Un homenaje recíproco
El feudo rojinegro cerró ayer un ciclo y despide parte de los protagonistas del estreno en Segunda División A
La victoria contra el Valladolid, la plantilla rojinegra la agradeció ayer a todo el mundo quien quiso decir adiós al Estadi. Con el silbido final, en un gesto conocido y últimamente también frecuente en casa, los jugadores volvieron a cogerse de las manos para compartir el 2-0 con la gradería. No una vez. Hasta cuatro –una vez a cada lado del rectángulo de césped– levantaron los brazos a los jugadores del CF Reus en un homenaje recíproco que, para algunos, habrá sido el último en Reus.
El capitán Ramon Folch o el lateral y artífice del segundo gol Alberto Benito no seguirán, si la rumorología se hace realidad, la próxima campaña en la capital del Baix Camp. Su legado, como el de otras piezas que tampoco continúan o el del cuerpo técnico, lo ponía en valor la afición, que sabe qué ha tenido entre manos a lo largo de esta temporada histórica. La primera en Segunda División. El triunfo, ayer, era alegre y al mismo tiempo triste en el Estadi. Y lo era para todo el mundo. El CF Reus, en realidad Reus, acaba de cerrar un ciclo. Uno tan bueno que cuesta, todavía con la jornada 42 pendiente en Almería, imaginarse que la siguiente pueda ser incluso un poco mejor.