El futuro de Juan Merino depende del resultado de Vallecas
Monumental cabreo del presidente y de la mayoría del Consejo de Administración por el planteamiento del Nàstic contra el Oviedo; las críticas también van enfocadas al cuerpo técnico y a la plantilla
El empate del Nàstic de Tarragona de este sábado contra el Oviedo en el Nou Estadi (2-2) dejó efectos colaterales. Al Consejo de Administración del Nàstic y, sobre todo, a su presidente, Josep Maria Andreu, no le gustó nada lo que vio sobre el verde.
El planteamiento de Juan Merino enervó, y mucho, al presidente y a sus compañeros de Consell. Nadie entendió por qué salieron de inicio cuatro centrales al Nàstic y, como consecuencia, Gerard Valentín se quedó en el banquillo.
No sólo sorprendió que cuatro defensores centrales salieran como titulares, sino también hizo enfadar mucho la disposición de estos en el campo. Xavi Molina y Bruno Perone jugaron al eje de la defensa, pero el escogido en el lateral izquierdo fue Daisuke Suzuki y Iago Bouzón, partió de lado derecho. Los errores defensivos fueron constantes y, de hecho, el Oviedo, que no jugó un gran partido, ni siquiera un buen partido, se aprovechó y se situó 0-2 a los 24 minutos de juego. El primer gol llegó después de una grande centrada de Susaeta que remató, sol, Carlitos. Pero el segundo escenificó el desorden que había en defensa. Salida en falso de Reina para desviar una esférica a la cual también llegaba, sin problemas, Bouzón. Entre los dos hicieron pifia, pero el menos culpable de esta acción era el gallego. Al mismo tiempo, la pelota acabó en pies de Toché quien, en portería prácticamente vacía (Xavi Molina se puso en medio para intentar interceptarla) marcó.
El cabreo era monumental en el seno del Nàstic, situación que se agudizó cuando, en el minuto 33, Juan Merino decidió sustituir en Iago Bouzón para dar entrada a Gerard Valentín, señalando al gallego claramente y motivando la fastidiada del central, que no le quiso dar la mano en Merino al ser sustituido. Es completamente normal el gesto de Bouzón, ya que no debe ser el más agradable que te señalen de esta manera.
A la segunda mitad, el equipo, con los cambios (la entrada de Delgado) y volcado al ataque, acabó llegando el empate, pero el mal ya estaba hecho.
Andreu, muy duro
«Es absolutamente patético lo que ha pasado hoy». Así de indignado se mostraba Josep Maria Andreu durante el sábado. Tanto después de la media parte, como al finalizar el partido, el máximo mandatario del club mostró en su palco su gran disconformidad con lo que había sucedido.
«Eso es inadmisible, no puede volver a suceder», manifestaba un Josep Maria Andreu que, evidentemente, señala como culpable a Juan Merino, como también a sus ayudantes más inmediatos del cuerpo técnico y, como no, a los futbolistas, que, según él, no dieron la cara contra el Oviedo.
Reunión de urgencia
La cosa no se quedó aquí. Después de finalizar el enfrotament, a pesar del empate y la mejora del equipo, el presidente del Nàstic convocó una reunión de urgencia con el Consejo de Administración. La intención era clara. Decidir si se continuaba con Juan Merino en el banquillo o se producía un cambio en la dirección para las cuatro jornadas que quedan.
Finalmente, se decidió no realizar ningún cambio, de momento. Sin embargo, según ha podido saber este medio, habrá relevo|relieve en el banquillo si el Nàstic no consigue un buen resultado en Vallecas el próximo viernes (20 horas).
El Consejo entiende que los resultados de Merino fuera de casa no son malos y, por este mismo motivo, se han tomado una semana de margen por si se tiene que tomar alguna determinación. Ahora bien, si Merino tuviera que abandonar el banquillo, no lo haría sol, ya que el club cree que el andaluz no está recibiendo toda la ayuda posible a la hora de tomar decisiones, sobre todo en los partidos.