«Al equipo le faltaba de todo: agresividad, ilusión, ganas»

Luis Miguel Sánchez Benítez, más conocido como Luismi, es uno de los nuevos fichajes que el Gimnàsticde Tarragona ha realizado en este mercado de invierno. El club grana ha querido renovar el equipo con el fin de poder luchar por el objetivo que sobrevuela por las cabezas tanto afutbolistas como a equipo técnico y directivo: garantizar la permanencia a la Segunda División A, la categoría de plata del fútbol estatal.

—Su fichaje parece caído del cielo. La afición ya lo encuentra imprescindible.

—Siempre es importante entrar con buen pie. Creo que los nuevos fichajes y la llegada del nuevo míster dan un plus al equipo, y eso es importante.

—¿Cuándo decide que su futuro tenía que estar ligado al Nàstic?

—Tenía claro que en Valladolid no estaba disfrutando de minutos y que se tenía que marchar. En diciembre empezamos a hablar con el Nàstic. Yo buscaba la oportunidad de tener minutos, y qué mejor que hacerlo aquí.

—¿Sabe que ya interesaba al Nàstic antes de este mercado de invierno?

—Sí, desde principios de diciembre. Se pusieron en contacto con mi agente y él me lo comentó.

—Si ahora pudiera tirar atrás, ¿habría fichado por el Nàstic este verano?

—Está claro que aquí estoy muy contento. En su momento el Valladolid mostró mucho más interés que el Nàstic, pero si tuviera que volver atrás, sin ningún tipo de duda, me habría decantado por el Nàstic.

—¿Qué le faltó para tener continuidad en el Valladolid?

—Yo hice todo lo posible, pero fue cuestión de gustos. El entrenador prefería a otro tipo de futbolista, y al final decidí dejar el equipo.

—En sus dos primeros partidos en Tarragona fue, sin discusión, el mejor jugador del Nàstic. ¿Tantas ganas tenía de volver a sentirse importante?

—Es verdad que tanto estos últimos meses como el año anterior en el Sevilla Atlético no tuve muchas oportunidades. Aquí vine con muchas ganas e ilusión. Sabía que era una oportunidad, así que intenté aprovecharla, y es eso lo que estoy haciendo.

—Ahora que hace un cierto tiempo que está en Tarragona, ¿qué cree que le ha pasado al Nàstic para estar al final de la clasificación?

—Creo que, al fin y al cabo, al equipo le faltaba un poco de todo: agresividad, ganas, ilusión. Con la llegada del míster eso se ha ido recuperando poco a poco.

—Cinco puntos de nueve posibles no está mal.

—De hecho no me explico por qué el Nàstic está donde está. Desde que estoy aquí, el equipo siempre ha entrenado como si no hubiera mañana. Pienso que este es el camino a seguir, los resultados así lo muestran.

—¿Qué hizo el Nàstic mejor que el Lugo?

—No tirar la toalla. Seguimos, hicimos nuestro partido, y aprovechamos mucho las oportunidades que se nos presentaron. Se tienen que valorar las cosas positivas y las negativas, y a partir de aquí tenemos que seguir mejorando y preparar el partido contra el Huesca con las mismas ganas e ilusión.

—El Huesca es un rival muy complicado de derrotar.

—Sí, me han explicado que es un contrincante duro y que hay mucha rivalidad entre los dos equipos, pero la planteamos como si fuera otra de las finales. El pasado, pasado está. Es verdad que llevamos una buena dinámica y tenemos que seguir así para alargarla el máximo posible.

—¿Por qué lleva la protección a la cabeza?

—El año 2012, en un partido contra el Jaén, cuando jugaba con el Sevilla Atlético, tuve una fractura de cráneo y me tuvieron que operar de urgencia. Ahora ya me la podría sacar, pero por seguridad prefiero llevarla.

—¿Por dónde pasa la permanencia del Nàstic?

—Todos somos muy importantes, y hay que ir poco a poco, remando todos hacia la misma dirección y con la ilusión que tenemos.

—¿Por dónde pasa su futuro?

—Ahora mismo estoy muy contento aquí en Tarragona, la verdad. Quiero seguir aquí, seguir mejorando y creciendo al mismo tiempo que lo hace el club. Cuando acabe la temporada y hayamos cumplido el objetivo, ya se verá.