«Quiero hacer raíces en Tarragona porque me han acogido muy bien»

—A nivel personal, ¿cómo se encuentra?

—Bien, ahora estoy bien. Después de la lesión en el aductor y otra semana con dolor en la espalda, ya me encuentro muy bien. Cada día estoy con mejores sensaciones.

—¿Se esperaba tener más minutos?

—Al final, analizando mi situación personal, me pasaron cosas a las que no estoy acostumbrado. Primero, aquella expulsión y, después, lesiones. Sí que esperaba jugar más, pero todavía quedan cuatro partidos y espero tener los máximos minutos posibles.

—¿Recibió demasiado castigo por la famosa expulsión de las espinilleras?

—No lo sé. Después jugué en Lugo y, seguidamente, tuve minutos de forma intermitente. No sé si fue por culpa de la expulsión.

—Tengo la sensación de que Manu Barreiro es una persona que no se queja demasiado cuando no juega.

—Los últimos tres o cuatro años pasé diferentes situaciones en el Alavés, y estas me han ayudado a seguir adelante como futbolista. Uno no tiene que pensar en si el entrenador lo pone o no lo pone. Tiene que seguir entrenando y dar el máximo cada día.

—Creo que el Nàstic ya se enamoró de Usted cuando vino a jugar una promoción con el Racing de Ferrol.

—No lo sé. Hasta este último mercado de invierno nunca hablé con Emilio (Viqueira). No tengo constancia de ningún contacto anterior con el Nàstic.

—¿Se ha arrepentido en algún momento de haber fichado por el Nàstic?

—No, nunca. Mi etapa en Vitoria se acababa o bien el verano pasado o en este mercado de invierno. Estoy contento del paso que di y, además, en tres o cuatro meses, he hecho amigos aquí, cosa que es muy difícil.

—Por lo tanto, lo veremos durante algunos años en Tarragona.

—Sí, ojalá. Si nos mantenemos, tengo dos años más de contrato y quiero hacer raíces en Tarragona, ya que nos han acogido muy bien desde el primer momento.

—¿Tenía claro que sería tan duro conseguir la permanencia?

—Sí, son muchos partidos y muchos puntos que se tenían que disputar. Tenemos que tener la cabeza muy fría. El partido contra el Oviedo nos vino muy bien porque comprobamos que podemos someter a cualquier equipo.

—La primera parte la tiraron.

—Los primeros diez o quince minutos estaba todo igualado y los dos goles fueron muy duros. Después del descanso, sólo quedaba salir a morir, y es lo que hicimos. Ayer repasé la segunda mitad que hicimos, y fue espectacular.

—¿El hecho de que la primera parte fuera tan mala motivó que se le diera poco valor a la espectacular segunda mitad que hicieron?

—Sí. Hasta que no la vuelves a ver, no eres consciente de cómo jugaste de bien.

—¿Qué siente un jugador en el campo cuando ve que su propia afición lo regaña y lo silba?

—Por mi experiencia, no podemos tener ninguna queja de nuestra afición. Hay gente que está entre los primeros sitios y que hace una mala primera mitad y que matan en el equipo.

—¿Le ha pasado alguna vez que lo cambien en el minuto 33, como le pasó a Iago?

—En el descanso alguna vez, pero no recuerdo que me cambiaran en la primera mitad. Es una situación difícil, pero sabe que los que lo apreciamos estamos a su lado.

—¿Qué argumentos tiene este Nàstic para salvarse?

—Individualmente, somos un equipo muy bueno, con mucha gente que puede decidir partidos y, como bloque, estamos mejorando cada día. Viendo la segunda parte del partido contra el Oviedo, estoy convencido de que saldremos adelante.

—¿Cuántos puntos cree que hacen falta para alcanzar la permanencia?

—Creo que con dos victorias, igual te llega la permanencia, pero nosotros tenemos perdido el goal average con todo el mundo, y quizás nos hace falta algún empate más.