Enrique Martín se enfrenta a su pasado con la visita del Albacete

Enrique Martín deja huella allí por donde pasa. En Pamplona es un semidiós, tal como quedó demostrado durante la derrota del Gimnàstic de Tarragona contra «su» Osasuna (1-0).

«Y se que yo sin ti, Enrique Martín, no sabría como subir llévame a Primera»!. Una vez y otra, este cántico resonaba por el Sadar. El Osasuna ganaba, pero el público se dedicaba más a entregarse a un Enrique Martín que también recibió muchas muestras de apoyo cuando, con el Nàstic, visitó a Carlos Belmonte durante la primera vuelta del campeonato nacional de Lliga de Segona División A.

Este mismo Albacete, lo que le dio el baño futbolístico mayor al Nàstic en lo que va de temporada, visitará el sábado, a partir de las ocho de la noche, un Nou Estadi que sabe que únicamente le vale la victoria. Demasiadas finales está dejando escapar el equipo tarraconense, el cual es el colista de la categoría y, en caso de no ganar, todavía se hundirá más.

El Albacete juega bien, muy bien. Seguramente, es el conjunto que mejor fútbol practica de la categoría. Ahora bien, también es cierto que, algún día, este Nàstic tiene que despertar. Ya no juega tan mal como antes, ni cuenta con jugadores a que están preocupados de todo menos del fútbol. Ahora, tal como anunció recientemente Enrique Martín, este Nàstic es un «equipo» y no un «grupo».

Enrique Martín cogió en un Albacete que estaba en la UVI, un equipo destrozado y que necesitaba transfusiones constantes de vitalidad para no decir adiós a la Segunda División A. Allí sí que funcionó el elixir del navarro. De momento, en Tarragona, no.

El entrenador ha elogiado en las últimas horas al Albacete, en el cual tiene muchas esperanzas depositadas. En declaraciones a varios medios, el técnico navarro ha declarado a lo largo de la semana que «el Albacete no abandonará las seis primeras posiciones de la tabla» e, incluso, ha asegurado que «luchará por el ascenso directo a Primera División».

Estas palabras, seguramente, han gustado mucho a una afición que, como la del Osasuna, también guarda un gran recuerdo de su paso.