De la Selva del Camp a jugar en los EEUU
Maria Martiánez se marchó a estudiar al extranjero, y triunfa en la Liga Universitaria de Baloncesto
Las personas, en ocasiones, son objetos de cambios en sus respectivas vidas. Gente que ha trabajado muchos años en una empresa, recibe una oferta de otra y, de un día para el otro, se marcha para mejorar sus condiciones laborales y su nivel de vida. Pero también hay otras ocasiones, en las cuales una persona protagoniza un gran cambio, que también comporta marcharse muy lejos.
Este es el caso de Maria Martiáñez Vendrell, una joven de tan sólo 18 años de la Selva del Camp, que el pasado 2015 abandonó su casa para marcharse a los Estados Unidos, dondeahora, aparte de estudiar una carrera-Medical Technology, lo que aquí sería Biomedicina-, juega a la máxima categoría de las ligas universitarias de baloncesto, defendiendo la camiseta del Oral Roberts University, donde está cursando sus estudios.
Según explica la joven, «me ofrecieron la beca entera. Vinieron a mi casa a visitarme y, el verano del 2014, me pagaron un viaje con mi madre para visitar la Universidad. Pasamos dos días y, en noviembre, firmé el contrato para, el año siguiente, irme». Maria Martiáñez está en los Estados Unidos desde agosto del 2015, aunque ahora está pasando dos meses de vacaciones con su familia. Deportivamente, detalla que «allí, el baloncesto es mucho más físico, correr arriba y abajo, no es un baloncesto tan europeo. Cuesta adaptarse porel tipo de baloncesto, pero también porel idioma y porque no conoces a tanta gente». Poco a poco, se ha ido haciendo importante al equipo, y ahora es una pieza indiscutible, ya que «me costó coger buenas sensaciones, pero durante el año he jugado mucho, una media de casi 35 minutos, y he acabado muy bien la temporada».
La de la Selva del Camp que ocupa la posición de ala-pívot|pivote en la pista se felicita porque «juego a la categoría más alta de la Liga universitaria, la División 1. Allí, además, dan conferencias, que son ligas por zonas, y te mueves por cinco o seis estados. Juegas dos o tres partidos por semana». Todo este movimiento de partidos motiva que, a la hora de estudiar, le resulte más complicado, ya que vive de forma diferente a la de la mayor parte de sus compañeras. «Si te saltas clases, tienes que pedir apuntes y que te cambien los exámenes. Te ayudan a un poco, pero también te tienes que buscar tú la vida», manifiesta.
Volverá a Europa
Ella aspira a vivir algún día del baloncesto, pero sabe que es muy complicado seguir haciéndolo a los EEUU, ya que «aquí, sólo está la NBA femenina, de un nivel altísimo. Me gustaría acabar los estudios –le quedan cuatro años– y después volver a Europa, no en España, ya que hay muchas más posibilidades de poder jugar en un buen equipo».