Socio y antiguo directivo del Club Bàsquet Tarragona
«Creo que la ciudad no defiende el deporte de élite y, como ejemplos, el baloncesto, el fútbol y el voleibol»
Paco Franco ha sido un directivo histórico en el Club Baloncesto Tarragona
—¿Cuál es su vinculación con el CBT?
—Siempre he tenido mucha inquietud para aportar mi granito de arena en el mundo del deporte de la ciudad. Al principio de los ochenta, un directivo del club me llamó para entrar a la junta y acepté. Desde entonces y hasta el año 2014 he sido directivo del CBT. Ahora ya no lo soy pero sigo siendo socio y siempre he colaborado con lo que ha hecho falta: fui el primer speaker del club en el Sant Jordi, fui el primer delegado del primer equipo masculino y femenino, el responsable de instalaciones y de material, me he encargado del departamento del área social y he acompañado al primer equipo por toda España cuando estábamos en LEB Oro. He hecho tantas cosas por el club que incluso he llegado a llevar el autobús del sénior femenino, cuando fue necesario. Por otra parte, también soy de los que arrancamos la primera Escuela del CBT, junto con Pere Tubilla.
—¿Qué diferencias ve entre el club de hoy en día y el club de los primeros años?
—Bajo mi punto de vista, antes éramos un grupo de amigos que íbamos todos en una, éramos como una gran familia y hacíamos muchas cosas juntos, teníamos una convivencia muy ligada entre nosotros. Con el tiempo y con la profesionalización del club, entiendo que estas cosas han ido cambiando y evolucionando.
—¿Qué echa de menos del club de hace 20 o 30 años al club actual?
—El último día que bajé al Serrallo a un partido del primer equipo, miré a mi alrededor y me extrañé de no ver a todos mis conocidos. Eché de menos a la gente de toda la vida, aquellos que decía que íbamos todos a una. Por otra parte, y positivamente, el hecho de que el club esté ahora mucho más profesionalizado, hace que transmita una imagen diferente en muchos sentidos. Recuerdo por ejemplo cuándo jugábamos en el Sant Jordi y tenía que acompañar a los directivos del equipo rival por el pabellón... Aquello no tiene nada que ver a cómo está todo ahora.
—¿Cree que el CBT, con 40 años de historia y con el recorrido que tiene, tendría que estar compitiendo en categorías superiores?
—Creo que la ciudad no defiende el deporte de élite. Tenemos la prueba tanto en fútbol (el equipo acaba de descender de categoría), baloncesto, como voleibol. Son ejemplos muy gráficos que marcan el talante y el hacer de la ciudad. Mi ilusión sería que la entidad estuviera en niveles superiores, pero la realidad se otra.
—¿Qué le falta al club y a la ciudad para poder dar este salto?
—A veces no se sólo la vertiente económica. Creo que es necesario que los aficionados al baloncesto y al deporte se impliquen mucho más en todos los niveles: social, económico y participativo.
—¿Cómo valora la base del CBT y el trabajo que se hace?
—Desde mi posición de directivo, durante muchos años he sido muy implicado con la base y con la proyección de los chicos y chicas del CBT. Desde que dejé la junta, ya no he seguido esta rama del club.
—Esta temporada el CBT está de aniversario. ¿Como valora estos 40 años de historia?
Habido épocas difíciles, épocas buenas, y de otros de no tan buenas. Pero en ningún caso ha habido nunca algo negativo y se ha mirado siempre al futuro positivamente.
—En los 40 años de historia del CB Tarragona, ¿con qué momento se quedaría?
—Con las fases de ascenso que disputamos en Gandía en 1992. Guardo muy buen recuerdo porque subimos a Primera División B del baloncesto estatal. Nos encontramos con muchas dificultades, fueron unas fases muy duras pero también fue ilusionante porque era la primera vez que hacíamos un desplazamiento en forma de estancia.
—¿Dónde querría que el club estuviera dentro de 40 años?
—La realidad económica de cada momento y la implicación de la gente de la ciudad es lo que marcará el devanir del club.