En brazos hasta el césped
La afición preparó un cálido recibimiento al bus de la plantilla grana horas antes de que la pelota empezara a rodar
El autobús de los rojinegros fue el primero al irrumpir en las instalaciones del Nou Estadi, al punto de las cinco de la tarde, en una previa de derbi que arrancaba desde el exterior del feudo grana. Antes, incluso, de acceder a las instalaciones del Nàstic los seguidores tarraconenses ya planteaban una sonora pitada que acompañó la plantilla rojinegra en el desembarque en territorio hostil.
Sólo unos minutos más tarde, seguía el mismo camino que el CF Reus a la comitiva grana, al frente de las largas colas que se formaron para meter a más de 12.500 espectadores en el campo de fútbol. La afición esperaba el Nàstic. Y contaba con un infiltrado: la mascota Nastikus que, de paisano, cerraba filas con el resto y aseguraba, bromista, que «el día 1 de mayo ni siquiera yo trabajo, pero seguro que nadie se privará de animar».
«Hasta el final»
Con el 0-1 en el bolsillo, y a pesar de lo que el resultado significa para el futuro más próximo del Nàstic, las incondicionales granas volvieron a esperarse fuera del Nou Estadi para despedir a sus jugadores y animarlos en esta cuenta atrás del campeonato.