Retrasarse en el campo para avanzar en la vida: la metamorfosis de Campins

La huella del Mallorca en Joan Campins viene de lejos y es lo bastante profunda como por haber marcado el resto de su trayectoria futbolística. O una especie de sacudida, relativamente habitual en la etapa formativa, complicada de entrada pero a qué «al final, me acabé acostumbrando». Completaba los primeros pasos serios con una pelota en los pies cuando algún ojo experto en el club se fijó. Campins (La Pobla, 1995) daba el salto al referente balear bajo la tutela de Santi Miralles y de Miquel Nanu Soler. En este último habrá que atribuir la posición que ocupa los domingos en el terreno de juego.

En total, cuatro años en que el exfutbolista tuvo que emplearse a fondo para convencer a su pupilo de que los 1,84 metros y las aptitudes defensivas que apuntaba en la preparación lo harían brillar un poco más atrás. Tampoco era un cambio brutal. Sin embargo, «yo siempre había jugado de extremo y entre los dos insistían en que lo podía hacer mejor de lateral. Lo probé y fue raro». Con el tiempo, y el debut trabajado en la defensa, los resultados propiciaron la adaptación y «me fui encontrando cada vez más cómodo». La oferta que el FC Barcelona pondría, poco después, encima de su mesa, se dirigía ya al lateral Joan Campins.

Y eso que, en las postrimerías de la etapa azulgrana, Gerard López quiso recuperar su espíritu de atacante y lo colocó en más de una cita de nuevo adelantado en la banda, compaginando ambas demarcaciones. Sería el despido definitivo a una pasión que ya sólo coleaba, porque «desde aquel momento, y desde que me he dedicado, siempre he fichado como lateral». En el Zaragoza, y ahora en el CF Reus, se prodiga en la retaguardia. Independientemente que alguna carrera brillante, como las que cuajó contra la Almería, evoquen el pasado mallorquín con que podrá reencontrarse este fin de semana en el Estadi.

«Me trataron muy bien»

El partido que lo coloque ante los hombres de Fernando Vázquez, en el inicio de la segunda vuelta y, por lo tanto, en la réplica local del partido que supuso el estreno del más que centenario CF Reus en Segunda División, tendrá un punto de especial porque «lo sigo y, cuando puedo, me miro algún partido». Pero sobre todo porque «es de mi tierra y, cuando estuve, me trataron muy bien. Y eso es lo que a uno más le queda».

Campins, que exhibe titularidad desde que el derrame en el tobillo izquierdo dejara a Alberto Benito –que anotaba en pleno descuento y contra los baleares el primer gol de plata del CF Reus y el suyo propio– fuera para el desplazamiento en Valladolid, está dejando muy buenas sensaciones. Hasta ahora, el excelente momento del altafullenc lo había dejado fuera de los planes de un Natxo González que, con todo, vuelve a hacer buena aquella premisa suya que hace falta mantener en tensión todas las piezas de que dispone para que puedan cumplir en cualquier momento. Al enfrentamiento, el CF Reus llegará instalado en la novena plaza de la mesa clasificatoria, con 30 puntos y a uno solo del play-off.