Ni intensidad, ni juego, ni resultados

El Gimnàstic de Tarragona sigue ocupando el farolillo rojo de la tabla clasificatoria del campeonato de Liga de Segunda División A. Los tarraconenses se han instalado por méritos propios y, después de la disputa de casi un tercio del torneo (se cumplirá este fin de semana), las sensaciones no pueden ser peores.

Después de una planificación de plantilla que cada día parece más deficiente, el cambio de entrenador no ha dado la impresión esperada. Ahora bien, Enrique Martín tan sólo ha tenido dos semanas para poder trabajar con el equipo grana y para tomar decisiones, aunque en un deporte como el fútbol el tiempo no tiene que ser, nunca, una excusa, ya que para todos los equipos, desde el líder hasta el 22º clasificado de la tabla, sumar de tres en tres es vital.

En la llegada de Enrique Martín al Nàstic de Tarragona, el técnico aseguró que la intensidad era innegociable en todos sus equipos y, el tarraconense, no sería menos que el resto de conjuntos en los cuales ha militado. Esta únicamente se ha visto reflejada, y de forma leve y pasajera, en el primer duelo disputado por los tarraconenses con el técnico navarro al frente.

El 2-1 contra el Oviedo tapó muchas carencias que se vieron en el mismo partido. El Nàstic no jugó bien, estuvo peor que los rivales, pero un gol in extremis de Raúl Albentosa dejó el triunfo en casa. Parecía (era evidente que no era así) que se habían solucionado todos los males del Nàstic. El mismo Martín aseguró que un empate en Albacete la semana siguiente no era un mal resultado, pero con lo que volvió el Nàstic fue con una derrota en uno de los mayores ridículos futbolísticos que se recuerdan en Tarragona, similar al de este lunes, cuando un Zaragoza sin fútbol ni argumentos se llevó el triunfo (1-3) en un partido después del cual parece que se tiene que producir un punto de inflexión si no se quiere pensar en otras cosas, más catastróficas, antes de tiempo.

A nivel futbolístico, son muchas las carencias que tiene el equipo. Algunas de ellas son las siguientes.

1. HUÉRFANOS DE INTENSIDAD

Los jugadores tienen que ir más que nunca. Tienen un entrenador que les obliga a morder pero que, en la mayoría de minutos en los cuales Enrique Martín ha estado en el banquillo, lo ha hecho con un equipo blando en el campo, desganado en muchas ocasiones y sin actitud en otros. Si el equipo no es capaz de cumplir la primera premisa, mal.

2. DEMASIADO BLANDOS

La defensa del Nàstic es un regalo constante. Jugar con cinco defensores no está ofreciendo más seguridad al Nàstic, todo lo contrario. Los delanteros rivales se encuentran con esféricas que ni siquiera habían luchado y acciones como la del gol que regaló Cadamuro en Albacete o Javi Jiménez contra el Zaragoza (para poner dos ejemplos, ya que el resto tienen tanta culpa como ellos) han perjudicado mucho al Nàstic. En los últimos tres partidos de Liga, el Nàstic ha encajado seis dianas. El equipo tiene que empezar por estar seguro detrás.

3. SIN CENTRO DEL CAMPO

En un 5-3-2 y con Ramiro Guerra lesionado, Fali, David Rocha y Javi Márquez son los únicos tres centrocampistas disponibles. Tete Morente, Omar Perdomo o Brugui han ido entrando en la media punta sin embargo, experimentos aparte, es evidente que falta calidad y cantidad en la medular del Nàstic. Todas las líneas del campo exigen refuerzos en el mercado de invierno (si se puede antes, mejor), pero el centro del campo todavía más. Parece que el filial, de momento, no cuenta, por lo que se tiene que actuar de inmediato. Las molestias que tiene Fali implicarán un nuevo invento en la medular en Málaga y las probaturas acostumbran a no salir bien.

4. SIN CALIDAD

A la plantilla del Nàstic de Tarragona le falta calidad. Enrique Martín cree que sí que la hay. Se está auto-convenciendo, pero es bien conocedor que al equipo le falta un futbolista que coja la pelota y que sea capaz de generar fútbol y algún otro que sobrepase una línea y que pueda hacer un úlitmo pase o disparar con peligro. Las ocasiones de gol contra el Zaragoza este lunes se pueden contar con un dedo. De hecho, el gol de Fali fue lo único peligroso, y eso es inadmisible.

5. NO HAY GOL

Son nueve dianas las que ha marcado el Nàstic en lo que va de temporada. Nueve goles en trece partidos sitúan a los tarraconenses, junto con el CF Reus, como el equipo que menos goles ha marcado en este arranque de temporada. De estos nueve goles, dos son obra de Raúl Albentosa y dos más de Fali. Los otros cinco, los han marcado Luis Suárez (2), Manu del Moral (2) y Tete Morente. Únicamente tres atacantes han visto portería en una plantilla donde también están Manu Barreiro, Uche, Omar Perdomo o Dumitru. Los delanteros no marcan y los centrocampistas tampoco han visto portería. Aquí tampoco funciona el equipo.