Diari Més

La gran herida que le queda al Nàstic

Perder el derbi no estaba en los planes de nadie en el club grana, y ahora hay que ir a remolque para intentar una salvación que se vuelve a complicar

La afición del Nàstic responderá el próximo domingo.

La gran herida que le queda al NàsticCristina Aguilar

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Nadie se lo esperaba. Todos los indicios apuntaban que sería un derbi grande para el Gimnàstic de Tarragona. Mientras que el CF Reus llegaba aen el duelo en una clara crisis de resultados, los de Juan Merino lo hacían en línea ascendiente. Mientras que no llegaban a 400 los aficionados visitantes en el Nou Estadi, más de 12.000 tenían que defender la camiseta grana. Del once roig-i-negre acababan cayendo Ángel y Pichu Atienza, dos punteros, por lesión, mientras que el Nàstic recuperaba a dos de sus futbolistas más importantes, como eran Luismi y Manu Barreiro. Todo eso, más otros argumentos futbolísticos y clasificatorios hacían indicar que muchos dieran como favorito a un Nàstic que acabó cayendo derrotado. Sí, por la mínima y, también, en el último minuto y, por qué no, en la única ocasión de gol de que dispuso el CF Reus. Pero, al final, el Nou Estadi acabó sufriendo una dolorosa derrota que puede tener efectos demasiado perjudiciales en el equipo.

Está en manos de Juan Merino y de su cuerpo técnico el hecho de intentar, por todos los medios, que caer en el derbi territorial no afecte mentalmente a los futbolistas. Eso, en principio, es un problema por el cual no se tiene que sufrir, ya que este equipo ha demostrado que se puede levantar una vez y otra. Ser el último clasificado durante media liga y saber escapar del infierno es el mejor ejemplo y el método de motivación más efectivo que se pueden autoimponer los futbolistas del conjunto tarraconense.

Ahora bien, el duelo, y lo que provoca la derrota, ponen en evidencia dos problemas bien evidentes. El primero, y más importante, es que el Nàstic acabó la 36ª jornada en posiciones de descenso a Segunda División B. Los equipos de la zona baja empiezan a espabilar. El Rayo Vallecano y el Almería, con 43 y 42 puntos respectivamente, están fuera de la zona de descenso desde hace ya algunas jornadas y el UCAM Murcia va tirado y, con 44 puntos, tiene cerca la permanencia. Lo que puede aliviar un pocoal Nàstic es que Alcorcón, Mallorca y Mirandés parecen deshauciados.

Merino y el once

También hay un segundo hecho que preocupa, y mucho. Y es que el once que presentó Juan Merino volvió a levantar polvareda. Volviendo a la defensa de cuatro hombres, el técnico dejó en el banco a un Iago Bouzón que, aunque no está protagonizando su mejor temporada, llevaba dos partidos muy buenos como lateral izquierdo. Barreiro, a pesar de estar completamente recuperado, empezó desde el banquillo, y Luismi no jugó ni un minuto, a pesar de ser uno de los máximos responsables del remontamiento clasificatorio del Nàstic.

Pero lo más inexplicable es que ni siquiera uno de los dos extremos fuera un extremo. Juan Muñiz y Lobato eran, en el 4-2-3-1, los dos jugadores abiertos en las bandas. Pero lo hicieron todo, menos eso. A la mínima que podían, entraban hacia dentro, y dejaban despobladas unas bandas que sólo podían ocupar Valentín y Mossa. No se sabe si fue por órdenes del técnico o por la misma inercia de dos futbolistas sobrados de calidad y faltos de velocidad, pero Jean Luc volvió a ser suplente.

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