Un Petr Cech en la medular del Nàstic

Una de las incorporaciones en el vestuario del Nàstic en el mercado de invierno y pieza destacada del partido contra el Tenerife (1-1), Luismi, escondía en la cita del domingo pasado, y en todas las que disputa desde el 11 de noviembre del 2012, su particular historia de superación. La imagen del mediocentro (Puerto Serrano, 1992) compitiendo con la cabeza cubierta por un casco en su estreno como grana, que recuerda la del portero del Arsenal Petr Cech, apunta el desenlace feliz de un relato que empezaba cuatro años atrás. A los inicios de su etapa como parte de la plantilla del Sevilla Atlético, en Segunda B y en la temporada 2012-13, un choque con un oponente, en la disputa de una pelota aérea durante un enfrentamiento con el Jaén, acababa con el futbolista ingresando en la UCI por una doble fractura craneal. El golpe de cabeza con Nino, que tenía lugar en la última jugada de aquel partido, desembocaría sólo horas más tarde en una hemorragia que comprometió la vida de Luismi, lo llevó a pasar por quirófano y lo obliga ahora a utilizar el vistoso casco «únicamente para jugar y como medida de seguridad».

El centrocampista explicaba, en su puesta de largo con el Valladolid desde donde ahora desembarca cedido al Nàstic –pendiente todavía de la presentación como grana– estar «perfectamente recuperado» del incidente y, de hecho, en la preparación, se ejercitaba hasta ahora y lo continúa con la cicatriz descubierta, bajo la cual se le colocó una placa de titanio. Después del incidente, Luismi fue atendido en la propia ambulancia, y fue a través de un TAC, ya completado el traslado al centro hospitalario, donde se diagnosticó la fractura temporoparietal. La intervención quirúrgica sucedía en un breve lapso las primeras pruebas. En la secuencia del partido se puede ver el jugador levantarse por su propio pie del choque y dejar el terreno de juego entre miembros del servicio médico del Sevilla Atlético. Nino, por su parte, pudo continuar con normalidad.

Ni pensar en colgar las botas

Con todo, el mediocentro no colgó las botas. Ni se lo pensó. Y, a pesar de las precauciones que tuvo que tomar en la vuelta a los terrenos de juego, acabó la temporada y completó todavía una más con el filial sevillista antes de enrolarse al Valladolid, con el que está comprometido hasta junio del 2018. Con el primer equipo del Sevilla, aunque no llegó a debutar en la Liga, sí que lo hizo en Copa del Rey, donde se enfrentó al Logroñés en los dos partidos luciendo el dorsal 16, el de Antonio Puerta, en su espalda.

La aparatosa lesión frenó su progresión, pero no la paró, y el paso por el Nàstic quiere convertirse ahora en una nueva puerta abierta para el andaluz, valioso pero no excesivamente conocido y que quiere demostrar qué sabe hacer como grana. Así como Cech acumula una década jugando con la protección, desde que la rodilla de un rival en el Reading-Chelsea impactara contra su cabeza y forzara también una operación para resolver la fractura craneal, ésta será la quinta temporada para Luis Miguel Sánchez, Luismi, con el casco, desde el partido con el Jaén.

El mediocampista, que entró en el grupo en la reanudación de los entrenamientos posterior al paro de Navidad gracias al permiso del Valladolid que le permitía hacerlo, oficializaba su incorporación al conjunto tarraconense el pasado 4 de enero, cedido hasta a final de temporada. Luismi, que también puede actuar como central, tiene 24 años y se formó en el Sevilla. Después de brillar en el estreno contra el Tenerife, será presentado en los próximos días.