Enrique Martín pierde todo el crédito
El Consejo mantiene al entrenador el banquillo a pesar de la lamentable imagen ofrecida en La Romareda y los nefastos resultados
Enrique Martín continuará una semana más en el Gimnàstic de Tarragona y parece que lo hará hasta que acabe la temporada, ya que nadie toma la decisión de despedir a un entrenador que está haciendo unos registros lamentables y que cada semana participa más de los malos resultados de un conjunto que no levanta cabeza y que va de camino de convertirse en uno de los peores conjuntos de la categoría de plata de los últimos años.
Después del último palo al equipo, en forma de goleada en la Romareda contra el Zaragoza (3-0), el Nàstic ha entrado en un bucle muy peligroso que puede desembocar en un final desastroso. Después de la derrota contra el Málaga de hace dos semanas en el Nuevo Estadio (0-1), el Consejo de Administración pasó unas horas muy duras después de las cuales, reunión con el técnico de por medio, se decidió la continuidad del navarro.
El presidente, Josep Maria Andreu, en nombre del Consejo de Administración, mantuvo entonces una reunión con Martín después de la cual los dos se contagiaron a intentar ganar los 33 puntos que faltaban. Los tres primeros ya volaron este lunes con la derrota en La Romareda.
En un nuevo encuentro, ayer al mediodía, donde también asistió Antonio Prieto, se tomó la determinación de continuar con Enrique Martín en el banquillo, una decisión que fue más sorprendente que lo habría sido una destitución.
La alineación que presentó el técnico contra los aragoneses ha sido una nueva fuente de conflicto en el club. No entienden por qué Luis Suárez jugó acompañado de Brugui cuando había otros tres delanteros disponibles como José Kanté, Ike Uche y Berat Sadik.
La idea del técnico, sin embargo, no fue la de alinear a dos delanteros, sino que cambió su habitual 5-3-2 por un todavía más defensivo 5-4-1, donde Brugui hizo de punta del rombo en un centro del campo donde también estaban Viti, Thioune e Imanol García.
No tan sólo no funcionó como se esperaba, sino que el equipo empeoró las prestaciones ofertadas durante las últimas semanas.
Miedo a las goleadas
El club tenía miedo de que el equipo pasara de perder por uno o dos goles de diferencia a hacerlo de forma más contundente. Y así fue. Ahora, toca buscar una nueva fórmula para acabar la temporada de la forma más digna posible y, si puede ser, intentar ir ganando partidos que puedan ayudar a soñar con una permanencia que parece que ni entre Santa Tecla y Sant Magí juntos podrán ayudar a alcanzar.
Así, el Consejo de Administración del Nàstic determinó que Enrique Martín siga siendo el técnico grana después de 21 enfrentamientos, en los cuales ha sumado únicamente quince puntos. O, lo que es lo mismo, cuatro victorias, tres empates y catorce derrotas (el 1-0 contra el Reus no cuenta, ya que el partido nunca se llegó a disputar a causa de la eliminación del conjunto de la capital del Baix Camp).
Lo que tenía que convertirse en un revulsivo, no lo ha acabado siendo. El Nàstic decidió contratar al navarro por su extenso currículum y por|para hitos como la permanencia con el Albacete de la temporada pasada o el ascenso con el Osasuna en el primer año a Segunda A de la última etapa del Nàstic a la categoría de plata. No ha cumplido las expectativas.
Las sensaciones finales que tenían desde el Consejo eran que Martín no sería capaz de ayudar a alzar el vuelo a un equipo que, a pesar de una profunda remodelación en su plantilla en el mercado de invierno, no ha podido huir de la zona crítica de la tabla clasificatoria.
Sus decisiones
Alineaciones sin sentido, cambios que no aportaban nada durante los partidos y decisiones incomprensibles a lo largo de la semana son las que han llevado al Consejo de Administración a llegar a desconfiar del entrenador, el cual continuará, en principio, hasta a final de temporada. En este mundo del fútbol, sin embargo, nunca nadie tiene asegurado el sitio más allá del día a día. Ni siquiera Enrique Martín.