Enrique Martín valora volver a utilizar el sistema con cinco defensores
El entrenador del Nàstic se encuentra más cómodo cuando actúa con tres centrales y dos laterales largos y podrían debutar Sadik y Noguera
El Gimnàstic de Tarragona tiene que realizar una segunda vuelta de Champions League si quiere tener opciones de mantener la categoría y seguir una temporada más a Segunda División A. Los tarraconenses distan a siete puntos de la zona de permanencia, pero todavía quedan veinte jornadas por disputarse. De los 60 puntos en juego, el Nàstic tendría que sumar la mitad o, incluso, alguno más, para mantenerse en la categoría. Muchos puntos por lo que se ha visto hasta ahora, aunque, mientras hay vida, hay esperanza.
El técnico grana, Enrique Martín, tiene que encontrar la fórmula para que su equipo realice un cambio radical. El primer paso, el de cambiar buena parte de la columna vertebral de la plantilla, ya se ha realizado. El segundo es intentar que las piezas cuadren y que los futbolistas ofrecen el rendimiento que se espera de ellos. Sobre el papel, todos los futbolistas que han llegado ayudan a mejorar la plantilla, pero nunca se puede saber cómo encajará un jugador en un club determinado, ya que intervienen muchos factores.
Además, habrá un tercer factor, que será el cambio de sistema. Enrique Martín está valorando muy seriamente cambiar de sistema y olvidar el 4-4-2 para pasar al 5-3-2 en el cual él se encuentra muy cómodo. Es el sistema que lo ha hecho mayor|grande en las últimas temporadas y, con cinco defensores, consiguió ascender al Osasuna a Primera División, después de dejar eliminado, precisamente, en un Nàstic que entonces entrenaba Vicente Moreno.
Enrique Martín llegó a Tarragona con el 5-3-2, pero acabó cambiando a un 4-4-2 que contra el Córdoba dio buenos resultados, pero que no ha sido precisamente eficaz, ya que las derrotas han abundado más que las victorias con los cuatro defensas.
Las nuevas incorporaciones realizadas durante este mercado invitan a pensar que habrá nuevos movimientos en un sistema en el cual hay más centrales para escoger (con Mejías y Cadamuro no se cuenta) y centrocampistas ideales para jugar. El hecho de no haber contratado a ningún jugador de lado también es un claro indicativo que el 4-4-2 podría estar viendo su final. Javi Jiménez y Pipa han demostrado que no son tan efectivos como extremos. En el caso del primero, apunta que será el competidor de Abrahám en el carril izquierdo, mientras que Pipa luchará por un sitio con Pol Valentín y con Sebas Coris para gobernar la banda derecha.