Rusia, primer equipo en pasar a octavos después de vencer a Egipto (3-1)

Mohamed Salah, que marcó un gol de penalti en su debut mundialista y ve cómo pasar de ronda se convierte casi en un imposible con dos derrotas en dos partidos. Rusia pasó en la siguiente ronda después de ganar con claridad (3-1).

El duelo empezó con ritmo, impreciso por parte de Egipto que intentaba tomar la iniciativa, mientras la selección rusa imponía una presión alta que se convertía en la primera ocasión clara para|por Alexandr Golovin, que robó la cartera a Tarek Hamed y lanzó un tiro buscando el palo derecho del portero egipcio El Sherawy.

Despertó Egipto cuando vio a su ídolo aparecer. En una pared con Abdalla Said, Salah recordó que estaba aquí, y de alguna forma insufló ánimo a los suyos para sacudirse la presión local.

El partido no tenía dueño, pero sí mucho ritmo, convertido en un festival del contraataque. Los unos y los otros buscaban su oportunidad a la carrera o en uno rechace, como lo que recogió Cheryshev para lanzar un chute desde fuera del área que se fue dos palmos por encima del travesaño del Shenawy.

Cuando bajó el ritmo del duelo, la pelota se hizo egipcio. El pueblo de las pirámides buscó transportarlo al ataque sin éxito, hasta que el lateral izquierdo Abdelshafi encontró una autopista por su parte: en su primer centro, peinado por Marwan, Yury Zhirkov le arrancó la pelota a Salah cuando el 10 buscaba el remate sol. El segundo intento fue todavía más claro, con el mismo guion, pero por debajo: centro raso del lateral, Marwan la dejó pasar y Salah se revolvió, giró sobre sí mismo, y disparó con la izquierda.

Todo a la segunda mitad

A Rusia le vino bien el intermedio. Salió a la segunda mitad volcada como en el arranque del duelo, y encontró un premio inesperado.

El rechazo de un centro desde la derecha de Alexander Samedov que El Shenawy sacó de puños, le llegó a Golovin, cuyo centro tirante buscando en Dzyuba se encontró con Ahmed Fathi, que en su intento por vaciar introdujo la pelota en su propia portería.

Dos goles había visto el Sant Petersburg Stadium, los dos anotados por futbolistas que nunca hubieran deseado hacerles: el capitán egipcio Fathi ayer, hace cuatro días el marroquí Aziz Bouhaddouz, entonces para alegría de Irán y desgracia del conjunto magrebí.

Pero la fiesta rusa no había acabado, porque en la siguiente acción del partido sería Dzyuba quien|quién reclamara su lugar|sitio en el recuerdo de los seguidores de San Petersburgo con el tercero tanto, fruto de un servicio larguísimo de Kutepov, que el gigantón bajó al piso, sorteó en Ali Gabr y remató a complacer. Dos goles en dos duelos.

Siguió intentándolo Egipto, que pudo acortar distancias por medio de Trezeguet, que no estuvo fino en un rasgo|tiro solo delante de Akinfeev; pero lo consiguió de la mano de Salah, que recibió una cogida por parte de Zobnin en la cerca del área por|para el cual el árbitro paraguayo Enrique Càceres, previa consulta al árbitro asistente de vídeo, concedió penal|penalti. Y el Faraón se estrenó con un buen gol.

FICHA TÈNICA

Rusia. Akinféev, Mario Fernandes, Ignashévich, Kutepov, Zhirkov (Kudriasov, 86), Zobnin, Gazinski, Samédov, Golovin, Cheryshev (Kuziaev, 74) y Dyuba (Smólov, 79).

Egipto. El Shenawy, Fathy, Gabr, Hegazy, Abdelshafy, Elneny, Hamed, Salah, Elsaid (Amr Warda, 63), Trezeguet (Ramadan Sobhy, 67) y Marwan (Kahraba, 81).

Goles. 1-0, Ahmedd Fathy en propia portería (47); 2-0, Cheryshev (59); 3-0, Dzyuba (62); 3-1, Salah de penal|penalti (73).

Árbitro. Enrique Cáceres (paraguayo). Mostró la tarjeta amarilla en Trezeguet y en Smolov.

Incidencias. El Saint Petesburg Stadium acogió a 64.468 espectadores.