La Junta Directiva del CBT está «desesperada»
El Club Bàsquet Tarragona ha explotado, y lo ha hecho mediante un comunicado oficial, en el cual explica todo lo que está sucediendo y pone de manifiesto el gran peligro real que hay de que la entidad se vaya al garete.
«El tiempo pasa. El CBT se enfrenta a una situación desesperada que condena a la entidad. Hace demasiados días que el gobierno municipal nos informa de que todavía no ha tomado una decisión sobre si finalmente ayudará o no al principal club de baloncesto de su ciudad», empieza argumentando el comunicado, que sigue defendiendo que «definitivamente, si no tenemos todavía un compromiso firme, es culpa del CBT. Seguro que el club no ha sabido explicarse: no hemos sido capaces de trasladar el valor de este proyecto de baloncesto, y el mérito que tiene haberse enfrentado a todo lleva de trampas a lo largo de estos últimos años».
«En estos últimos 10 años, no es suficiente con que hayamos podido mantener un proyecto de cantera y baloncesto profesional en plena crisis sistémica. Quizás tampoco tiene ningún valor que el presupuesto del primer equipo haya pasado de 950.000 euros (temporada 2006-07) a 210.000 euros (2016-17). No es suficiente al haber liquidado 1.200.000 euros durante el mismo periodo, correspondiendo a la deuda histórica heredad (1.800.000 euros)», añaden.
Además, se lamentan de que «tampoco hemos sabido esforzarnos lo suficiente cada vez que, de manera unilateral, la aportación del Ayuntamiento se ha reducido, incumpliendo así el convenio vigente. No se ha dicho, sin embargo, que a lo largo de los últimos 6 años el CBT ha percibido menos del 50% del importe que se señala en el convenio, firmado durante la etapa de nuestro actual alcalde. Una etapa que nos ha obligado a explicar, una y mil veces, nuestra situación a cada uno de los 7 consejeros de deportes que se han ocupado del área estratégica de deportes durante los últimos 10 años. Es culpa nuestra no haber sido lo bastante claros».
Una gran parte de la culpa de lo que está sucediendo es, para el CBT, la fusión en la cual fueron obligados: Punto y aparte merece uno de los mayores retos que se nos ha lanzado nunca. En agosto del 2011 el club fue obligado a pactar un acuerdo de baloncesto-ciudad con el club de Ponent, cuando la temporada ya había empezado y el CBT tenía comprometida su inscripción en LEB Oro. Todavía hoy sufrimos las consecuencias, y todavía hoy esperamos que alguien nos informe por qué no se llegó a firmar nunca un acuerdo de que permanece publicado a la web del Ayuntamiento. Debe ser culpa nuestra».
La base
Los deportistas que han salido de la base cebetista han sido un pilar muy importante para un club que se lamenta de no haberlo trasladado de la mejor manera. «Desgraciadamente, no hemos sabido explicar el valor real del CBT. No hemos sabido hacer entender que es un milagro que se juegue a baloncesto en ligas semi-profesionales y profesionales con una base de jugadores y jugadoras formados en Tarragona. Otros medios de ámbito estatal si que lo han entendido y se han hecho eco. Tampoco hemos sabido trasladar que hay una cantera con más de 800 jugadores vinculados al club y más de 300 familias que acompañan a sus hijos a competir por toda Cataluña defendiendo los colores azules y el nombre de la ciudad de Tarragona», dicen.
Además, la Junta Directiva añade que tampoco ha sido capaz de trasladar el gran esfuerzo que realizan todos los técnicos y colaboradores, ya que «no hemos sabido mostrar el esfuerzo titánico del colectivo de entrenadores y técnicos que, día a día, siguen formando jugadores y personas en torno al baloncesto, a pesar de las circunstancias. Ni hemos presentado adecuadamente los socios y las empresas que nos acompañan temporada tras temporada. Hemos dejado como anécdota el hecho de que el CBT esté a punto de hacer 40 años, o que seamos el club de baloncesto con más proyección, prestigio e historial de la provincia de Tarragona. No hemos sabido subrayar la importancia de todo y somos responsables».
Con todo eso, sentencian que «es evidente que no se ha entendido por qué estamos donde estamos. Pero lo volveremos a explicar una vez más. El CBT merece acabar un periodo de 10 años como los que hemos tenido, de manera digna, garantizando un nuevo liderazgo, facilitando un proyecto».