Los fichajes de invierno del Nàstic estaban pensados para un 5-3-2 que ha desaparecido
La remodelación de la plantilla se hizo sin contar con que Enrique Martín pasaría a utilizar sistemas como el 4-4-2 o el 4-3-3
El Gimnàstic de Tarragona realizó una reestructuración completa durante el mercado de invierno. Cambió media plantilla para intentar, de todas las maneras, revertir una situación complicada que, con el paso de las semanas, se va convirtiendo en crítica. Esta plantilla se formó para poder jugar con un sistema determinado, a que era el 5-3-2, pero Enrique Martín ha tomado la determinación, de momento, jugó con sistemas diferentes, que no le vienen nada bien a estos jugadores.
No es muy comprensible que el entrenador utilice el 4-4-2, el 4-2-3-1 o el 4-3-3 que puso en marxa este sábado contra el Cádiz. No lo es porque la dirección deportiva dibujó un Nàstic sin extremos, sin futbolistas ofensivos específicos de lado. El 5-3-2 que teóricamente tenía que utilizar al entrenador implicaba actuar con tres centrales –el Nàstic tiene de sobra– y dos laterales largos –tiene cuatro en la derecha (Pipa, Pol Valentín, Sebas Coris e Iván López) y uno a la izquierda, como Abrahám, aunque Josema también puede jugar.
Este sistema de cinco defensores también contempla actuar con tres centrocampistas, pero ninguno de ellos de lado. Thioune, Imanol García, Cotán, Fali, Viti, Javi Márquez e, incluso Barrada, pueden actuar perfectamente. Y, arriba, entre Sadik, Luis Suárez, José Kanté y Uche tenían que jugar dos. Hasta aquí, perfecto. El técnico tenía que tener las herramientas para poder confeccionar un once competitivo cada semana.
El gran problema es que utilizando los otros tres sistemas mencionados, hacen falta dos futbolistas de lado ofensivos. Para poner los ejemplos de las dos últimas jornadas, los futbolistas de lado en Riazor fueron Javi Márquez y Pipa y, este sábado, Kanté y Pipa, a la izquierda y a la derecha, respectivamente.
Pipa es lateral derecho y ha quedado demostrado que, o bien parte desde el detrás de, desde la posición de lateral, o se pierde. Javi Márquez nunca puede jugar a la banda porque no tiene velocidad. José Kanté se encuentra mucho más a gusto y crea más peligro cuando actúa centrado, acompañando a Luis Suárez. Y a todo eso el único extremo –aunque no es extremo al uso, sino que le gusta ir de fuera hacia dentro– es Miguel Palanca. En Riazor no jugó y el sábado disputó los últimos diez minutos, cuando el partido estaba en fase de locura.
Los Omar Perdomo, Tete Morente, Dumitru y Nacho Abeledo, aunque no aportaban mucho, ya no están y Enrique Martín seguramente acabará entendiendo que tiene una plantilla para jugar de una manera determinada.