Joan Oliver: «Estamos intentando hacer ahora en China lo mismo que hacemos en el Reus»

Cerca de 30 futbolistas, entre el total de la plantilla profesional y parte del equipo universitario del BIT de Beijing, se ejercitan estos días en las instalaciones del Complejo Deportivo Fútbol Salou, coincidiendo con el paro en la liga china, para preparar la próxima temporada. Forman parte de un proyecto puesto en marcha a través del conseller delegado del CF Reus, Joan Oliver, que en abril de este 2016 se hacía con el control del club chino mediante una sociedad holding en Hong Kong, la cual a su vez posee el 86% de otra en Beijing y que es la misma que suscribió la última ampliación de capital de la entidad rojinegra. La operación, que se sellaba después de tres años de investigación en el fútbol asiático y se decantaba en favor del BIT por la estructura de jugadores jóvenes que ya arreglaba en aquel momento el club, quiere «coger el know how, el conocimiento y el bagaje técnico que tiene el Reus y utilizarlo para ayudar al equipo chino», es decir, «intentar hacer en China lo que estamos intentando hacer en el Reus: construir un equipo, hacerlo progresar, hacerlo subir, que sea atractivo y que cree marca», concreta Oliver. Esta «hermandad de equipos» tendría que culminar, en medio-largo plazo, en «una integración funcional a través de la cual uno y otro colaboren en todos los terrenos» y abrir así «una puerta importando para el Reus y para Reus a China, y no a cualquier lugar, sino a la capital Beijing».

El BIT, que compite en la Liga 2 –el equivalente a la Segunda División B estatal, a la vez que la plantilla universitaria es campeona en China–, está dirigido por el exjugador del primer equipo y extécnico del juvenil rojinegro Robert Ahufinger, rodeado de un grupo de media docena de profesionales vinculados al CF Reus y entre los que se encuentran a Jaume Delgado o Ferran Asensio. En el 2015, el director deportivo, Sergi Parés, y el mismo Olivo, se desplazaron a Turquía para visitar un stage donde se produjo la primera toma de contacto con el BIT. Ahora, sus jugadores entrenan en Salou para acercarse al fútbol y a la manera de hacer de la entidad reusense, en la puesta a punto de cara a la campaña 2017-18. Se alojan en el Cambrils Park, a 500 metros de los campos donde desarrollan la actividad diaria y donde disputan «un par de partidos cada semana» que ya los han colocado delante de CF Pobla de Mafumet, Reddis, Cambrils-Reus B o el juvenil del FC Barcelona. Todos ellos volverán a casa en pocas semanas, con la llegada de las fiestas de Navidad, y viajarán de nuevo a Reus después del fin de año chino, que se celebra a finales de enero, para «continuar con la preparación ya que parte del plan pasa por que estén aquí».

Proyección rojinegra

Esta «aventura» que «supone hacer todo el contrario de lo que hace todo el mundo «puede convertir el CF Reus no sólo en un club que está bien y que va funcionando en Segunda sino en un equipo con una capacidad de proyección bastante bestia si funciona y si se sabe aprovechar» tiene una segunda fase: «Ir cambiando jugadores». No, de momento, con respecto a las primeras plantillas, «por la diferencia de nivel» aunque «es el sueño chino», pero sí «por ejemplo, enviando futbolistas nuestros que puedan hacerse grandes allí». «Tal como los lo explico cuándo voy, se trata del BBB, el Beijing Barcelona Bridge, un puente entre Beijing y Reus, procurar que los dos equipos jueguen bastante igual, que tengan los mismos recursos, la misma filosofía y la misma formación».

Las negociaciones para cerrar el acuerdo con el BIT, explica ahora Joan Oliver, a través de esta sociedad en Beijing, fue el origen de los atrasos en los pagos en plantilla y cuerpo técnico, el curso pasado, y así se explicó en el vestuario y creo que lo entendieron. «Habíamos quedado en que firmábamos la compra del equipo antes de que empezara la liga, que se iniciaba el 15 de abril, y el primer partido en casa era el mismo día a las tres de la tarde. Firmamos los papeles a las dos de la tarde y todavía hacíamos papeles cuando oímos el silbato del árbitro», detalla el conseller delegado del CF Reus, que dice que «toda la estructura que estaba planteada y que estaba previsto que se completara seis meses antes, se fue aplazando».

El BIT nació en el Beijing Institute of Technology, gestionado por una filial de esta universidad a que «era muy complicado justificar que estaba destinando dinero a un equipo de fútbol». Así que el club fue absorbido a través de las sociedades en Hong Kong y Beijing y, después de una «temporada de transición», se internan ahora en esta experiencia aprovechando que «aquí tenemos los recursos, los campos, los servicios médicos, y sobre todo tenemos rivales».

La «deuda cero» del club

En la cuestión económica, Oliver recuerda que «en toda esta estructura, el Reus tiene una deuda cero», es decir, «el club, hoy, debe cero. No tiene ni una deuda con un banco ni con nadie y, por lo tanto, eso nos da una tranquilidad en el sentido que no sólo se ha tratado de resolver una situación que, con los retrasos, en su momento se había complicado, sino que ha sido dejar el club absolutamente saneado del todo». El club concibe este nuevo vínculo con el BIT como una oportunidad para trascender fronteras y la idea «divertida y diferente» de trasladar al modelo de fútbol rojinegro a un equipo que «nos puede dar más presencia y más proyección, y ayudarnos a tener, todos juntos, más fuerza».