Adiós a la Copa
Dos dianas de Toquero y una de Santos dejan fuera de combate un Nàstic donde sólo destaca Lévy Madinda, el mejor de los locales
Lo que realmente importa es la Liga. Sin embargo, no había que salir goleado en la ida de los decimosextos de final de la Copa del Rey, pero así fue. Un Nàstic con dos caras dobló la rodilla ante|delante de el Alavés (0-3), que sentenció la eliminatoria gracias a un doblete de Toquero y a una discutida diana de Santos. Este resultado deja el Nàstic prácticamente eliminado.
El once de Vicente Moreno fue prácticamente el esperado, aunque introdujo una sorpresa que pocos tenían a la mente. En el centro del campo estuvo donde el técnico incluyó la mayor de las novedades. Zahibo, Boiro y Lévy Madinda dibujaron una especie de trivoto, en la cual el futbolista de Gabón acostumbraba a tirar más arriba, a jugar más adelantado. De hecho, el centro del campo grana fue de lo que más funcionó, ya que la superpoblación que propuso Moreno hizo ganar su equipo en superioridad numérica a la zona de creación.
En la portería, Saja volvía y, en defensa, nada extraño. Kakabadze y Ferran Giner eran los encargados de cubrir las alas, mientras que Lopo e Iago Bouzón volvían a formar pareja en el centro, después de que el ex del Deportivo cumpliesesanción y e qué el gallego hiciera limpio de sus molestias.
Con respecto a la delantera, Maloku a la derecha, Delgado a la izquierda, y Stephane Emaná eran los encargados de llevar|traer el peligro ofensivo. De hecho, Emaná fue el futbolista más activo. Como siempre, demostró una gran entrega y un sacrificio impagable. Delgado y Malolu, en la línea de lo que va la temporada, sufrían. No les sale absolutamente nada, y el público ya empieza a desesperarse cuando no les sale alguna acción.
Vicente Moreno dio con el clavo ubicando a Madinda por delante de Boiro y de Zahibo, ya que la tarea del de Gabón fue la más lucida de todas. Con pelota, fue lo mejor, con diferencia, del Nàstic. Desde la línea de tres cuartos, realizó jugadas de quilates, acciones que firmaría cualquier media punta del mundo. Fue este enlace entre centro del campo y delantera que tanto tiempo hace que necesita el equipo. Escudado de Boiro y de Zahibo, Madinda jugó mucho más cómodo que en la banda|lado derecha, donde lo está acostumbrando a ubicar a Vicente Moreno.
A la primera mitad, los tarraconenses fueron superiores en casi todas las fases, aunque el electrónico no dijera eso. La primera ocasión la tuvo el visitante Santos cuando, en el 3’, disparó, con la izquierda, una centrada que le venía también del carril izquierdo. Fue el primer aviso de un equipo que no insistió mucho en la portería rival, pero que estuvo acertado cuando lo hizo.
Quien fregó de verdad el gol fue Giner. A los seis minutos de juego, el rebote de un córner llegó a su pierna izquierda, con la cual impactó, y el cuero salió lamiendo el palo izquierdo de Ortolà.
Se animaba el partido, pero la traca fue a parar a la cabeza|cabo|jefe de Toquero, desde donde salió el gol. Córner que bota Espinoza desde la izquierda de la portería defendida por Saja y se eleva Toquero para conectar y fusilar el meta local. El Nuevo Estadio se quedó helado, sobre todo porque era su equipo el que dominaba. No se rendía el Nàstic ya que, pocos según más tarde, quedaba cerca el 1-1. Internada por la derecha de Maloku, dispara el croata, pero el tiro lo desvía Ortolà en córner. No fue un acoso del Nàstic, pero sí que fue mucho mejor el cuadro catalán hasta el descanso.
Madinda, el líder absoluto del equipo, disparaba en el 29’ encontrándose con Ortolà y Delgado, siete minutos más tarde, probaba suerte a pasada de Madinda, después de una genialidad del africano, pero el sudamericano no pudo encontrar el agujero entre los tres palos.
Ahora bien, todo lo que había funcionado a la primera mitad, aquello que había hecho disfrutar a los aficionados del Nàstic, cambió radicalmente después del descanso. Los errores defensivos se van agudizar. La defensa hizo aguas por todos lados, Madinda fue sustituido y, las bandas, se mostraron inexistentes.
Así, el Alavés se limitó únicamente a hacer su juego y a intentar aprovechar los errores, muchas, del rival. La primera de estas coincidió con el segundo gol de los vitorianos. Incomprensiblemente, cinco futbolistas del Alavés se plantan a campo contrario, con un único defensor. Como era de esperar, la jugada acabó en gol. Nuevamente fue Toquero quien, sin oposición, fusiló Saja, que no entendía lo que estaba pasando. Todo era un desastre, y en goleada tenía que acabar el partido. Así, el tercero, en el 63,’ fue la prueba definitiva que el Nàstic dice adiós a la Copa del Rey. Falta lateral que remata Santos. El público se quejó de qué lo había impactado con el brazo, pero el gol acabó subiendo al marcador. El debut de Rayco, de la Pobla, lo único destacado hasta el final de un partido que habrá que olvidar el más bien posible.