La afición reusense empuja hacia la permanencia

La permanencia, principal objetivo rojinegro en la primera temporada a Segunda División, podía quedar casi sentenciada sumando los tres puntos en la visita de la Sevilla Atlético. El equipo lo sabía, e hizo su trabajo ganando 2-1 al filial sevillista. Con la victoria ya sentenciada, el Estadio Municipal se convirtió en una fiesta en la que cerca de 4.000 almas celebraban la continuidad a Segunda División que la próxima semana puede quedar sentenciada matemáticamente si el Reus consigue puntuar.

Con el segundo gol reusense, obra de David Haro, el feudo rojinegro se liberó de la tensión y cantó sin cesar los cerca de cinco minutos que faltaban para el silbato final del árbitro. Aunque el conjunto andaluz consiguiera recortar la distancia en el último suspiro, el ambiente de fiesta había impregnado todos los rincones del estadio reusense. Los jugadores retornaron el empuje de la afición fundiéndose en el cántico que se puso de moda con el histórico ascenso a la división de plata del fútbol español. Los futbolistas y algunos de los miembros del cuerpo técnico abandonaron el césped entre aplausos a los que respondieron, agradeciendo la fiesta de las butacas.

La fiesta en la gradería había empezado cuando Chrisantus salió a calentar. Una alegría irónica que se amplificó cuando el delantero entró en el terreno de juego sustituyendo a Edgar Hernández.