Otro año sufriendo y con final feliz
El Nàstic celebró una permanencia que volvía a llegar en la última jornada del campeonato y con una montaña rusa de emociones
Dicen que cumplir un objetivo sienta mucho mejor cuando a uno le ha costado mucho de alcanzar. Puede ser cierto, depende de cómo se mire. Seguramente, por este motivo se desató la locura en el Nou Estadi este sábado por la noche, cuando el Nàstic certificó la permanencia venciendo al Rayo Vallecano.
Como mandaba el guion, la megafonía del campo advirtió al público que no podía invadir el campo en caso de ganar al Rayo Vallecano, ya que el club se enfrentaría a sanciones económicas. Pero casi todo el mundo hizo caso omiso a las instrucciones llegadas desde el club y el Nou Estadi inició una celebración que hacía años que no se recordaba. Muy mayor a la de la pasada temporada y, apurando, todavía mayor que el del ascenso a Segunda División A. Quizás, por eso del padecimiento que ha supuesto conseguirlo.
Cuatro entrenadores, un director deportivo que no ha acabado la temporada, muchos jugadores que cambiaron en el mercado de invierno, las casas de apuestas... Lo que no le ha pasado esta temporada al Gimnàstic de Tarragona, seguramente, no existe. Un equipo configurado para no sufrir, que se reforzó a conciencia en el mercado de invierno para aspirar a gachas todavía mayores, y que ha tenido que hacer, nuevamente, un nueve de nueve al final de la temporada para alcanzar la permanencia. Se repetía un guion casi calcado al del curso anterior.
El Nàstic derrotó al Rayo Vallecano (2-0), el cual también alcanzó su meta: acabó campeón de Liga de Segunda División. El Huesca, que también cayó delante del Nàstic la pasada jornada (0-1), no hizo el trabajo al caer en el Carlos Tartiere contra el Oviedo (2-1). Finalmente, la Cultural y Deportiva Leonesa fue la que, cruelmente, bajó a Segunda División B, un equipo que estaba prácticamente salvado hace dos semanas cuando, al descanso, ganaba 0-2 en el Nou Estadi de Tarragona. Acabó perdiendo 5-3 después de una remontada espectacular del Nàstic, una prueba más que este equipo, cuando se ve muerto, resucita y es capaz de todo.
Después de una jornada de descanso, ayer, ahora llegan unos días para analizar muchas cosas. La semana empezará con la querella criminal contra Federbet y su ejecutivo por haber implicado en el Nàstic en apuestas ilegales. Eso, sin dejar de lado la plantilla. Habrá que decidir qué jugadores continúan en la disciplina del club y cuáles no, quién será el director deportivo y cómo se soluciona el futuro con Promoesport, empresa que ha sido del lado del Nàstic desde Segunda División B pero que este verano se podría desvincular de la entidad grana de forma definitiva. Las negociaciones entre Nàstic y Promoesport están en marcha desde hace unos días, pero todavía no hay nada concretado.
Ahora bien, lo que tendrá que definir el Nàstic es qué modelo de club y de equipo quiere. Con la deuda a cero, o prácticamente a cero, la entidad presidida por Josep Maria Andreu buscará, de una vez por todas, una estabilidad que, en los últimos años, no ha conseguido. Nadie quiere volver a sufrir hasta última hora para continuar en Segunda A y, para poder conseguirlo, el club tiene que empezar a trabajar inmediatamente.