Equipo y afición vuelven a su matrimonio eterno
Los seguidores estuvieron con los futbolistas desde el minuto 1 hasta el último suspiro de los cinco que añadió el colegiado en el segundo acto
Por fin, equipo y afición son uno solo. Por fin, la gente anima desde el principio. Por fin, el equipo da motivos para que así sea. Y, por fin, el Nou Estadi tiene aquello que se merece.
Algo más de 6.300 personas asistieron al campo, a pesar de la amenaza de lluvia, que se convirtió en una lluvia en toda regla, y a pesar del horario, poco habitual para los seguidores del Nàstic de Tarragona. Fueron más seis mil valientes, a los cuales no los importaron estos factores, y que decidieron volver a ver en su equipo en acción, a aquellos jugadores que, una semana antes, habían goleado a todo un Lugo (3-0).
Fue Álvaro Vázquez el que marcó el gol. Eso, no lo negará a nadie, pero alguna parte de culpa del triunfo también la tienen estas personas que animaron en el equipo cuando atacaba, cuando lo atacaban e, incluso, cuando todo el mundo, absolutamente todo el mundo, pensaba que el duelo acabaría en tablas. De hecho, por|para las graderías del campo se podían escuchar muchas voces que, sin pensárselo, firmaban el empate entre tarraconenses y castellanos.
Ahora, tiene que ir todo rodado. Pase lo que pase el próximo domingo en Oviedo, el Nou Estadi tiene que volver a ser una olla a presión para recibir al próximo visitante, el Numancia.