El Nàstic no gana de ninguna manera
Una buena primera parte queda enturbiada por un error defensivo, y el equipo se hunde completamente después del descanso
No hay manera. Nueva derrota del Gimnàstic de Tarragona, equipo que no levanta cabeza|cabo|jefe y que suma ya diez jornadas sin conocer la victoria. Esta vez, fue el Valladolid el que se llevó la victoria (1-2) en un duelo en el cual el Nàstic cuajó una buena primera mitad, pero volvió a quedar condenado por un grave error defensivo, que ayudó a los vallisoletanos a adelantarse|avanzar. Empató Uche con un golazo pero, en el segundo acto, los locales se hundieron en el partido y, también, en la mesa|tabla clasificatoria. Una semana más como colistas, y el domingo toca visitar el penúltimo, la Almería.
Se notaba que el Nàstic tenía que ganar. El triunfo no era necesario, sino obligatorio y, por este mismo motivo, los locales salieron a por todas. Los primeros 45 minutos resultaron realmente intensos, con un Nou Estadi muy entregado y un equipo que también lo dejó todo en el campo.
Un equipo que, por cierto, contaba con dos grandes novedades al once. La primera, la de Dimitrievski en la portería. El meta macedonio rayó a un gran nivel en el duelo de Copa del Rey, y Vicente Moreno le dio la alternativa también a la Liga. La otra novedad, la de Otar Kakabadze en el lateral derecho. Entre el gran parti que cuajó a Vallecas y las molestias de Gerard Valentín, el carriler consiguió hacerse un sitio al once.
Pero el primer protagonista del enfrentamiento no fue ninguno de estos dos jugadores, sino que lo resultó Juan Muñiz, nuevamente muy activo y protagonista con la pelota en los pies. A los dieciséis minutos de juego, estuvo a punto de subir el primero al electrónico. Fue después de recoger una esférica en la frontal, un poco escorado a la derecha. Tuvo tiempo el asturiano de colocársela a la izquierda y de disparar, haciendo la rosca, pero encontrándose con la madera. Buenos primeros minutos de los tarraconenses que, con cuatro centrocampistas natos en el campo (el mismo Muñiz, Lobato, Madinda y Tejera), buscaban con insistencia romper la defensa rival y hacer daño a los castellanos.
Los que hicieron daño, sin embargo, fueron los visitantes, que se encontraron con el gol en la primera acción de peligro de que dispusieron. En un error colectivo de la defensa del Nàstic, Juan Villar se encontró con la esférica en el área pequeña, se giró y su rasgo|tiro se tropezó con la madera pero, contrariamente a lo que pasó con Muñiz, aquí con la esférica sí que entró.
Los nervios entraron en el campo, y se escuchó algún silbido, pero rápidamente estos se convirtieron en aplausos, ya que Uche marcó uno de los goles más bonitos de todos los que lleva el Nàstic. Álex López se trabajó una buena jugada por la izquierda y vio desmarcado a su compañero en el centro. No se lo pensó, le pasó, y al africano tampoco se lo pensó mucho. Recogió la pasada y, desde fuera del área, a unos cinco metros de la frontal, disparó fuerte, y me siento, imparable para Becerra.
Y también empezó con mucha fuerza el Nàstic al segundo acto. Con más empuje que el rival, y con ganas de encontrar un gol que lo pusiera por delante en el electrónico, una diana que motivara que el público del Nou Estadi se espoleara y volviera a engancharse. Pero se acabó repitiendo la historia de la primera mitad. Fue el Valladolid el que encontró portería. Y es que, ofensivamente, el Nàstic hizo a un partido lo bastante digno, pero en defensa volvió a pecar de errores individuales que acabaron perjudicando al colectivo.
Una de ellas fue la que motivó el 1-2, obra de Jose, quien remató sin mucha oposición uno centrada de Moyano a los 63 minutos de juego. Volvían los nervios, los cuales se fueron incrementando con el paso de los minutos. No salía absolutamente nada. La descoordinación entre la defensa y el centro del campo era máxima, y muchos jugadores fueron bajando pistonada hasta que parecía que habían desaparecido del partido.
Al final, el equipo acabó bajando los brazos, no para no querer ir a por el duelo, sino porque no les salía absolutamente nada. Además, el Valladolid se animó en ataque y quiso buscar un tercer gol que nunca llegó. Lo que sí se produjo es la expulsión de Daisuke Suzuki, que vio dos tarjetas amarillas por sendas entradas (la última pasado el minuto 90) y se perderá el duelo almeriense, en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.
FICHA DEL PARTIDO
Gimnàstic. Dimitrievski, Kakabadze, Suzuki, Molina, Mossa, Muñiz (Rharsalla, 59), Tejera, Madinda, Lobato (Ferran Giner, 71), Uche (Stephane Emaná, 64) y Álex López.
Valladolid. Becerra, Javi Moyano, Álex Pérez, Guitián (Lichnovsky, 39), Entumezca, André Leao, Álex López (Luismi, 71), Juan Villar (De Tomás, 70), Joan Jordán, Míchel y José.
Goles. 0-1, Juan Villar (26); 1-1, Uche (40); 1-2, José (63).
Árbitro. Juan Manuel López Amaya (Andalus). Mostró la tarjeta amarilla a los locales Sergio Tejera, Mossa y Suzuki (2, 91); y a los visitantes Juan Villar, André Leao, Becerra.
Incidencias. El Nuevo Estadio acogió a 6.244 espectadores.