Esperpento grana (3-0)
Un Nàstic lamentable y que va de mal en peor cae goleado en La Romareda y entierra toda opción de permanencia
Esperpéntico espectáculo el que ofreció un Gimnàstic de Tarragona que volvió a resucitar a un equipo que parecía que entraba en la Unidad de Curas Intensivas. Los tarraconenses fueron el asno de los golpes de un Zaragoza que goleó sin contemplaciones a un equipo que se limitó a observar cómo los locales entraban por donde querían. Hizo el daño suficiente el conjunto de Víctor Fernández. La goleada podría haber sido mayor, pero los aragoneses se conformaron con tres dianas. Suficientes para alejar a los fantasmas del descenso y para casi enviar al Nàstic a Segunda División B. Ahora sí que el milagro tendría que ser de los grandes para que los tarraconenses continuaran en Segunda A.
Tenía que ser titular un Miguel Palanca que, a última hora, cayó de la convocatoria porque estaba atravesando un proceso febril. El tarraconense tenía que compartir ataque con un Luis Suárez que, finalmente, estuvo acompañado de Brugui en la delantera. La idea del técnico grana era la de poblar el centro del campo y convertir el suyo habitual 5-3-2 a un 5-4-1 con una medular más poblada.
Viajaron tres porteros a La Romareda, ya que Isaac Becerra estaba un poco indispuesto. El catalán, sin embargo, acabó siendo uno de los dieciocho convocados y Arturo Cordero, habitual en el filial, pasó a la grada. Bernabé, como siempre últimamente, fue titular.
Mohammed Djetei fue la gran novedad en una retaguardia donde Fali y Mikel Villanueva fueron sus acompañantes en el eje, ya que Salva Ferrer se cayó de la convocatoria. Pipa y Abrahám, como siempre, estuvieron en las alas. Por delante, volvió Viti por un Ramiro Guerra que también cayó de la lista, nuevamente por|para molestias musculares. No levanta cabeza al jugador cedido por el Villarreal, anegado en el capítulo de lesiones. Thioune e Imanol Guerra completaban el centro del campo.
Muy pronto dejó el conjunto aragonés clara la diferencia entre uno y otro, al menos con respecto a acierto. Primera acción del partido del Zaragoza, con córner botado desde la derecha de Bernabé. La pelota queda blanda en el interior del área, donde se la quedan mirando una multitud de jugadores del Nàstic, cuando Verdasca lo aprovecha para, desde el suelo, fusilar a Bernabé. Pero más clara fue la ocasión, que, pocos según después, falló Imanol García. Centro raso, desde la izquierda, de Abrahám Minero. La esférica llegó clara a Imanol García que sol, dentro del área, no fue capaz de rematarla dentro. No tenía oposición y tenía todo el tiempo del mundo. Los problemas arrancaban más bien que nunca.
El Zaragoza hizo absolutamente lo que quiso desde entonces. La nefasta defensa del Nàstic se combinó con una pasividad que se hizo extensiva después del primer gol de los de Víctor Fernández. Delmás, el lateral derecho de los locales, llegó hasta la frontal del área para perdonar el segundo a los dieciséis minutos de juego. Su tiro se marchó desviado a la derecha de Barragán. Era el preludio del inicio del camino en el infierno de un Nàstic que vio cómo, a los 20 minutos de juego, Pep Biel marcaba un gol de bandera. Eso sí, ayudado por, entre otros, un Brugui que no le siguió y le dejó disparar desde su casa, con pierna izquierda. Golazo para enmarcar y más problemas todavía para los tarraconenses que, por otra parte, se mostraban completamente inoperantes en ataque.
Esperpéntico
La pesadilla no se acababa para el Nàstic. Mientras que Luis Suárez era el único que, con acciones aisladas, buscaba el gol, los aragoneses, a la suya, humillaban a los tarraconenses a base de dianas que sí llegaban a buen puerto. Dos buenos tiros del delantero colombiano del Nàstic estuvieron a punto de suponer un susto para Cristian Álvarez. El primero chocaba con el palo en el 34’ y, el segundo, con rosca, a manos del meta dos minutos después. Cuando parecía que el Nàstic intentaba reaccionar, nueva jarrade agua fría. Cada vez, los goles locales eran más esperpénticos. En el tercero, obra de Delmás, el lateral recibió en zona de tres cuartos y, con Mikel Villanueva i Fali mirándoselo y Viti sin llegar disparó, colocado, a la derecha de Barragán. El meta, vendido, no pudo hacer nada.
Cambios rápidos
No quiso esperar mucho Enrique Martín para mover banquillo, viendo que el intento de remontada era la última bala que le quedaba al equipo para poder aspirar a la permanencia. En el descanso se quedó en el banquillo un Thioune amonestado y completamente desapercibido. A los seis minutos de la reanudación, Brugui, que estuvo tan horroroso como la mayoría de sus compañeros, dejó el campo por Sadik. Dos balas comprensibles por parte de un Enrique Martín completamente superado. En todos los sentidos.
Mucho daño podría haber hecho Pombo, que entró de refresco en el segundo acto por parte de los aragoneses. En el minuto 59, chutó alto desde la izquierda y, nueve minutos más tarde, obligó a Bernabé a estirarse como no lo había hecho a lo largo del enfrentamiento.
Como aquel animal que agoniza antes de morir, el Nàstic realizó un par de latigazos, con Luis Suárez como protagonista, pero que siempre acabaron en manos de Cristian Álvarez. Ni con rebotes entraba la pelota. El colombiano, a causa del esfuerzo, acabó pidiendo el cambio y lo sustituyó un Cotán que se está acostumbrando demasiado a jugar los minutos de la basura.
FICHA TÉCNICA
Zaragoza. Christian, Delmás, Guitián, Verdasca, Lasure, Pep Biel (Zapater, 64), Eguaras, Igbekeme, Soro (Raúl Guti, 78), Álvaro Vázquez y Miguel Linares (Pombo, 57).
Nàstic. Bernabé Barragán, Pipa, Mohammed Djetei, Fali, Mikel Villanueva, Abrahám Minero, Viti, Thioune (José Kanté, 46), Imanol García, Brugui (Berat Sadik, 51) y Luis Suárez (Cotán, 78).
Goles. 1-0, Verdasca (4); 2-0, Pep Biel (20); 3-0, Delmás (41).
Árbitro. Gorka Sagués Oscoz (Vasco). Mostró la tarjeta amarilla a los locales Miguel Linares, Soro, Delmás e Igbekeme; y a los visitantes Thioune, e Imanol García.
Incidencias. La Romareda acogió a 14.809 espectadores.