CBT y escuela, el binomio perfecto

El Club Bàsquet Tarragona nunca ha estado solo. Su fundación el año 1978 fue posible gracias al amparo del CIM (Club Integral Mixto) y, a lo largo de los años, el CBT siempre ha encontrado compañeros de viaje con a quién asociarse y colaborar mutuamente. Todos los inicios son complicados y están llenos de incertidumbres, pero el Club Bàsquet Tarragona fue superándolas hasta consolidarse como una de las entidades de referencia dentro de la ciudad. El baloncesto estaba latente, había ganas de practicar este deporte y es por eso que, poco a poco, fueron surgiendo más clubs y escuelas que dieron respuesta a la creciente demanda de este deporte. De ninguna otra manera se habría podido dar cabida a todo el tejido baloncestístico de la ciudad.

Por otra parte y paralelamente, en las escuelas el deporte empezaba a tener un papel más importante dentro de la educación de los alumnos y eso, en gran medida, beneficiaba el baloncesto. Muchos niños y niñas empezaron a practicarlo y hacer de este deporte su pasión.

Está en este contexto que la unión entre club y escuelas se hace más evidente y necesaria: por una parte, los centros educativos era donde había la mayoría de jugadores, pero por la otra, el Club Bàsquet Tarragona disponía de una infraestructura más profesionalizada para dirigir y organizar todo este volumen de practicantes a los cuales se empezaba a generar. Esta sinergia entre club y escuelas se tradujo, la temporada 1989-90 con la primera de las vinculaciones del CBT con los colegios de la ciudad. Lo hizo con La Salle Tarragona y su sección de baloncesto, quien también este año celebra los suyos 40 años.

El presidente del CBT aquel curso era Xavi Mas, y recuerda que aquella unión se pudo llevar a cabo gracias «a la buena sintonía que había entre las dos entidades. Llegamos rápidamente a un acuerdo con su presidente, Miguel Rodríguez, gracias al hecho de que La Salle tenía una buena base de jugadores».

Este convenio benefició a casi mil jugadores y jugadoras de baloncesto, y permitió configurar equipos que llegaron a competir en categorías preferente. Este primer convenio tuvo una duración de cuatro años, y más adelante, en la década de los 2000, la colaboración entre las dos entidades se volvió a formalizar.

El acuerdo con La Salle Tarragona y los buenos resultados de esta primera experiencia abrieron la puerta a muchas más vinculaciones del Club Bàsquet Tarragona con las escuelas de la ciudad.

Con el fin de seguir potenciando el baloncesto base, a lo largo de los años, el CBT ha mantenido colaboraciones con el Cèsar August, la Escuela Pràctiques, La Salle Torreforta, el Colegio Sagrat Cor, el Colegio Sant Pau, el Colegio Santa Teresa de Jesús, la Escuela El Serrallo y la Escuela Arquitecte Jujol de Els Pallaresos.

Con todas ellas y con sus jugadores, el Club Bàsquet Tarragona ha trabajado los valores del deporte con el baloncesto como elemento vehiculando. Y así lo ha seguido haciendo hasta día de hoy, ya que el Colegio Lestonnac, el Colegio Madre de Déu del Carme, el Colegio El Carme y el Colegio Portalada de Altafulla son los compañeros de viaje con quienes cuenta actualmente el CBT.

Un binomio perfecto que repercute positivamente en la práctica del baloncesto en nuestra ciudad.