Pere Tubilla: «Nos marcamos intentar llegar lo más arriba posible»

Como cualquier otra entidad deportiva, dentro del Club Bàsquet Tarragona también hay aquellos nombres y aquellas personas que conoce todo el mundo dentro de la entidad. En el club del Serrallo, uno de ellos es Pere Tubilla. Tubilla ha desempeñado dentro del CBT todas las tareas habidas y por haber: socio fundador, jugador del primer equipo, entrenador de la base, director de la Escuela de Baloncesto, directivo y presidente. Conoce el club como nadie, gracias a haber podido experimentar en primera persona las diferentes visiones que le aportaban estos perfiles profesionales tan diferentes entre ellos. En el año 1985 decide coger las riendas del Club Bàsquet Tarragona, convirtiéndose en el tercer presidente del club, para aportar su granito de arena a la consolidación del CBT dentro del baloncesto tarraconense, catalán e incluso estatal.

—¿Cuándo llega a ser presidente del CBT?

—Después de la renuncia de Pau Martí (segundo presidente del club) me pongo al frente del CBT en el año 1985. Estuve hasta 1989, cuando paso el relevo a Xavi Mas.

—¿Cuál era su vinculación con el club? ¿Cuándo entró?

—Fui uno de los miembros fundadores del club. Desde el principio formaba parte del equipo sénior masculino, a la vez que lo compaginaba con las tareas de entrenador de la base y directivo de las primeras juntas directivas de la entidad.

—¿Cuántos años ocupó el cargo de presidente?

—Cuatro años, el equivalente a una legislatura.

—Durante sus años como presidente, ¿cómo imaginaba el primer equipo a nivel profesional?

—La verdad es que todos teníamos mucha ilusión, y eso hizo que nos marcáramos como objetivo poder llegar lo más arriba posible, incluso a Primera División (ACB). De hecho, durante mis años como presidente del club, llegaron los primeros jugadores americanos y se subió a Segunda División.

—¿Por qué deja la presidencia?

—Siempre he sido un amante de los ciclos y creo que el mío se cumplió. Tenía claro que una persona como Xavi Mas, mi relevo, era la idónea para continuar el crecimiento del club, como así fue.

—¿Siguió vinculado al club una vez dejaste de ser presidente?

—Sí, por supuesto. Seguí haciendo tareas deportivas como director de la Escuela de Baloncesto, que su creación fue uno de los hitos que se alcanzaron durante mi mandato. También me dediqué a mi faceta de entrenador de los equipos de la base, tanto femeninos como masculinos. Y de una forma directa o indirecta, física o emocionalmente continúo vinculado al CBT.

—¿Cuál es su mejor recuerdo como presidente?

—Creo que, con respecto a los objetivos deportivos, el ascenso a Segunda División del equipo masculino. A nivel social pero sin dejar de lado la vertiente deportiva, la creación de la Escuela de Baloncesto que tantos buenos frutos ha dado en el club y en el baloncesto de las comarcas.

—¿Cuál diría que ha sido su peor momento como presidente?

—No recuerdo ninguno, aunque las dificultades económicas de todo tipo no hacían las tareas muy agradables. Pero la ilusión de la gente vinculada al club borraba cualquier situación de dificultad insalvable.

—En los 40 años de historia del club, ¿con qué momento se quedaría?

—Deportivamente hay unos cuantos. Por escoger a uno, el año en que el sénior masculino milita en LEB Oro y está a punto de conseguir el ascenso a ACB con un Pabellón del Serrallo llenísimo como nunca en Tarragona se había visto antes.

—¿Sigue vinculado al CBT?

—Sí. Continúo como socio y, emocionalmente, como el primer día, me siento vinculado a todo lo que le pase al club. Deportivamente sigo trabajando con otras entidades para conseguir el máximo nivel de los jugadores y jugadoras de nuestras comarcas.