¿Qué le pasa al Nàstic?
Son muchos los motivos que provocan que el equipo tarraconense esté en una situación tan delicada a diez partidos del final de temporada
Este Gimnàstic de Tarragona no funciona. O funciona a medias. Ya se sabe que cuando las cosas se hacen a medias... puede preverse cómo pueden acabar. Alguna cosa, o muchas, se han hecho mal en este club porque después de una temporada tan desastrosa como la pasada, parece que no se haya aprendido bien la lección. Desde errores en la planificación deportiva (jugadores y, sobre todo, entrenadores) hasta rendimientos que están muy por debajo de lo esperado pueden ser algunas de las causas que han llevado a los tarraconenses a volver a sufrir por la permanencia en una temporada en que, en principio, no parece tan complicado evitar las cuatro últimas plazas de la tabla clasificatoria.
Ahora, quedan diez jornadas para finalizar el campeonato, y el Nàstic tendrá que sudar, y mucho, para continuar una campaña más a la categoría de plata. Después de una primera vuelta más que discutible, el club buscó cambios drásticos en forma de un nuevo inquilino en el banquillo y de futbolistas que ayudaran a incrementar el nivel de la plantilla. Seguramente, Nano gusta más que Rodri, pero los resultados no indican que sea mejor. Al menos, de momento. Y, muy posiblemente, los futbolistas que llegaron en el mercado de invierno tienen un nivel superior a los que se marcharon, pero eso también se tiene que demostrar en el césped. No sólo es ser muy bueno, haber jugado en equipos a que lucen y venir con buenos números. Es demostrarlo y, de momento, pocos futbolistas se están salvando de la quema. Los motivos de la mala temporada del Nàstic son muchos, pero acto seguido se enumeran unos cuantos.
1. El mal juego del equipo
Este equipo no juega bien, eso es una obviedad. Aparte de no haber tenido un sistema de juego concreto a lo largo de la temporada, cuesta mucho encontrar un partido en el cual la gente se haya marchado satisfecha en casa. Sí que ha habido algunos duelos fuera de casa en los cuales todo ha salido bien, pero en pocos de estos se puede afirmar rotundamente que el Nàstic jugó muy bien, y que fue muy superior a su rival. Está muy bien estudiar al contrario e intentar ganarlo gracias a la táctica, como muy bien hizo el Nàstic en el Carlos Belmonte, contra el Albacete (0-1) cambiando el sistema, jugando con cinco detrás, y siendo mejor que el rival con sus propias armas, pero también es necesario que el aficionado sepa a qué juega su equipo, cómo lo hace y cuáles son sus signos de identidad.
2. Una bipolaridad muy peligrosa
Ser el mejor equipo de la Segunda División A fuera de casa es lo que está salvando al Nàstic esta campaña. Los tarraconenses han sumado 25 puntos que, sumados a los más que pobres 11 en casa, hacen que tenga 36, sólo tres más que una Cultural y Deportiva Leonesa que marca la zona de descenso a Segunda División B.
Sólo el Sevilla Atlético es peor que el Nàstic en campo propio, y esta es una situación que está cansando, y mucho, a una afición que, aunque responde a los llamamientos del club, se encuentra con una decepción tras la otra cuando asiste al Nou Estadi. Ahora, llegan dos partidos seguidos a casa, contra Lugo y Valladolid, los cuales serán determinantes para el futuro del equipo.
3. Una plantilla que no acaba de funcionar
La plantilla que se confeccionó a principios de temporada no acabó de arrancar. Futbolistas jóvenes que no acaban de coger responsabilidades, otros que continuaban de la campaña pasada y que no tenían que haber seguido y jugadores con peso que no han dado la talla han sido determinantes por la mala dinámica de resultados del Nàstic. Se tiene que tener en cuenta que los tarraconenses tenían uno de los menores presupuestos a la hora de fichar, pero la plantilla del verano no acabó de funcionar.
En el mercado de invierno, han llegado muchos futbolistas, y de mucho nivel, pero eso no se ha notado, de momento, en el campo. Este fin de semana, por varias circunstancias (sanciones, lesiones y decisiones técnicas), ninguno de los nuevos fichajes estuvo sobre el césped del Estadio de Santo Domingo en el once inicial, donde el Nàstic cayó contra el Alcorcón.
4. El Baile de entrenadores
Lluís Carreras fue la apuesta del club en este inicio de temporada. Un punto de doce posibles, su forma de trabajar y su metodología le condenaron a la destitución. Después, llegó Rodri, del filial, el cual fue despedido a pesar de tener buenos números. El problema era que el equipo no funcionaba en casa, y que el Nàstic buscaba a alguien que volviera a enganchar a la afición. Después, ha llegado Nano, el cual no ha conseguido cambiar la dinámica de casa, ni que el equipo juegue mejor, ni que los resultados mejoren con respecto a su antecesor. El club asegura, en todo momento, que acabará la temporada, pero, en esto del fútbol, ya se sabe: los resultados siempre mandan.
5. Álvaro Vázquez
¿Alguien podría explicar por qué el que es, seguramente, el mejor jugador de la plantilla, sólo ha jugado cinco partidos como titular? El punta cedido por el Espanyol ha disputado un total de diez enfrentamientos desde su llegada, pero en cinco ocasiones lo ha hecho saliente desde el banquillo. Quizás en alguna ocasión no estaba al cien por cien físicamente, ¿pero alguien duda que si Messi o Cristiano Ronaldo estuvieran al 60% no jugarían como titulares en partidos importantes?
6. Expediente Mesa
Es el máximo goleador del equipo, con siete dianas y empatado con Manu Barreiro. Fue, posiblemente, el mejor futbolista de la primera vuelta del Nàstic, o de los mejores. Tiene un disparo a portería que, por lo que sea, casi siempre va entre los tres palos. ¿Por qué ha desaparecido del mapa? A este futbolista lo han mareado entre todos y ahora no se sabe si es centrocampista, interior, extremo o media punta. De momento, ha demostrado su calidad en el Nàstic, y parece defenestrado.
7. Un paso adelante de los líderes
Hay futbolistas que saben que pueden dar mucho más. Lo ha hecho César Arzo, que empezó contando poco y ahora es indiscutible. Fali también es todo un líder. Pero la afición echa de menos aquel Sergio Tejera que les hacía levantar de los asientos, aquel futbolista que, sin ser delantero, era capaz de decidir partidos y de servir grandes dosis de fútbol a sus compañeros para que estos culminaran el trabajo. Quizás el hecho de no haber renovado acaba pesando, aunque sea de forma inconsciente. También Jean Luc parece que no esté. De los diecinueve futbolistas que viajaron a Alcorcón, es lo que se quedó fuera. Sólo ha disputado diez partidos esta temporada, cinco de ellos como a titular, pero hace muchos meses que no se lo ve desequilibrante por banda. En tercer término aparece un Uche que tampoco está. Aportó media permanencia la pasada temporada, pero ya no es determinante. Un delantero nunca pierde el olfato goleador, y él todavía tiene tiempo para poder demostrarlo. Son tres ejemplos, para poner algunos, de jugadores que han demostrado lo que pueden ofrecer. Está en sus manos, y en los del resto de futbolistas de la plantilla, revertir la situación.