El estadio del Reus ve más de tres goles por primera vez en Segunda división
El último duelo en que se superó el umbral fue hace diecinueve meses en un 3-1 contra el Badalona en Segunda B
El gol fue el gran beneficiado del duelo del pasado domingo contra el Valladolid en el Estadi Municipal de Reus. La visita del equipo más anotador –ya lleva 25, 7 más que el segundo clasificado– y más encajador –19– presagiaba una noche histórica de pelotas incrustándose en las redes, y así fue.
El campo reusense es un escenario donde, por su escasez, los goles valen su peso en oro. A simple vista, un empate a dos parece un resultado de lo más normal, pero no lo es en terreno rojinegro. Aquí, el 2-2 es un resultado histórico por su abundancia. Tanto es así, que el del domingo fue el primer enfrentamiento en que este estadio vio cuatro goles desde que el equipo juega a la categoría de plata.
Ha llovido mucho desde la última vez que se vieron más de tres goles en el Municipal. La historia futbolística se remonta diecinueve meses atrás, en una victoria por 3-1 contra el Badalona el 27 de marzo de 2016, cuando el equipo enfilaba el camino para conseguir el campeonato de Segunda B, que fue el primer paso para alcanzar el ascenso a la Liga 1|2|3.
La perforadora vallisoletana obligó a sacar al mejor de los reusenses, tanto defensivamente como ofensivamente. A detrás de Badia, la concentración defensiva y, en algunas ocasiones, también la fortuna, mantuvieron a raya el poder chocante del rival, que necesitó dos jugadas aisladas en pelota parada para igualar el marcador. A delante, Querol y Gus Ledes firmaron dos goles excepcionales para avanzar a su equipo, que se quedó a un paso de hacer el tercero en dos ocasiones claras más.
Un recurso escaso
Los goles en el equipo de López Garai son una rareza en contra, pero también a favor. Se ha quedado sin hacer ninguno en cinco de los trece enfrentamientos de liga. El del domingo contra el Valladolid, de hecho, fue el primero en que el conjunto reusense hizo más de uno. En el CF Reus el gol es un recurso escaso, que se gestiona con la máxima inteligencia.
Sólo un precedente fuera
No es un fenómeno exclusivo del Estadi Municipal. Cuando juega fuera, los partidos del CF Reus también acostumbran a ser magros en el balance goleador. Desde que está en Segunda, el Zaragoza-Reus del 26 de noviembre del año pasado es el único otro partido en que ha habido más de tres goles.
El CF Reus Deportiu no ha perdido la solidez defensiva de la temporada pasada a pesar de haber cambiado el sistema al 4-3-3. El de López Garai es un equipo quizás más atrevido que el de Natxo González, que no renuncia nunca a la victoria. Sin embargo, la base del equipo sigue siendo intentar asegurar al menos un punto a cada jornada manteniendo la portería propia a cero a base de trabajo y defensa en grupo. Desde el portero hasta el delantero centro, los rojinegros tienen incrustado en el ADN evitar goles en contra.
El presupuesto más bajo de Segunda vivo a la mitad superior de la mesa con una personalidad marcada y solidaria. Va mordiendo terreno en la categoría a base de trabajo. Las ocasiones claras de gol llegan en casi cada partido, pero el equipo va ganando efectividad jornada a jornada para transformarlas. En los primeros duelos el equipo sufría una crisis goleadora que no se llegó a encontrar preocupante porque el pecado no era tanto la creación como la puntería. En cambio, la efectividad ha sido la marca de la casa de las últimas jornadas. La victoria en el campo del Almería es un ejemplo: detrás de una telaraña exasperante para el rival, y en frente una única ocasión clara que vale tres puntos.
Las dos ocasiones clarísimas que habrían podido significar el 3-1 hacen presagiar que el Reus puede llegar a batir pronto un nuevo récord goleador. Más teniendo en cuenta que se consiguió con dos hombres gol en la enfermería, como son Máyor y Lekic. Después del dos, viene el tres. Paso a paso, como han hecho hasta ahora, los rojinegros en la categoría de plata.