Guzzo: «Lo pasé mal, pero cuando juegas ya eres feliz»
El mediocampista del CF Reus confiaba en que este fuera un año importante pero «la lesión me ha sacado demasiados partidos»
—Ahora que, por fin, ha vuelto a jugar, ¿cómo se siente?
—Bien, al final ya ha llegado, y mira que ha tardado. Pasé cinco meses muy difíciles después de la lesión, pero lo que me costó más fueron los dos meses y medio que estuve entrenando bien y no tenía opciones de jugar, eso me hacía daño.
—¿Qué pasó durante aquellos meses?
—Mi alta estaba prevista para enero pero trabajé muy fuerte para llegar antes y lo conseguí, pero no estaba bien. No es fácil volver después de tanto de tiempo de baja y de la operación que pasé, estuve unas semanas bien pero al empezar a entrenar sentí un dolor que antes no tenía, está como si tuviera un cuchillo en la rodilla y, cuando eso me pasó, notaba que no tenía confianza a la hora de poner el pie y disputar pelotas, inconscientemente pensaba en cómo apoyar la pierna para no notar mal.
—¿Fue usted quien le decía al entrenador que no se notaba bien?
—Al revés, yo quería mostrar que a pesar de todo podría estar para jugar pero él veía que no era así, que no estaba bien para entrar a un partido hasta ahora, que ya me ha podido poner.
—¿A nivel físico y mental ya se siente al cien por cien?
—Ahora sí, cuando juegas siempre estás más contento. Es cierto que pasé un tiempo muy triste porque no acababa de hacer limpio|neto y no tenía opción de jugar, no lo escondo, lo pasé mucho peor que durante la lesión. Cuando estás de baja te vas recuperando día a día, te vas sintiendo mejor y los físios han sido clave porque me han ayudado mucho.
—¿Hubo un partido en el cual salió a calentar pero no entró. ¿Qué sintió?
—Siempre estás más cerca de jugar a que no cuando estás en la grada, no tuve opciones aquel día pero ya notaba que estaba más cerca. Ahora ya ha llegado la oportunidad de jugar y lo que ha quedado atrás ya ha pasado, me costó mucho. Vítor, Ricardo, Gus y la familia que tengo aquí me han ayudado mucho, a veces necesitaba hablar con alguien y sé que a mis padres también les costaba porque estábamos lejos, veían que no jugaba y yo no lo quería hablar con ellos porque sabía que sufrirían más. Eso también se me frustraba, porque yo no estaba bien y veía que tampoco los hacía contentos a ellos.
—Haber coincidido con Ricardo, que también está lesionado de la rodilla, ¿ha sido importante?
—Al inicio, que es lo que cuesta más, nos ayudamos. Ahora él ya empieza a entrenar y se siente mejor. Pocos días después de que le operaran me le dijo que ya entendía lo que había pasado yo, desde fuera es muy fácil hablar y dar ánimos pero cuando sufres un revés así es metido, y más para el Ricardo que estaba jugando muy bien e iba a ser un año importante para él, igual que pensaba que lo sería para mí. La lesión me ha quitado demasiados partidos pero ahora tengo que aprovechar la recta final.
—¿El mejor Guzzo es el que vimos la temporada pasada?
—Siempre se puede mejorar, espero poder aportar más al club y a mis compañeros. El año pasado no empecé muy bien, Natxo tenía sus ideas pero lo he aprendido mucho a pesar de no jugar mucho, sobre todo a nivel táctico es un gran entrenador. Su vertiente humana la he descubierto después de mi lesión fue la primera persona que me llamó.
—¿Con Aritz la relación es más personal?
—Es difícil, tardé un poco a entender que ya no era mi compañero, tenía separar las cosas y me costó. Me gustaba mucho como compañero, reíamos mucho, pero ahora tenemos que ser profesionales y nos tenemos que respetar, quizás cuando ya no sea entrenador podemos volver a tener aquella relación. Aritz sigue siendo la misma persona, seguimos teniendo muy buena relación.
—Cómo es el fútbol, que le da la oportunidad porque Vítor está lesionado.
—Yo quiero jugar con Vítor y no tener que suplirlo, el año pasado ya coincidimos poco. Primero le tocó a Fran, después he tenido unos minutos yo pero nadie suple la baja de Vítor. He entrenado con muy buenos jugadores, como Pablito Aimar o Saviola en el Benfica, y para mí Vítor está entre los mejores, tiene mucha calidad. Sé que tiene que sufrir mucho, cuando estaba en el mejor momento de la temporada se ha lesionado y ahora quiero que se recupere pronto para jugar con él, aporta mucho al equipo y quiero que el año que viene se quede aquí también.
—Aritz explicó que, contra el Huesca, le hizo jugar porque necesitaba a alguien con su calidad para filtrar pases entre las líneas de la defensa. ¿Es ahí donde se siente más cómodo?
—Siempre he jugado de «8», es donde me siento cómodo. El año pasado jugábamos con un sistema diferente y como Natxo sabía que no era un extremo puro me ponía por dentro y, al final, los rivales sabían cómo jugaban y ya no dejaban tantos espacios. Natxo adaptó un poco mi posición pero es cierto que siempre había jugado en una posición más en lo tocante a la banda, donde me puso el Aritz el otro día.
—El equipo está obligado a mejorar fuera de casa y visitan Vallecas.
—El Rayo es el equipo que mejor juega ahora mismo. Las cosas no salen fuera porque en la cabeza vas con un poco de miedo. No tenemos que tener, tenemos que mostrar el nivel como hicimos en casa contra el Huesca. Ellos son el segundo clasificado pero nosotros somos el Reus, tenemos nuestras fuerzas y las tenemos que aprovechar. Tenemos que sacar puntos fuera de casa, que es lo que más nos está costando.
—¿Podremos disfrutar del mejor Guzzo en Reus?
—Eso espero, lucho hasta el final e intentaré hacer lo mejor posible. Este año voy un poco tarde pero todavía quedan doce partidos y tengo que aprovechar todas las oportunidades que tenga.
—¿Qué es lo mejor que le ha dado el fútbol?
—he tenido muchas cosas buenas, he disfrutado y he aprendido mucho en el Benfica porque es el club que más me dio. El que más feliz me hará es que la gente diga que pasé por aquí siendo un gran jugador pero todavía más que fui una buena persona y un gran compañero.
—¿Desea volver al Benfica?
—Todo el mundo tiene sueños pero no pienso a largo plazo, no lo pude concretar cuando estaba allí, ahora tengo que pensar al trabajar aquí, hacer que se abran puertas. La carrera de un jugador no es larga y no pienso en qué pude hacer al pasado, es una profesión que gusta mucho y cuándo se acaba te deja triste.
—¿Se ve algún día como entrenador?
—Me gusta mucho el fútbol y miro mucho, en un futuro quizás sí que me gustaría serlo, pero todavía queda mucho. Aritz dice que le costó mucho dejar el futuro y tampoco quiero pensar ahora.