«El cuerpo técnico nos transmite la personalidad para tener la pelota y no tener miedo de nada»

—Está haciendo prácticamente todos los pases de gol y el 50% de las últimas tres dianas es suyo. ¿Cómo se siente?

—Ha coincidido en estos últimos dos partidos, con el Nàstic y domingo. La forma de jugar del equipo hace que los laterales tengamos que ser ofensivos, incorporarnos mucho al área contraria, y eso da la facilidad para hacer más pasadas de gol e incluso tener ocasiones.

—Desde fuera, en usted y algunas otras piezas de la plantilla, se ve una progresión notable.

—La temporada pasada, en Segunda B, demostramos que éramos un gran equipo, que teníamos nivel para estar a una categoría superior, y ascendimos prácticamente en un solo partido a un campo como el del Racing. Ahora, en Segunda, las cosas están saliendo bien, pero la temporada es muy larga y acaba de empezar. De momento, la forma de trabajar durante la semana se ve en el césped los domingos.

—¿Hasta qué punto beneficia al colectivo al jugador? ¿Qué parte del mérito es del resto?

—Todo. Y especialmente en mi posición. Si el banda no hace el automatismo bien, el lateral no puede subir. Si el pívot no está bien colocado... Al fin y al cabo es el trabajo de todos. Cada uno tiene una responsabilidad y de ella depende que salga o no una jugada, y de aquí el equipo y el resultado a un partido.

—¿Un lateral puede mejorar las asistencias entrenando o influye más la visión del futbolista?

—Se mejora mucho con los entrenamientos, pero también hace falta la suerte, la capacidad de intentarlo, escoger el momento más preciso. Sin embargo, si habitualmente lo haces cuando entrenas, si todo es centrar, a los partidos es más fácil, sale naturalmente.

—La defensa fue una de las líneas más fijas y últimamente ha vivido cambios. ¿Cómo los han gestionado?

—Somos el equipo menos goleado. Hemos jugado prácticamente todos en la defensa y se ha visto que no hay diferencia, no se ha reflejado a las cifras cuándo ha sido Babic o Campins, Melli, Migue, Ángel. El equipo continúa igual porque el nivel es muy alto. Y esta es una de las mejores cosas que tenemos: tenemos que competir al 100% para jugar.

—Forma parte de un bloque del ascenso que se está manteniendo muy presente también en Segunda.

—Los que el año pasado dimos la talla, en Segunda teníamos que ganarnos también una oportunidad. El entrenador ha confiado en nosotros y nos la ha dado, pero hay que mantener la tensión porque siempre hay un compañero que te puede coger el sitio si te duermes.

—Se ha hablado mucho de la personalidad del CF Reus. ¿Desde dentro, cómo la definiría?

—Al principio, todo el mundo decía «El Reus? Subirá y bajará». Vamos por la decimoséptima jornada y el Reus es cuarto. Hemos ido a campos complicados y hemos competido, hemos ganado o sumado. El equipo tiene personalidad y la transmite el cuerpo técnico. Jugamos a aquello que trabajamos día a día, se trata de tener la pelota, no tener miedo nunca. Cada vez que salimos al campo, no tenemos nada que perder pero tenemos mucho a ganar.

—¿De qué forma enderezaron la racha de tres derrotas? ¿Cómo lo vivió el vestuario?

—El año empezó tan bien que, de repente, perder tres series... Cada semana analizamos el partido con el míster. Ves que en Huesca pierdes porque el árbitro silbó un penalti que podía ser o no ser y que mereciste ganar sí o sí contra un rival que había hecho poco y tú habías tenido mil ocasiones. Pierdes contra el Levante con un error que pasa cada 30 partidos y mejor que pase contra el líder, que llegaba con cifras de escándalo. Donde más merecimos perder fue en Alcorcón, y tampoco. Estamos en Segunda, es normal.

—¿El 1-0 del derbi contra el Nàstic es, hasta ahora, la mejor victoria de la temporada?

—La mejor victoria de la temporada será el día que ganemos y podamos decir «mira, ya está, hemos conseguido el objetivo y quedan ahora diez partidos para poder mirar arriba». ¿El derbi? Sí, claro está, es bonito ganar. Pero el derbi ya ha pasado y ahora viene otro partido, hay que pensar en la Córdoba.

—Dieciséis jornadas completadas, 24 puntos y un lugar casi permanente al ‘play-off’, ahora desde la cuarta plaza. ¿Esperaba ver el equipo así?

—Si te dijera que sí, y si cualquiera te lo dijera, te engañaría. Pero tampoco pensé nunca que fuéramos la Cenicienta de la categoría. Tenía muy claro que eso no iría de perder, perder, empatar... No. Nos veía un equipo duro, bien defensivamente y que tiene buenos conceptos con la pelota. Todo eso se está notando cada partido cuando intentamos jugar un buen fútbol. ¿Sorprende un poco? Quizás, pero ya no. Ahora ya somos conscientes de que la categoría es muy igualada y que si estamos bien, podemos ganar a cualquiera.

—¿Se hace difícil convivir con la euforia que todo ha despertado a la afición y a la ciudad?

—No. Tenemos claro que el objetivo es la salvación. Todo eso está muy bien y ojalá pasen tres meses, cuatro o cinco, continuamos allí, estemos salvados y mirando a la Primera División. Y es bonito porque la gente se anima y eso hacía falta en Reus. La afición se está portando muy bien. Vamos a cualquier campo y vemos gente en autobuses, en sus coches. El Estadio también ha cambiado mucho, de las 900 personas que había antes a verlo lleno siempre.

—En su casa, Altafulla, el paso de Alberto Benito por la plata ha levantado expectación.

—Es el pueblo de toda la vida, tengo mucha familia y hay gente que me conoce de siempre y que se alegra de que tenga la suerte de estar jugando al fútbol profesional. Tengo el mismo trato con todos de lo que hace cuatro o cinco años.

—El club inició las renovaciones con Fran Carbia y usted es uno de los nombres en la agenda. ¿En qué punto están las conversaciones?

—Me han comentado que nos tenemos que sentar y hablar, pero todavía nada concreto. Yo estoy muy contento aquí. Si todo va bien y las dos partes nos podemos poner de acuerdo, está claro que me quedaré, siempre que yo crea que el club es lo mejor para mí y que el club crea también que yo soy el mejor para él. Aquí me han dado la oportunidad de ser profesional. Es como estar en casa. Y lo estoy. Ojalá nos pongamos de acuerdo y esté aquí muchos años.