El Reus muere en la orilla del Molinón (2-1)

Las ocho victorias consecutivas que el Sporting sumaba en el Molinón antes de la llegada del CF Reus hacían presagiar cuál sería el destino del enfrentamiento. La actitud del equipo y el nivel mostrado en la segunda mitad situaron los puntos muy cerca de los rojinegros. Dos despistes en el primer tiempo y el empuje asturiano privaron al Reus de presumir, con la cabeza alta, de acabar con la gran dinámica del Sporting, que sumó la séptima victoria consecutiva liga.

Los de Baraja empezaron el partido con ganas de acabar pronto el trabajo. En Gijón nadie duda de que la primera plaza de Segunda tiene que ser blanquiroja si quieren volver a competir en la categoría de oro del fútbol español. En cinco minutos, el CF Reus ya había visto de qué era capaz el fuerte poder ofensivo del Sporting. La defensa rojinegra tuvo que trabajar para evitar un gol matinal que complicaba, todavía más, el objetivo de puntuar en Gijón.

Carbia y Lekic quisieron demostrar que los reusenses son un rival incómodo. El delantero tarraconense envió una pelota al travesaño después de aprovechar una pelota peinada por Lekic. Un minuto después, el serbio anotaba una diana que no subía al marcador porque recibía la esférica por delante de la defensa. El gol, bien anulado por fuera de juego.

Poco a poco el duelo bajó de revoluciones y el Reus pudo deshacerse del dominio local. Yoda, al cuarto de hora, envió un remate muy por encima del travesaño a la salida de un córner. Los de Artiz López Garai perdonaron, una palabra que no contempla el diccionario sportinguista.

A los veinte minutos, Nano Mesa hizo el primero después de una gran triangulación entre Carmona y Calavera, que se aprovecharon de la poca contundencia visitante a la hora de defender. Carmona recibió, solo, en el vértice del área, mientras Guzzo miraba como el delantero local le devolvía la pasada a Calavera con la espuela. Menéndez fue blando a la esférica, pensando que esta sobrepasaría la línea de fondo. Calavera se la creyó, la recogió y la cedió para Nano al primer palo, que tuvo bastante con empujarla al fondo de la red.

Buena reacción con mal resultado

A pesar del marcador en contra, los del Baix Camp no se encogieron y mantuvieron sus ideas con la pelota en los pies. Buena circulación de pelota delante de un Sporting que complicó la tarea de los reusenses cuando decidió presionar. Entonces, el Molinón se hizo demasiado grande para los visitantes.

El partido amenazaba al transcurrir sin demasiado peligro, con algunas llegadas de los dos equipos a la zona de castigo sin que supusieran una grande amenaza para los porteros. Con todo, las internadas de Jony, Calavera y Carmona generaban mucha más sensación de decidir el partido que las acciones de Yoda, Fran o Lekic, que se iban apagando en la zona, decisiva del campo rival.

A la media hora de partido, una nueva acción de estrategia mató a los reusenses. Córner servido desde la izquierda del ataque asturiano al vértice del área para que Carmona, completamente solo, enviara el esférico bien colocado a la base del palo. El estirón de Badía fue insuficiente y el 2-0 subió al marcador. Una vez más, a pesar de la tranquilidad y el trabajo bien hecho que quería imponer el Reus, el Molinón se estiraba y las pelotas no llegaban con bastante precisión para generar alguna cosa que amenazara un Sporting muy cómodo, con tramos de mucha superioridad respecto de los visitantes.

Lavado de cara

La segunda mitad del Reus en el Molinón no tuvo nada que ver con la primera. En muchos tramos recordó a aquel duelo contra el Huesca en el Estadio. Los rojinegros tuvieron la pelota, el control del partido y el poder de generar silbidos en las gradas del coliseo sportinguista. En muchas fases de la segunda mitad, los de Garai supieron imponer su estilo, con la fuerza y el dominio en medio del campo para decantar la balanza en favor suyo. Sólo faltó el mordisco y la capacidad de definir que tanto echa de menos el conjunto del Baix Camp.

Los reusenses salieron de la charla técnica con otra cara. La entrada de Carbonell por un Guzzo muy apagado le dio un aire nuevo a un CF Reus que copió el guion inicial del Sporting y sometió a los asturianos a un ataque continuado. A los cinco minutos de la reanudación, Olmo encontró el premio del gol. En un servicio de córner, Atienza envió un potente testarazo al travesaño. El capitán recogió el rebote para recortar distancias con un golpe de cabeza y un toque de suerte.

El gol fue combustible para un Reus que alzó el vuelo. Miramón creaba peligro en sus internadas, Yoda hacía ir la defensa de carcoma y Fran sorprendía llegando a rematar de cabeza desde el punto de penalti. Mariño, con suerte, se encontró con la esférica en las manos para evitar que el empate subiera al marcador.

El Sporting destinó toda la segunda mitad a sacar agua de la barca. Los equipos que lideran la clasificación y que consiguen grandes dinámicas encadenando victorias también lo hacen gracias a saber defender. Los catalanes pusieron el dominio, la posesión, las combinaciones y las llegadas al área. Los asturianos pusieron la lucha para proteger un tesoro preciado. El Reus se entregó, con todo, a por el empate, pero la falta de mordisco y acierto los dejó en las puertas del cielo.

FICHA TÉCNICA

Sporting. Mariño, Calavera, Guitián, Barba, Canela, Hernán (Nacho Méndez, 67), Bergantiños, Carmona, Rubén García (Pérez, 71), Jony y Crío Mesa (Carlos Castro, 80).

Reus. Badía, Miramón (Haro, 76), Atienza, Olmo, Menéndez, Gus Ledes, Guzzo (Carbonell, 46), Juan Domínguez, Yoda, Fran Carbia (Máyor, 66) y Lekic.

Goles. 1-0, Crío (20). 2-0, Carmona (30). 2-1, Olmo (50).

Árbitro. Ocón Arráiz (colegio riojà). Mostró amarilla en los locales Bergantiños (76) y Nacho Méndez (93); y a los visitantes Menéndez (28) y Máyor (81).

Incidencias. El estadio El Milinón - Enrique Castro Quini acogió a 22.762 espectadores.