Los motivos de la destitución de Carreras

1. Los resultados

Es lo que manda en el mundo del fútbol. Una gran pretemporada, en la cual cayeron en el Nou Estadi Villarreal y Zaragoza y empató el Barça, quedó en nada. De los cuatro partidos Liga, Carreras sólo consiguió un punto (un empate, en Reus, y tres derrotas, en casa contra Almería y Sporting y en Cádiz). Los fantasmas de la temporada pasada se multiplicaron ya que, uno de los peores Nàstic de la historia sumaba a estas alturas tres puntos. Entonces, sin embargo, se confiaba en Vicente Moreno sin reservas, cosa que no ha pasado con Carreras. Además, se le tiene que sumar la eliminación de la Copa del Rey que, aunque no se trata de una competición prioritaria, también hizo daño.

2. La relación con los de arriba, rota

Que la relación entre Lluís Carreras y el director deportivo no era la mejor de todas, era evidente, se podía notar en el ambiente. Pero los constantes desafíos de Lluís Carreras no se limitaron a ir contra Emilio Viqueira, sino que el Consejo de Administración ya notaba que el entrenador no iba en la misma dirección que el club y que un día u otro estallaría todo.

3. Desafíos un día y otro

Desde el club no entienden muchas de las decisiones tomadas por Carreras. Una de ellas, es el hecho de no haber hecho jugar ni un solo minuto a Bernabé Barragán, portero fichado del Atlético de Madrid este mismo mercado de verano. Carreras, aunque lo negó por activa y por pasiva cuando se le preguntó, pidió a Nauzet, que era el portero que él quería. El club no aceptó su petición, y el mayor perjudicado fue la misma institución. Bernabé se veía fuera del equipo y, mientras tanto, José Perales, iba encajando goles y recibiendo críticas de la afición. Los dos porteros acabaron quemados.

4. El cuerpo técnico, dividido

Lluís Carreras y Sergio Dorado iban por un lado, y el resto del cuerpo técnico, por el otro. El entrenador bunquerizó la parcela técnica, y sólo hacía caso a su segundo entrenador y a él mismo. Algunos integrantes del cuerpo técnico, como el preparador físico, Jordi Abella, fueron perdiendo atribuciones, un hecho que puso en alerta en el club y que sirvió para tener un motivo más para la destitución.

5. Eddy Silvestre

Lluís Carreras estuvo encantado del fichaje de Eddy Silvestre, que pidió él mismo. De hecho, lo encontró un fichaje necesario y, al ser preguntado por quien lo había pedido, aseguró que había sido una cosa entre tres partes: club, dirección deportiva y él. Este jugador, de momento, ha demostrado poco, y los informes que llegan de él no son los mejores posibles.

6. La forma de jugar

El catalán fue fichado para alcanzar dos objetivos. El primero, ganar partidos y llevar el equipo el más arriba posible. El segundo, hacer disfrutar a la afición de un buen fútbol. Empezó utilizando a un 4-3-3 en el cual nadie sabía a qué jugaba. Después, pasó a un 4-2-3-1 más práctico, pero que tampoco funcionó. Pero lo que no entiende el club es el sistema de Cádiz. Un 5-4-1, al más puro estilo Juan Merino, pero con variantes todavía más defensivas. Cinco defensores y Xavi Molina por delante de ellos: un total de seis hombres de talante totalmente defensivo. El cabreo de la Junta fue en aumento.

7. Los días de fiesta

El club sabía perfectamente que el equipo podía perder en Cádiz, ya que los andaluces son uno de los mejores equipos de la categoría. Por lo tanto, seguramente el Consejo tenía pensado tomar una decisión después del partido de este domingo, contra el Albacete, en el Nou Estadi. Pero lo que nadie entendió es que Lluís Carreras diera tres días de fiesta a sus jugadores después de la derrota. Sábado 9 de septiembre, domingo día 10 y jueves 14 de septiembre, fiesta para los jugadores. El club creyó que esta no era la mejor manera de preparar un partido tan importante y, en caliente, o casi, decidió que la relación contractual entre las dos partes había acabado.

8. Los entrenamientos

El número de entrenamientos que realizó el Nàstic de la pasada temporada a estas alturas, entonces con Vicente Moreno en el banquillo, supera con creces los de esta campaña. De hecho, con Carreras en el banquillo, los jugadores hicieron un 30% menos sesiones de entrenamiento, una situación que desde el Consejo de Administración nunca se ha entendido.