por los tarraconenses, pero que no sirvió para recortar distancias a los dos primeros clasificados. El Alavés hizo el trabajo y, a las diez de la noche, ya era equipo de Primera División. Por lo tanto, los vitorianos visitarán el Nuevo Estadio este sábado sin absolutamente nada en juego. Por su parte, el Leganés, que sigue segundo, con un punto más que el Nàstic, dependerá de él mismo para ascender. Si el próximo fin de semana vence el Mirandés, subirá de categoría. Es así porque ayer acabó con el Llagostera (2-0), y lo envió a Segunda División B.
No hubo ninguna sorpresa al once inicial del Nàstic, ya que sólo hubo un cambio con respecto al último once, el de la victoria del miércoles contra el Osasuna. Gerard Valentín, completamente recuperado de sus molestias, ocupó el lateral derecho, al lado de los ya habituales Suzuki, Batanea y Mossa. Por delante, Lobato a la derecha, Aburjania en la media punta y Naranjo a la izquierda, dejando a José Naranjo como único punta.
El conjunto tarraconense tuvo el partido controlado en todo momento. El Lugo no se jugaba absolutamente nada, y fue el cuadro de Vicente Moreno el que puso todas las ganas y la intensidad sobre el césped. En las primeras compasas del duelo, la mayor parte del juego se desarrolló en el área gallega, a pesar de que con llegadas tímidas que, al principio, no inquietaban demasiado al meta Roberto.
La jugada del primer gol se empezó a cocinar a los quince minutos de juego, cuando Giorgi Aburjania cogió la esférica a la frontal, y disparó, acabando su rasgo|tiro en servicio de esquina, después de chocar en un defensor. Allí, no se lo pensó el cerebro grana, Sergio Tejera, quien|quién cogió la esférica y, con pierna izquierda, desde la misma izquierda de Caballero, centró realizando el esférica una parábola perfecta, tan impecable que llegó prácticamente limpia|neta al segundo palo, donde Mossa esperaba su oportunidad de fusilar al portero. Así lo hizo el lateral, con pierna izquierda, en lo que, aparte de ser un gol vital, resultaba un premio mayúsculo para un futbolista que ha realizado una temporada espléndida al conjunto tarraconense.
Bajó un poco la intensidad el cuadro tarraconense después del gol, pero la recuperó de forma inmediata, consciente de que no tenía que bajar los brazos, ya que alguno de sus rivales en la lucha por|para el ascenso directo, Alabès o Leganés, estaban obligados a ganar para no meterse en problemas. Por su parte, el Lugo buscaba internadas por banda|lado derecha, mediante Iriome, aunque no eran suficientemente peligrosas como para inquietar en exceso a los catalanes. En el 23’, a punto estuvo subir el segundo a lo electrónico el Nàstic, cuando|cuándo José Lobato robó pelota en campo propio, va cavalgar hasta la frontal del área rival y vio cómo se desmarcaba un Naranjo que recibió la esférica y que, acto seguido, disparó. Roberto desvió el tiro y, cuando Emaná se disponía a recoger el rebote, el juez de línea señaló fuera de juego.
El gol de la tranquilidad tardó en llegar un poco, pero fue una realidad a los 38 minutos de juego. Mossa, muy incisivo en ataque durante todo el enfrentamiento, llegó a la frontal y, escorado a la izquierda, entró en el área, y disparó, sin que el portero pudiera atrapar con claridad. Desvió la esférica y allí lo esperaba Emaná, quien no perdonó y situó a un 0-2 que aportaba tranquilidad. El Nàstic dominaba claramente, pero también lo hacía el Alavés contra el Numància (2-0) y el Leganés también ganaba en el Llagostera (1-0). Así, quedaba muy igual.
El Lugo empuja
Mucho más espeso salió el Nàstic a la segunda mitad, una espesura involuntaria, ya que los gallegos cogieron la iniciativa. Ahora bien, eso no quiere decir que los tarraconenses no tuvieran el duelo controlado, sino que todo el contrario. El conjunto de Vicente Moreno no sufrió en exceso, excepto alguna acción puntual. En el 58’, Manolo Reina se vio obligado a lucirse, y de lo lindo. Jonathan Pereira, un futbolista que no hace mucho había sonado como posible fichaje del Nàstic, soltó un rasgo|tiro impresionante y perfectamente dirigido desde fuera del área, y el de Villanueva del Trabuco voló para enviar la esférica a córner. Era el preludio del gran hito de Reina, el cual volvió a ser protagonista, a los veinte minutos de la segunda mitad.
Era una jugada aparentemente sencilla, en la cual la esférica se quedó casi parada a la línea de fondo. No iba con suficiente fuerza como para dejarla pasar, Lévy Madinda llegó. Se equivocó en su decisión, ya que en vez de enviar la pelota a la quinta gradería, quiso cubrirla. El delantero rival le ganó la partida, le robó la cartera, y el de Gabón no tuvo más remedio que cometer un penal|penalti que, de haber subido al marcador, habría resultado un problema bastante grande para el Nàstic. Caballero fue el encargado de tirarlo, pero el portero andaluz adivinó perfectamente sus intenciones. Se tiró a su propia derecha, y atrapó la esférica.
La segunda mitad, sin embargo, acabó siendo un monólogo de los locales en el área del Nàstic, sin embargo, sin peligro suficiente como para hacer inquietar una victoria que estaba más que asegurada. La nota negativa del enfrentamiento fue que Vicente Moreno se vio obligado a sacar del campo a Gerard Valentín, y a dar entrada a Iago Bouzón en el lateral derecho porque el carriler catalán pidió la sustitución, por|para molestias. Como contrapartida, los tarraconenses todavía ofrecieron un gol más, el que servía para redondear la goleada en un Anxo Carro que despide la temporada sin pena ni gloria, con un equipo que quería disputar la promoción de ascenso y que no lo podrá hacer. Jean Luc comandó un contraataque y, muy inteligentemente, sirvió una asistencia hacia Aníbal, recientemente ingresado en el terreno de juego, quien fusiló a Roberto.