La amplitud de la plantilla reusense minimiza el impacto de las lesiones
El último en caer fue Miramón que, en Tenerife, cedió su sitio a Campins
Cuando el CF Reus encaró el mercado de verano antes del inicio de la temporada, sabía que tendría que suplir la marcha de algunos de los jugadores puntales de la plantilla. Benito, Ángel y Ramon Folch, titulares indiscutibles, el curso pasado, ponían rumbo lejos de Reus; de la misma manera que lo hacían hombres que habían jugado un papel entrante en la rotación como Jorge Díaz, Babic, Albístegui o Chrisantus. Durante el mercado y la pretemporada, con Garai ya instalado en el banquillo del Estadi Municipal se conocía la lesión de Guzzo y se encaraba con optimismo la recuperación de Vítor Silva. La secretaría técnica trabajó de lo lindo para hacer llegar fichajes de calidad que permitieran ampliar y mejorar la plantilla.
La nueva temporada llegaba a Reus con la incorporación de un total de diez jugadores, con especial población en el centro del campo. Sin embargo, Garai afrontó el inicio de curso con algunas bajas sensibles de hombres llamados a marcar la diferencia, como Álex Carbonell. Ante la suma de fichajes y con la marcha de algunos de los titulares del equipo, el técnico roig-i-negre optó por gestionar bien la plantilla aprovechando las rotaciones que le ofrecía la amplitud de esta. Así, Campins debutaba en el primer partido de liga, cediendo su sitio a Miramón al lesionarse; Pablo Íñiguez se hacía un sitio en los primeros onzes ante la baja de Pichu Atienza, y Tito, Ledes, Juan Domínguez y Borja Fernández se repartían las tres posiciones del centro del campo.
Lesiones casi consecutivas
Cuando todo indicaba que Garai ya había encontrado su once tipo llegaron lesiones de manera casi consecutiva que hicieron saltar las alarmas. Lekic y Máyor, llamados, a disputarse la titularidad en la punta de ataque, se veían obligados a apartarse de los terrenos de juego casi en la misma jornada. El miedo de contar con Edgar Hernández como único delantero puro, después de haber llegado a acumular un total de tres, se agravaba con la lesión de larga duración de Ricardo Vaz, que decía adiós a la temporada después de romperse los ligamentos de la rodilla.
Por suerte para Garai, el equipo reaccionó bien a esta situación, con un Edgar que se reivindicó en el once, siempre gracias a su entrega y su lucha. Además, la enfermería roig-i-negra quedó aligerada después de recuperar hombres lesionados de larga duración como Vítor Silva i Guzzo, aunque este último no haya debutado a pesar de recibir el alta hace unas semanas. Antes, el técnico de Barakaldo ya había recuperado Carbonell, que llegó justo a tiempo para suplir las bajas de Juan Domínguez y Borja Fernández, que tuvieron que ver algunos partidos desde la gradería. Garai supo gestionar bien a sus hombres e, incluso, se pudo permitir el lujo dar descanso a algunos jugadores.
El 4-4-2 y la llegada de Yoda
La terrible noticia de la baja de Ricardo fue acompañada, una semana después, de la lesión de Querol. El reusense necesitaba dos meses para recuperarse, situación que dejaba a David Haro como único extremo a causa de unas molestias que mantienen a Fran Carbia lejos del césped desde el mes de octubre. Por este motivo, el CF Reus movió ficha antes del mercado de invierno para hacerse con Karim Yoda, que aterrizó en el Estadio Municipal para suplir la baja de larga duración de Ricardo Vaz.
El fichaje del extremo francés también ha venido acompañado, en las últimas cuatro jornadas, por la apuesta de Garai para cambiar el sistema. Aprovechando el buen nivel de forma de Edgar Hernández, la recuperación de Lekic y la suma de efectivos en medio del campo, el técnico roig-i-negre optó para alinear a un 4-4-2. Con esta formación, el CF Reus se asegura más piernas en zona de medios y más seguridad a la hora de defender. Contra el Barça B, hace dos jornadas, ya quedó patente que este nuevo esquema permite a los reusenses defenderse ante equipos que disputen la posesión de la pelota. En ataque permite más combinaciones en la zona de creación y aprovecha la corpulencia de Edgar y Lekic para bajar pelotas y ofrecerlas a unos extremos y laterales que ganan profundidad. Contra el Tenerife este domingo, Garai volvió a decantarse por un 4-3-3 que hizo que los roig-i-negres dieran peso e importancia al centro del campo.
Miramón, el último al caer
El club está pendiente de Jorge Miramón, a quiénes le tienen que realizar pruebas después de que sintiera unas molestias en el cuadríceps en el último entrenamiento antes de viajar a Tenerife. Campins ocupó el sitio del aragonés en el lateral derecho, posición que no ocupaba desde la primera jornada. El mallorquín había reaparecido en la visita a Almería y sustituyó Menéndez en el lateral izquierdo después de que este se lesionara en el partido delante del Sporting.