Diari Més

«Estos cuatro meses me han mostrado la parte del fútbol que no había vivido»

El atacante, que «venía de la felicidad de jugar siempre», acumula minutos y sabe que «en el Reus, quien no trabaja al límite no es una opción»

Guzzo, en uno de los anexos del Estadio, después de la sesión de preparación de ayer.

«Estos cuatro meses me han mostrado la parte del fútbol que no había vivido»Olívia Molet

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—Un total de 216 minutos y dos titularidades seguidas a las tres últimas jornadas. ¿Qué le parece?

—Estoy bien, me siento contento. Los futbolistas trabajamos para ayudar al equipo el fin de semana y ahora soy afortunado para poder hacerlo. Me ha costado mucho empezar a jugar y estoy disfrutando.

—Y eso que rumores de invierno apuntaban a una posible salida en forma de cesión.

—Podría haber salido, hubo alguna opción de volver a Portugal, pero quería quedarme porque tengo cinco años de contrato, porque me gusta mucho Reus y porque tenía que trabajar más para tener mi oportunidad. Si hasta entonces no había jugado, era porque fallaba en alguna cosa y no hacía lo que es necesario. Me puse en la cabeza que hacía falta más trabajo. La oportunidad ha surgido y tengo que aprovecharla.

—¿Qué ha cambiado hasta hoy?

—Desde enero hasta ahora, he trabajado mucho mejor. Me pensaba que ya estaba haciendo el máximo, pero no. Si uno no se esfuerza al límite, aquí nunca será una opción. Por mucha calidad que tenga. Porque hay 25 jugadores y el entrenador siempre opta por quien le dé más garantías y quien esté preparado. Yo no lo estaba. Las cosas me fueron bien al llegar, y rebajé.

—¿Se encuentra cómodo? ¿Oye que, a nivel personal, está viviendo un buen momento?

—Sí. Pero es porque estoy preparado para jugar. Si el míster me hubiera puesto hace 2-3 meses, no habría respondido de la misma forma. Todos los compañeros, y especialmente Ricardo y Vítor, me han ayudado mucho y han sido fundamentales en los momentos más difíciles, que han sido estos cuatro meses.

—¿En qué han sido importantes Ricardo y Vítor?

-Ricardo, Vítor y yo pasamos mucho tiempo junto. La mayor parte, en casa de Vítor, que tiene las niñas y no puede salir demasiado. Me han dado muchos consejos, me han hecho ver que tenía que hacer más para jugar, que había margen. Me hicieron pensar. Vítor, que es el mayor y conoce mi posición, es con quien más hablo.

—Sergi Parara ha dicho de usted que es un jugador que el equipo no tiene repetido y que será importante.

—Si Sergi lo dice... (ríe). Cuando entro, quiero aportar el máximo. En el último tercio del campo es donde más puedo hacer y el entrenador me insiste en que tengo que estar entre líneas para dar un plus a los momentos decisivos. Esta confianza la noto y también hizo que no se marchara. Y no me arrepiento.

—Después del Oviedo, el entrenador también se mostró satisfecho de su rendimiento.

—Con el míster he tenido dos o tres conversaciones largas. Hubo una donde me dijo que no estaba entrenando bien. Él me ha enseñado la clave: trabajar, trabajar y, si el equipo está bien, trabajar más. Me explicaba que, si tenía jugadores con más alma, ponerme también era perjudicarme. Me lo puse en la cabeza, sufrí mucho, pero las cosas son más dulces si ha costado conseguirlas.

—¿Es muy duro, con la plantilla, Natxo González?

—No, no. Posiblemente sea el mejor entrenador que he tenido hasta ahora, al menos tácticamente. Y es una buena persona. Tiene buena relación con todos los jugadores y sabe tener el grupo de su lado. Por eso el Reus está como está y vive así el primer año en Segunda.

—Con un contrato que lo liga hasta el 2021, ¿se hace difícil focalizarse en el corto plazo?

—Tener muchos años por delante no es ningun seguro. Yo quiero trabajar y tocar techo ahora. En uno, dos o tres años. No pienso en cinco años, sino en el entrenamiento de mañana, en el próximo fin de semana. En cumplir con mi trabajo.

—Al fichar, explicaba que creció mirando partidos en el Canal Plus con su padre. ¿En primera persona, como se ve?

—Sí que los miraba, y tanto! Tenía muchas ganas de jugar aquí. Mi padre ha venido, pero no ha coincidido en que fuera titular y no me ha visto. Por internet sí. En Portugal, siempre consiguen enganchar el partido. Y están contentos. Los padres, cuando tienen un hijo fuera y ven que no le va bien, se preocupan. Este momento me hace feliz también por ellos, y por mi hermano.

—¿La adaptación ha sido lo más complicado?

—La integración con los compañeros y en la ciudad fue fácil y buena. Lo que me costó fue entrar en la rutina del trabajo del equipo, encajar en lo que el míster quería de mí. Pensaba que sería más sencillo y no lo fue.

—Con este periplo en Reus, quería salir de la zona de confort. ¿Lo ha hecho?

—Llevaba siete años jugando en el mismo club y quería salir para probar otras cosas, mirar como respondería yo mismo. Ahora estoy aquí y la fase complicada ha pasado. No quiero volver a pasarla. Y con todo, ha sido muy importante para mí. Lo he hablado con mis padres: estos cuatro meses me han mostrado la parte del fútbol que no había vivido nunca, porque he tenido la felicidad de siempre jugar y ahora no lo hacía.

—¿Estamos viendo el mejor Guzzo o todavía puede sorprender?

—Yo creo que queda todavía un poco más. Los jugadores siempre queremos más. Yo quiero goles, quiero asistencias. Quiero más. A pesar de que siempre poco a poco y trabajando de forma humilde. Lo más importante es el equipo.

—En el último tramo en Portugal, sufrió una lesión complicada. ¿Eso le ha hecho valorar el presente?

—Fueron meses por una puvalgia y me costó. Después, al llegar aquí, estaba más gordito (río). ¡No, pero es verdad! He bajado como cuatro kilos y medio. ¿Se me nota desde fuera o no? En las mejillas. Sí, yo sé que sí. Estaba graso. Y cuidarse también es eso. Eso también es trabajo.

—Todo ha coincidido con una dinámica gris para el equipo.

—El entrenador también hace cambios para mejorar. Y los últimos dos partidos, sobre todo contra el Oviedo, hemos jugado muy bien. Ha sido mala suerte no haber ganado. Tenemos que seguir en esta línea y no encajar tantos goles. Si no encajas, está siempre más cerca de sumar.

—¿Costarán los 50 puntos?

—Será una lucha muy grande porque a la segunda vuelta todo el mundo busca cada punto. Nosotros no somos diferentes en eso. Tenemos que hacer un fortín del Estadi. El equipo ha demostrado estar preparado. En el fútbol, si uno se relaja, se lo comen. Y no nos dejaremos comer.

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