Este Nàstic no funciona

Seguramente, si se llevara a cabo una encuesta a todas las personas que vieron el Cultural Leonesa-Gimnàstic de Tarragona de este domingo, no habría nadie al cual le gustara el juego practicado por el conjunto catalán. En ningún momento del enfrentamiento pareció que los tarraconenses tuvieran la mínima posibilidad ni siquiera de empatar. Era cuestión de esperar que el equipo local atacara la portería de Dimitrievski para que el marcador se abriera. Dos paradas de gran mérito realizó el meta macedonio del Nàstic, pero él no es Dios. Incluso, falló, en mayor o menor medida, en las dos dianas anotadas por la Cultural. Dos calientes, y dos frías. Pero el resto del equipo se mostró completamente congelado.

Antes del duelo disputado contra el Sevilla Atlético, el entrenador del Nàstic, Rodri, avisó, sin especificarlo con estas palabras, de que su equipo se olvidaría del juego combinatorio y también de ser protagonista en los partidos, para pasar a jugar de una forma más pragmática, un sistema que ayudara en el Nàstic a ganar sin tener que complicarse la vida. Como, por ejemplo, ha hecho Anquela en el Oviedo. El técnico de los asturianos vio que con cinco defensores y sin probar florituras podía conseguir cosas grandes. De momento, el conjunto donde juegan David Rocha y Mossa ha tirado hacia arriba y parece no tener frenos.

La primera muestra de este juego más práctico se pudo apreciar contra el Sevilla Atlético en el Nou Estadi, hace dos jornadas. El resultado, 2-1 sufriendo en exceso y no mereciendo sumar los tres puntos. Quizás, ni siquiera uno. Pero cuando un equipo gana, no se le puede reprochar nada. Ahora bien, todas las vergüenzas salieron de golpe, en el Reino de León. El Nàstic jugó un partido realmente pobre, patético. Una cosa es dejar el protagonismo al rival, y otra bien diferente es no ser capaz de realizar tres pases con criterio de forma consecutiva. Además, cuando el partido no funciona por el césped, una buena opción es intentar jugar por alto. Balones altos aUche o, sobre todo, a Barreiro, pueden solucionar unos o más partidos, pero tampoco se intentó.

Esta es otra, Barreiro y Uche podrán ser resolutivos en muchos partidos, pero no los pueden ganar todos. Necesitan gente que les acompañe. Lo más grave de todo es que en los últimos partidos el único futbolista que está intentando alguna cosa a nivel ofensivo es Xavi Molina, un centrocampista defensivo que puede jugar a la perfección como central y que, con la baja de Sergio Tejera, tiene que realizar la función de mediocampista organizador. Más no se le puede pedir al de la Canonja. Más, imposible. Maikel Mesa, que es lo más parecido que hay Tejera en la plantilla, continúa perdido en la banda izquierda, como si allí pudiera aportar alguna cosa.

Pues estas son algunas de las situaciones que se le echan en cara a Rodri, el entrenador grana. Está siendo cuestionado sobre todo por parte de una afición que no quiere sufrir como la temporada pasada, y que entiende que el entrenador no es la persona adecuada para continuar con el proyecto. De hecho, hay un sector de la afición que le está comparando con Juan Merino.

Los números del técnico no son malos: 20 puntos sumados en los 14 duelos disputados (Lluís Carreras sumó un punto en cuatro duelos) son cifras prácticamente de promoción de ascenso a Primera División. Pero este mes inicial, en el cual el Nàstic no pudo ganar, pesa mucho. Y la gente de Tarragona, el aficionado del Nàstic en general, no está para excusas, más todavía después del sucedido la pasada temporada.

El mercado de invierno

Ahora, todo el mundo mira hacia el mismo lugar: al mercado de invierno. Sí que es cierto que el cuerpo técnico no acaba de dar con la tecla, pero también lo es que esta plantilla necesita cambios. ¿Cuántos? Dependerá, en buena medida, de lo que pase este sábado, a partir de las cuatro de la tarde, en el Nou Estadi. Será entonces cuando la conjunta grana reciba la visita del Huesca, líder y equipo más en forma de la categoría de plata.

Si el resultado es muy negativo, tanto la dirección deportiva como el Consejo de Administración tendrían que replantearse fichar más de lo previsto. De los dos centrales, uno o dos medios y un hombre atacante que estaban previstos, se podría pasar a un defensor más y un futbolista más de banda. De los tres a cuatro fichajes, se podría pasar a seis o siete, que se acercan más a las necesidades reales de un equipo que en los últimos partidos no ha dado señales de vida y que no puede dormirse si no quiere tener problemas inesperados.