Xavi Mas: «Buscábamos que el CBT fuera un lugar donde disfrutar del baloncesto, como practicante o como socio»
El cuarto presidente del club azul es socio fundador y ha vivido con pasión este deporte también como jugador
A lo largo de su historia, el Club Bàsquet Tarragona ha tenido hasta ocho presidentes diferentes. A la mayoría de ellos, les une una característica: han sido, además de presidentes del club, socios fundadores y jugadores del CBT. Este también es el caso de Francesc Xavier Mas, Xavi Mas es para todos los que lo conocen dentro de la entidad, economista y auditor de cuentas de profesión y cuarto presidente de la historia del Club Bàsquet Tarragona. Una persona que ha vivido con pasión este deporte como jugador y que se ha entregado en el club como presidente. Xavi Mas, aparte de dirigir el CBT durante ocho años, también ha vestido la camiseta azul durante once temporadas consecutivas al primer equipo. Él es historia viva del Club Bàsquet Tarragona.
—¿Cuál era su vinculación con el club antes de ser presidente? ¿Cuándo entró?
—Tuve la suerte de ser socio fundador conjuntamente con los compañeros Pere Ferré, Rafa Pintado, Patxi Saracho, Joan Ruiz Orellana, Albert Olivé, Vicente Descalzo, Jesús Sanjosé, Pere Tubilla, Joan Boada, Josep A. Córcoles, Xavi Moltó, Eduard Arnal, Jordi Escribà, Sebastià Navarro, Francesc Colomar, Ramon Martínez de Arcos y Joan Tarragó. El 11 de septiembre de 1978 tuvimos la idea de constituir un nuevo club con el único objetivo de seguir jugando a baloncesto.
—Y antes de ser presidente, ¿qué hacía dentro del CBT?
—Hacía lo que más me gustaba, que era jugar a baloncesto. Estuve once temporadas seguidas en el primer equipo del CBT. Así como otros socios fundadores compartían su vertiente de jugador con la de directivos, en mi caso no pude hacerlo. Los primeros años porque estaba estudiando en Barcelona y, a partir de 1983, porque la doble función jugador-directivo ya no se repetía con tanta frecuencia.
—¿Cuándo se pone al frente del club y por qué?
—El mes de abril de 1989, después de estar desde 1978 como jugador del primer equipo, Pere Tubilla me propuso primero y convenció después para que fuera el cuarto presidente del CB Tarragona. Él pensaba, a causa de mi vertiente profesional y con la ayuda de una renovada junta directiva, podríamos iniciar la etapa de la profesionalización del club. En un primer momento, me dio mucho respeto, pero después de reflexionarlo y de comentarlo con algunos amigos del club y principalmente con mi mujer (en aquella época nuestros hijos tenían 5 y 2 años respectivamente), decidí aceptar el reto de ser presidente del CBT.
—¿Cuántos años fue presidente?
— Fui presidente desde 1989 hasta 1997, dos mandatos de cuatro años cada uno.
—Durante sus años como presidente, ¿cómo imaginaba el primer equipo? ¿Compitiendo profesionalmente o haciéndolo de una forma más modesta?
—Cuando la junta directiva –que tuve la suerte de presidir– cogimos el relevo del presidente Pere Tubilla, el equipo sénior masculino estaba jugando a 2ª División Nacional (hoy LEB Plata), el equipo sénior femenino estaba a Primera División Catalana y teníamos muchos equipos de base. Nuestra idea era profesionalizar el club estableciendo una serie de objetivos deportivos, económicos y sociales y que nuestra voluntad fue conseguirlos a través de un plan|plano de actuación que diseñamos.
—¿Qué objetivos se marcaron?
—Nos fijamos que el equipo sénior llegara a jugar a Primera Nacional (hoy ACB); que el femenino jugara a la categoría más alta posible, con una limitación siempre condicionada por los hitos del equipo masculino; que los equipos cadete, juveniles y junior masculinos y femeninos jugaran a las categorías preferentes de Cataluña e intentar ser referentes en el baloncesto base a través de la escuela.
—¿Por qué deja la presidencia?
—En primer lugar, porque consideré que ocho años ya eran lo suficiente y, en segundo lugar, porque el reto de llegar al ACB no se consiguió (a la temporada 94-95 estuvimos a tres partidos pero no pudo ser). En mi opinión, estuvimos acertados en las cuestiones deportivas, correctas en las económicas y suspendimos en las sociales. No conseguimos que el CBT fuera para Tarragona un «referente» tipo grupos castellers a nivel popular o lo que es el Nàstic dentro del fútbol.
—¿Siguió vinculado al club una vez dejó de ser presidente?
—Una vez dejé la presidencia me desvinculé, pero el 12 de diciembre de 2001, con un grupo de personas atadas el club, constituimos la fundación privada del CBT que, entre otras cuestiones organizó todos los actos y actividades que se hicieron el año 2003 con motivo del 25º aniversario del club. Más adelante y por una serie de circunstancias, la temporada 2004-2005 me reenganché como vicepresidente en la etapa de presidente de Rafel Pintado hasta el año 2007 y continué cuatro años más, hasta el 2011, con Sergi Bru como presidente.
—¿Cuál es su mejor recuerdo como presidente? ¿Cuál sería su «legado» dentro del club?
—Mi mejor recuerdo como presidente fue el 14 de mayo de 1993, día en que el «CBT-Dow» jugó contra el Collado Villalba al Pabellón de la Juventud (Avenida Andorra)delante de 2.000 personas y consiguió, con la victoria, el ascenso a la 1ª División Nacional grupo A (hoy LEB Oro). Con respecto al legado que dejo al club, pienso que tienen que ser otras personas las que lo digan, pero lo que sí querría decir es que las juntas directivas que tuve la suerte de presidir lo que buscaban era que el CBT fuera un lugar|sitio donde disfrutar del baloncesto, ya sea como practicante o como socio.
—¿Cuál diría que ha sido su peor momento como presidente?
—Peor momento como tal, no ha habido ninguno. tuvimos muchos dolores de cabeza con las cuestiones económicas año tras año, siempre íbamos justitos. También cuando a la temporada 1995-96 el primer equipo sénior masculino estaba competiendo a la liga EBA de la época (ahora LEB Oro) tuvimos una gran desilusión por el descenso en el play-out que jugamos con el Balneario Archena de Murcia.
—En los 40 años de historia del club, ¿con qué momento se quedaría?
—Con el de la fundación del Club Bàsquet Tarragona, cuando empezó esta historia de unos jóvenes inquietos, que nos permitió disfrutar de nuestra ilusión y pasión que era jugar a baloncesto.
—¿Sigue vinculado al CBT?
—No. Voy cada sábado a ver como espectador los partidos del sénior masculino.