La primera d'Enrique Martín (2-1)
Una diana ‘in extremis’ de Albentosa le da los tres puntos en un Nàstic que abandona el ‘farolillo rojo’ y que engancha a la afición
Enrique Martín ya gana, al mismo tiempo que lo hace su Gimnàstic de Tarragona, un equipo que derrotó al Oviedo en el último suspiro gracias a una gran diana de Albentosa en la última acción del enfrentamiento.
Por primera vez en lo que va de temporada, el Nàstic jugó con cinco defensores. No fue ninguna sorpresa, ya que es el sistema que ha dado más éxitos al nuevo técnico, un Enrique Martín que subió a Osasuna a Primera División con el 5-3-2, idéntico dibujo con el cual salvó en el Albacete la pasada campaña.
Lo que sí era una incógnita era saber cuáles serían las piezas que compondrían el once de Martín. Los tres centrales estaban claros: Cadamuro, Raúl Albentosa y el reencontrado Josua Mejías eran los tres centrales, mientras que Coris actuó como lateral derecho y Brugui se reubicó, y actuó en el carril izquierdo de la defensa.
Por delante, en su posición natural, actuaron Javi Márquez y David Rocha. No era tan natural la de Tete Morente, que actuó centrado, de media punta, a causa de las bajas de Ramiro Guerra, lesionado, y de Fali, sancionado por acumulación de amonestaciones. Arriba, Barreiro y Luis Suárez.
Precisamente, este último futbolista fue el más activo de todos los que hubo en el campo. La capacidad de sacrificio y de lucha que tiene este jugador parece infinita. Luchó absolutamente todas las acciones y, además, fue el autor de la diana que sirvió para abrir la lata.
Podría haber cambiado todo a los tres minutos de juego si Joselu hubiera marcado una chilena, sol, delante de Becerra. La retaguardia del Nàstic se despistó y dejó sin marca al punta del Oviedo, el cual podría habérselo pensado, pararla y chutar. Sin embargo, como estaba de espaldas a portería, probó el malabarismo, que se marchó desviado por encima del travesaño.
Poco a poco, los futbolistas del Nàstic fueron entendiendo el sistema y lo que les requería Enrique Martín. Sebas Coris, partiendo desde detrás, fue un puñal por banda|lado derecha, buscando siempre la espalda del rival. Teniendo un socio como Luis Suárez es más sencillo jugar bien, y todas las caídas en las luchas del sudamericano beneficiaron a los futbolistas de lado, sobre todo en Córiones.
Pero el gol llegó desde el otro lado. Una buena acción por banda izquierda de Javi Márquez desembocó en una centrada del centrocampista. La esférica cayó a pies de Suárez que, sin pensárselo, disparó con pierna izquierda, pasando la pelota por debajo de las piernas de Alfonso Herrero.
El gol era lo que más necesitaban tanto el equipo como la afición que, todo y que escasa en el campo, acudió con ganas de animar. Algunos, además, tuvieron momentos para recordar a Tejera, que se llevó sonoras pitadas cada vez que intervenía.
El Nàstic fue mejor que el rival en lo que restaba de primera mitad y también empezó con más intensidad y ocasiones que el Oviedo en el segundo acto. Tuvo prácticamente la sentencia a Luis Suárez en el 48’, pero la madera lo impidió. Estuvo en una maravillosa pared con Manu Barreiro, quien dejó solo al sudamericano, el cual la cruzó con la izquierda, sin suerte. Seis minutos después, también rozó el gol Coris, con una llegada desde de atrás en la cual Luis Suárez lo dejó solo. Sin embargo, intentó una centrada que va acaba en córner. Pocos minutos después de esta acción se podría decir que se acabó el Nàstic. Físicamente parlante, claro. La bajada del equipo fue tal que, un Oviedo que no propuso absolutamente nada, se hizo el amo|dueño del partido, prácticamente de forma involuntaria.
Luis Suárez fue el primer cambio que realizó el técnico grana, a la hora de juego. Y es que el delantero ya no podía más. Eso es lo mismo que le pasó al resto del equipo. Físicamente, una hora pudo aguantar el Nàstic, con qué, en una de las ocasiones visitantes, llegó el empate. Ibra aprovechó, en el 64’, una pelota rebotada en el palo. El futbolista se la encontró, casi de forma involuntaria, fusiló un Isaac Becerra que estaba vendido.
A partir de aquí, el Oviedo creyó en la victoria, hasta el punto que el empate era el peor de los daños|dolores|males de un Nàstic que tiró atrás y, con Javi Jiménez, Manu del Moral y Omar Perdomo entrante de refresco, hizo todo el posible para proteger su meta. Se ensució el duelo con la expulsión por doble amarilla de un Ramon Folch que tardó tres minutos en abandonar el terreno de juego.
Los dos equipos ya daban por hecha la igualada cuando|cuándo, Albentosa obró el milagro. Fue una falta botada por Javi Márquez en la cual el central, con el dorsal 9 en la espalda, recogió la esférica y fusiló con pierna derecha. El primer milagro de Enrique Martín.
FICHA TÉCNICA
Nàstic. Isaac Becerra, Sebas Coris, Cadamuro, Josua Mejías, Raúl Albentosa, Brugui (Omar Perdomo, 75), Javi Márquez, David Rocha, Tete Morente (Javi Jiménez, 65), Manu Barreiro y Luis Suárez (Manu del Moral, 60’).
Oviedo. Alfonso Herrero, Johannesson (Javi Muñoz, 56), Forlín, Bolaño, Javi Hernández, Mossa (Ibra, 56), Folch, Sergio Tejera, Bárcenas, Joselu y Saúl Berjón.
Goles. 1-0, Luis Suárez (21); 1-1, Ibra (64); 2-1, Raúl Albentosa (93).
Árbitro. Aitor Gorostegui Fernández-Ortega (vasco). Mostró la tarrgeta amarilla a los locales Javi Márquez, Sebas Coris y Manu Barreiro; y a los visitantes Yoel Bárcenas y Ramon Folch (2, 81).
Incidencias. El Nuevo Estadio acogió a 4.631 espectadores.