Empate para empequeñecer al líder
El Reus recupera sensaciones y exhibe dominio en un partido en que sólo faltó el gol
Los resultados que se habían producido durante la jornada dejaban en el CF Reus con cierta urgencia delante del Huesca, un líder tocado, capaz de sumar un único punto en los últimos tres partidos, con dos derrotas consecutivas fuera de casa. Los tres puntos dejaban el conjunto del Baix Camp con 40 puntos que tendrían que significar tranquilidad y ver la salvación más cerca. Pero cuando|cuándo juegas contra el líder de la Segunda División, por|para más herido que esté, no se puede especular nunca y se tiene que exigir el máximo de tu equipo y confiar en que el rival no tenga el día. Al conjunto local sólo le faltó el premio del gol, que hubiera acabado de redondear un partido con muy buenas sensaciones, con dominio y consiguiendo que el Huesca quedara reducido a un conjunto obligado a defenderse en toda la segunda mitad después de un primer tiempo cargado de intercambio de golpes.
Garai optó por alinear un equipo cargado de potencial ofensivo haciendo salir de inicio a Querol, Yoda, Fran y Lekic. En el primer cuarto de hora ya quedó claro que era un once con mucho sacrificio y desgaste, ya que estos futbolistas eran los encargados de presionar la salida de pelota del Huesca desde la misma frontal del área visitante. En medio, Les y Juan Domínguez ayudaban en esta tarea, conscientes de que el Reus necesitaba tener la pelota y evitar que los aragoneses cruzaran la divisoria con peligro. Moi Gómez, a los siete minutos, dejó patente el peligro visitando con un chute cruzado, desde el corazón del área y ganando la espalda a los centrales, que Badia tocó justo para enviar la pelota a córner. La primera ocasión de peligro real del partido, sin embargo, la protagonizó Fran Carbia aprovechando una grande centrada de Miramón. El delantero rojinegro puso la punta del pie al punto de penalti pero la esférica salió fregando la escuadra izquierda de Remiro.
El Reus consiguió generar peligro gracias a tener la pelota y a las buenas combinaciones en zona de tres cuartos de campo contrario. Yoda puso a prueba al portero rival con un chute desde el vértice derecho del área después de tres recortes, pero la pelota le salió floja. Quien tuvo más cerca el gol fue Querol, autor de dos de las mejores ocasiones de la primera parte. La más clara la tuvo pasada la media hora de partido, aprovechando una pelota filtrada por Lekic que lo dejó casi solo delante de el portero. El reusense, sin embargo, conectó mal con la pelota, que se fue abriendo y se marchó demasiado cruzada. Otra de las suyas internadas por la derecha acabó con una pasada de la muerte muy defectuosa que rehusó la defensa.
Todas las acciones de peligro locales tuvieron respuesta visitando. El conjunto rojinegro se sentía cómodo con la pelota, jugando con intención y consiguiendo dejar el Huesca sin acercarse en las zonas defendidas por Badia. Así y todo, los aragoneses hicieron daño cuando encontraron espacios y pudieron correr, con especial insistencia por el lateral derecho de su ataque, buscando las cosquillas en Menéndez y en un Querol exigido en defensa. Antes de los veinte minutos, Moi sirvió una pelota deliciosa al punto de penalti que la defensa, después de un rebote, consiguió rechazar. En la acción siguiente, una nueva internada en el área por el vértice derecho ofensivo se encontró con Olmo que, muy atento, desvió la pelota en córner. Una de las acciones más claras del Huesca llegó al minuto 36’, con doble oportunidad. De nuevo, penetración por el extremo derecho finalizado con un primer chute rechazar por un Badia muy concentrado y un segundo sacado, después del rechazo de este, que se marchó muy desviado.
Poco a poco, las imprecisiones se hicieron con el CF Reus, que no conseguía que las pelotas interesantes jugadas cerca de Remiro supusieran peligro. Yoda hizo levantar a los aficionados de la butaca con una internada por la izquierda, remontando la línea de fondo pero enviando una pelota al corazón del área muy fácil de rechazar por la defensa. El Huesca se tendió antes del descanso, llegando con más frecuencia a la zona de creación ofensiva y haciendo evidente el desgaste de hombres como Fran y Querol que, muy trabajadores en defensa, no tenían la energía suficiente para salir al contragolpe. En la segunda mitad las piernas se refrescaron y, a pesar de hacerlo sin efectivos, el Reus dispuso de dos salidas con peligro. Yoda y Querol no pudieron conectar y, pocos minutos después, Fran tiró de lucha para forzar un córner que quedó en nada.
Control y dominio
En los primeros cuarenta y cinco minutos, los conjunto de Aritz López Garai encontró la manera de curarse en varias fases. La charla a la media parte debió ir encaminada a potenciar este aspecto, porque al salir de vestuarios el partido se convirtió en un monólogo del CF Reus que mantuvo el Huesca casi cerrado dentro de su área. La pelota se tiñó de rojo-y-negro y prácticamente se jugó en la zona ofensiva, con circulaciones, combinaciones y acciones muy interesantes y sin arriesgar. Las opciones de gol casi desaparecieron para dejar el protagonismo al despliegue táctico de Garai. Con el rival cerrado en campo propio, el técnico entendió que no necesitaba a cuatro delanteros y dio entrada a Guzzo para poder dominar, todavía más, la posesión.
El Huesca renunció a la posesión y optó por buscar sorprender al contraataque. Cuando un equipo pasa tantos minutos buscando la portería rival puede pasar de que se olvide de defender. Una ley no escrita en el mundo del fútbol que no entra en el diccionario de Olmo y Atienza. Los centrales van anular completamente la producción ofensiva aragonesa, y disfrutaron de oportunidades para añadirse al ataque. Atienza apareció en el área para rematar córners y faltas colgadas, mientras que Olmo contribuyó dando salida a la pelota y aprovechando los agujeros que la línea de medios del Huesca dejaba en los carriles centrales, pendientes de defender unos laterales y extremos muy abiertos.
El equipo de Rubi llegó a acumular más de ocho jugadores en zona defensiva, hecho que hacía muy complicado que el Reus consiguiera crear peligro sorprendente por el medio. El ataque rojinegro se tradujo en centradas que en pocas ocasiones encontraron rematador con superioridad. Yoda, con un coscorrón que salió muy abombado, tuvo la mejor ocasión. Querol lo intentó buscando la espalda de la defensa e intentado correr cuando encontraba espacios. En la zona de creación y decisiva, sin embargo, las luces se apagaban y la falta de precisión dominaban los minutos. Cuando la centrada era buena nadie la podía rematar, y cuando parecía que un futbolista se podía quedar solo cerca del área la pelota no llegaba en las condiciones necesarias.