Los nuevos propietarios compraron el CF Reus por tres euros y la deuda
Esta es la cifra que se especifica en el contrato de compra, una cantidad simbólica pero con una gran mochila detrás
Russell C. Plat y Clifton V. Onolfo adquirieron el día 21 de enero el CF Reus. Compraron un club en una situación deportiva complicada, pero nunca tan extrema como la económica. Jugadores se habían marchado después de denunciar al club por impagos y Joan Oliver, antiguo propietario, había dejado firmado un papel antes de marcharse según el cual todos los jugadores que se mantenían en la plantilla quedarían libres en caso de que la venta no se hiciera efectiva y que no cobraran. La primera situación se produjo, pero la segunda no. Por lo tanto, el club se quedó huérfano de futbolistas, un requisito indispensable para poder competir.
La venta se produjo con un contrato según el cual los norteamericanos abonaron la cantidad de tres euros a Joan Oliver. La venta se realizaba por esta cantidad más las deudas y compromisos que tenía el club. Aquí, la mochila es grande.
En el contrato de compra-venta se especificaban las deudas que había con los trabajadores. Desde el director deportivo, Sergi Parés, hasta el último jugador, pasando por el entrenador del primer equipo, Xavi Bartolo y los otros técnicos y empleados.
Los Clifton i Onolfo únicamente se han gastado, pues, estos tres euros ya que, de momento, no han cumplido con la segunda parte del pacto. Esta situación ha motivado que los trabajadores, tal como adelantó este diario a lo largo de la presente semana, hayan tomado la decisión de denunciar la situación. En este sentido, ayer por la mañana se dirigieron al Juzgado de Reus a presentar una denuncia que iba por dos vías. Los aproximadamente 60 trabajadores y técnicos que todavía forman parte del club denunciaron por los impagos y la gran mayoría también reclamó la rescisión de sus respectivos contratos.
Todos ellos están hartos y la gran mayoría no quiere saber nada más allá que cobrar lo que se les debe y coger la puerta y marcharse. Esta denuncia de doble vía todavía podría tardar tiempo a solucionarse. Unos meses en el caso de la denuncia por los impagos y hasta un año en el caso de la rescisión unilateral.
Entrenadores del fútbol base han decidido continuar y no pedir la extinción del contrato porque entienden que no pueden dejar en la estacada a los jóvenes que quieren jugar a fútbol, ya que es su diversión, y que no tienen ninguna culpa de la nefasta gestión de los antiguos propietarios y que ha llevado|traído al club a protagonizar uno de los mayores ridículos de la historia del fútbol español.
Los Clifton i Onolfo estarían esperando a la respuesta definitiva del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y, en caso de que se desestimara el recurso, no se sabe qué sucedería con un club que, en principio, jugará la próxima temporada a Segunda División B y estará tres campañas sin poder ascender a la categoría de plata.
El hecho es que los empleados siguen sin cobrar y únicamente habría un paso atrás en la denuncia si los nuevos propietarios del club liquidaran todas las deudas pendientes.