Los primeros 365 días de la historia encarnado-y-negra a la Segunda División

Justo hace 365 días después de encerrar en el Estadi un 4-0 global contra el Racing con que consumaba el ascenso a la Segunda Divisón A, el CF Reus se levantó ayer de la cama habiendo certificado, la noche anterior sobre el tapiz del Martínez Valero, la permanencia matemática a la categoría. Un año, doce meses de una revolución que ha abierto lugar para el conjunto roig-i-negre al fútbol profesional y que desemboca en una plaza asegurada a la plata cuando quedan dos jornadas para finalizar el campeonato. El balance, muy por encima de las expectativas, sorprende a los reusenses a la décima posición de la mesa|tabla. Y revela todo el potencial de un bloque que, la noche de este pasado domingo, se marchaba a la cama con pocos sueños pendientes.

Del gol de David Haro que, al 7’ de la vuelta de la eliminatoria de campeones, convencía Reus de que para su equipo cualquier cosa es posible, y el Shalalà d'Edgar Hernández que recorrió las calles del núcleo en un desfile de celebración brutal, hasta el acierto in extremis de Benito para el debut con victoria en Son Moix y el estreno en portería de Vítor Silva que ha permitido asegurar la salvación a Segunda. De un desenlace de temporada histórico a la primera vuelta en qué el novel roig-i-negre deslumbró y en una de segunda dónde mantener la fe y la ilusión fue un reto. La montaña rusa de Segunda, que se veía reflejada en los estados de ánimo de una afición a veces frustrada y que de otros también ha sabido disfrutar, se detiene en el mismo punto de donde partió. O un poco más adelante. En los 52, concretamente, con que el CF Reus afronta los dos últimos duelos contra Valladolid y Almería.

La figura de Natxo González

Las cerca de 4.500 sonrisas emocionadas que ya asistieron desde la gradería al salto de categoría al Estadi, aquel 29 de mayo del 2016, podrán despedir este domingo a su equipo con la certeza de que en agosto se volverán a ver las caras en la plata. «Después de más de 280 sesiones y diez meses de trabajo, ver el equipo con personalidad en el Sardinero, y verlo consiguiendo el ascenso, me hace sentir realizado como entrenador», explicaba Natxo González sólo minutos después del silbato final al CF Reus-Racing. Lo que lo ponga delante del Valladolid será, muy probablemente, el último duelo para el técnico roig-i-negre –el único en alcanzar dos ascensos al banquillo del equipo– en un feudo que, ahora hace un año, definió también como «mi casa».

De la plantilla, donde todavía figuran seis supervivientes de la temporada 2014-15 en que se va fraguar la conversión a SAD y se instaló el ascenso entre los objetivos de la entidad roig-i-negre, más de la mitad de los futbolistas tienen contrato en vigor por la próxima campaña. Entre ellos hay piezas como Jesús Olmo o Fran Carbia, parte de aquel CF Reus iniciático y que han renovado –uno automáticamente después de haber disputado 25 citas en esta nueva etapa y el otro, igualmente al llegar a un entendimiento con el club– contrato. O el portero Edgar Badia, que afianzaba el compromiso como roig-i-negre hasta el 2019 –eso sí, con una cláusula de un millón de euros– y mantiene todavía una cuenta pendiente con la presente temporada: el del título de Zamora, que persigue y que los registros de Raúl del Llevant, complican y bastante.

Entre los 12 de arriba

El CF Reus acaba de cruzar la gran meta de la campaña y, con la brillante perspectiva de que su situación vierte, tendrá que trabajar ahora para mantener la tensión competitiva hasta a final de campeonato. Natxo González hablaba con el 1-1 contra el Elche en el bolsillo, de buscar «otros objetivos» para lo que resta de Liga. El presidente de la entidad roig-i-negra, Xavier Llastarri, había apuntado todavía antes de dar el tiro de salida a la campaña la idea que «sería bonito acabar entre los doce primeros». El deseo no es imposible. Ni tampoco tan complicado. Lugo, empatado a 52 puntos con los de la capital del Baix Camp y Rayo Vallecano, con 50, ocupan hoy la undécima y duodécima plaza.