Dinámicas sin continuidad
El Reus no ha ganado dos partidos consecutivos, y ve cómo se escapa la tranquilidad cuando más cerca la tenía
La derrota en el Reino de León dejó al CF Reus, una vez más esta temporada, sin poder dar continuidad a la dinámica que llevaba acumulada en los últimos partidos. Hasta la visita a la Cultural, los rojinegros acumulaban tres partidos sin perder. Dos victorias y un empate, este de mucho mérito, ya que se sumó en el Sadar contra el Osasuna. Aunque corta, esta dinámica había dejado unos de los mejores registros del curso: sólo dos puntos perdidos, con cinco goles a favor y ninguno en contra.
La regularidad es mucho más que necesidad en una liga tan igualada como es la Segunda División. En este aspecto, los reusenses están sufriendo porque no consiguen ligarla. El equipo todavía no ha conseguido sumar dos jornadas consecutivas con victoria. La mejor racha que se ha embolsado el conjunto dirigido por Aritz López Garai ha sido de seis partidos sin perder entre las jornadas cuatro y nueve. Entonces, se sumaron dos victorias y cuatro empates, diez puntos de los dieciocho posibles, con cinco dianas a favor y tres en contra.
A pesar de no contar con buenas dinámicas con respecto a resultados, no se puede negar a que el CF Reus ha dado la cara contra casi todos los rivales. Además, no se ha arruguat contra conjuntos de la parte alta de la tabla o venidos de la Primera División, como demuestran los dos empates contra Osasuna o la victoria contra el Sporting de Gijón.
Sensaciones sin números
Si bien es cierto que las sensaciones que se pueden dejar encima del terreno de juego no sirven para sumar puntos, también hay que reconocer que la derrota contra la Cultural llegó cuando el CF Reus se encontraba en el mejor momento de la temporada. Después de un inicio complicar de año, la victoria contra el Nàstic en el Nuevo Estadio había servido a los rojinegros para recuperar la versión más solvente y eficaz sobre el terreno de juego.
Contando el punto de inflexión en Tarragona, el conjunto de la capital del Baix Camp había sumado once puntos en seis partidos. Tres victorias, dos empates y una sola derrota, con un balance de siete goles a favor y tan sólo dos en contra entre las jornadas 23 y 28 de competición.
Adiós a la tranquilidad
El partido en León llegaba a la agenda reusense como un antes y un después en la competición. El rival marcaba las plazas de descenso, con ocho puntos de margen de los sitios calientes y ocho más respecto del playoff. Ganar contra la Cultural, nadie lo escondió en la previa, suponía una inyección de tranquilidad extra. No era la salvación, pero casi, porque, como reconoció Garai después de ganar al Sevilla Atlético, «cuando ves los 40 puntos a tocar es que ya tienes mucho trabajo hecho». El traspié, junto con los próximos rivales (Huesca y Rayo), obligan en el Reus a aumentar el nivel de exigencia para no sufrir cuando el tramo decisivo de curso ya llama a la puerta.
No es la primera vez que, al visionar un punto de tranquilidad, el equipo hace aguas. Antes de acabar el año los rojinegros viajaron en Córdoba conscientes de que una victoria dejaba medio trabajo hecho en el saco. El resultado, por desgracia, está bien presente en las memorias reusenses. El mismo recuerdo tiene que servir para no olvidar la identidad del equipo y plantar cara el próximo domingo.