Todavía peor que la temporada pasada
El Nàstic suma los mismos 33 puntos que la campaña anterior, pero ahora dista a un punto de los descenso, por los tres de la 2016-17
Esto no funciona. Por muchos cambios que se han hecho, el Gimnàstic de Tarragona sigue estando a años luz de lo que se espera de él. No llegan los resultados, el juego es peor cada día que pasa, y la gente se está cansando.
El Consejo de Administración del Nàstic ha hecho todos los esfuerzos posibles, la dirección deportiva ha realizado todos los cambios que requería el equipo, y alguno más, pero no hay manera. Tres entrenadores han pasado ya por el primer equipo esta temporada, y hasta siete futbolistas fueron fichados en este mercado de invierno, pero todo continúa igual. O, lo que es todavía peor, se ha empeorado lo que había antes.
Las sensaciones que ofreció el equipo después de empatar sin goles en el Nou Estadi contra el Cádiz y de ganar 0-1 en el Carlos Belmonte contra el Albacete eran inmejorables. El equipo, en el primer caso, practicó un buen fútbol y, en el segundo, fue capaz de ganar en condiciones adversas y practicando un fútbol en el cual los manchegos estaban más especializados. Esta era la mejor carta de presentación de un Nano Rivas que, en dos partidos, ha sumado cuatro puntos de seis posibles. Aunque inversa, había conseguido seguir la media inglesa. Después, todo y ha sido un auténtico desastre.
La derrota contra el Zaragoza fue prácticamente idéntica a la de este pasado domingo contra el Tenerife. Un cuarto de hora bueno por parte del Nàstic y, después, todo para borrarlo de la memoria. O para aprender, lo que se prefiera. En el primer caso, el duelo acabó 0-2 y, este domingo, 1-2. Prácticamente lo mismo.
Con 29 jornadas disputadas, ha llegado el momento de mirar a la temporada pasada, de comprobar en qué situación se encontraba el equipo tarraconense a las mismas alturas. Las cifras son sorprendentes. El Nàstic suma los mismos 33 puntos que tenía la campaña anterior a estas alturas. Seguramente, en muchos los sorprenderá, ya que en el recuerdo queda una temporada 2016-17 desastrosa, en la cual el equipo, entonces entrenado a estas alturas por Juan Merino, tenía mucha pinta de Segunda División B. En esta campaña, sin embargo, no ha sido hasta después de perder contra el Tenerife cuando muchos han visto que las opciones de bajar son reales, aunque está en las manos del Nàstic poder revertir la situación.
La campaña pasada
A las mismas alturas de temporada, en la 2016-17 el Nàstic era decimoquinto. Aunque contaba con los mismos puntos que ahora, hay dos diferencias que hacen que en la campaña anterior los números fueran mejores. La primera, que el descenso, que entonces marcaba el Mallorca, que estaba a tres puntos. La segunda, que entre el Nàstic, que era decimoquinto, y el mismo Mallorca, que marcaba el infierno, había tres equipos (UCAM Murcia, Alcorcón y Córdoba).
Son números que hacen poner la carne de gallina en todos aquellos que estén sufriendo ahora mismo por una salvación que, aunque es muy posible, no está asegurada, ni para el Nàstic ni para la mayoría de equipos de la categoría de plata. El problema no son tanto los números ni la distancia de la zona de descenso, como sí que lo son las sensaciones que ofrece el equipo.
Una cosa es caer contra el Tenerife, pero otra es ver cómo el equipo contrario ataca y consigue un cinco contra cuatro en numerosas ocasiones, con la defensa vendida y los hombres de arriba volviendo caminando. Esta circunstancia se repitió en más de una y más de dos ocasiones, tanto cuando había opciones de ganar como en el tiempo de descuento, cuando el pescado estaba vendido.
Ahora, toca pensar en el duelo del Nuevo Los Cármenes del sábado, a las cuatro de la tarde. Allí, el Nàstic se enfrentará al Granada, actual tercero clasificado, y que querrá poner a prueba la efectividad de un Nàstic que sigue siendo el mejor visitante de la Segunda A.